Editorial: sobre la accidentada aprobación de la Reforma Laboral

Los efectos de una reforma laboral aprobada… por los pelos

Se ha aprobado -"de chiripa" y en una sesión marcada por un traicionero y pifiado intento de "tamayazo"- la Reforma Laboral de la que dependen salarios y condiciones de vida de millones de trabajadores. ¿Qué posición defendemos acerca del acuerdo alcanzado? ¿Y sobre la convulsa sesión parlamentaria?

Ha sido convalidado en el parlamento el acuerdo entre gobierno, patronal y sindicatos sobre la reforma laboral. Toda la atención se concentra en la convulsa votación en el Congreso, pero la primera cuestión nodular es que, a pesar de haber sido aprobado “de chiripa”, gracias a la equivocación de un diputado del PP, se ha impuesto un marco laboral que afectará a los salarios y condiciones de vida de millones de trabajadores.

La nueva reforma laboral no es tan «nueva», y mantiene los fustes de la reforma de 2012, clave para imponer más precariedad y rebajas salariales. Pero, gracias a la presión de la lucha popular, introduce cambios que benefician a los trabajadores.

Desde estas páginas apoyamos el acuerdo para defender estos avances, atacados por las fuerzas que buscan imponer una reforma laboral todavía más dura. Pero exigimos la derogación completa de la reforma de 2012, en aquellos puntos “especialmente lesivos”, como el abaratamiento del despido o una mayor flexibilidad laboral, que el acuerdo aprobado en el Parlamento mantiene.

¿Por qué estos cambios en la reforma laboral, avalados por un acuerdo entre patronal y sindicatos, y necesarios para recibir los fondos europeos, ha sido aprobada “de chiripa” y en medio de una crispación tóxica impulsada por los sectores más reaccionarios? ¿Cómo afectará a la estabilidad del gobierno de coalición?

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Defender los avances. Exigir la derogación de la reforma de 2012

Se ha aprobado la Reforma Laboral de 2021 y se va a aplicar. Este es el nuevo marco laboral que se va a aplicar en España, que ya está determinando las relaciones laborales en nuestro país: los convenios, los contratos, los salarios, las indemnizaciones por despido, las condiciones laborales, etc…

Nada más conocerse, a finales del pasado mes de diciembre, el acuerdo entre gobierno, sindicatos y patronal sobre la reforma laboral, desde De Verdad planteamos una posición clara:

“Se han conseguido avances, gracias a la presión de la lucha obrera, que deben ser apoyados. Pero la “no derogación” de la reforma de 2012 mantiene algunos de sus fustes, utilizados para recortar salarios o aumentar la precariedad, amenazando con convertirlos en estructurales”

“Se ha evitado que se recorten más derechos, como algunos pretendían. Pero esta no es la reforma laboral que los trabajadores y el país necesitamos, y la lucha por derogar la reforma de 2012 sigue en pie”.

Los principales centros hegemonistas y oligárquicos impusieron sus “líneas rojas”: debía evitarse a toda costa la derogación de la reforma de 2012, exigida por la mayoría social progresista.

El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, durante su visita a España en octubre, exigió que la reforma laboral española mantuviera la «flexibilidad»

La UE, que apadrinó en 2012 una reforma unilateral, exigió que ahora fuera aprobada “por consenso”, ya que la obligatoriedad de contar con la CEOE garantizaba el mantenimiento de los pilares de un marco laboral que en la última década ha permitido imponer salarios a la baja y peores condiciones de trabajo.

La reducción del coste de despido ni siquiera ha entrado en la negociación, no debía ni discutirse. Y los principales mecanismos de “flexibilidad laboral” -que otorgan a las grandes empresas la potestad de endurecer las condiciones de trabajo- se mantienen.

Por eso la UE, a través del jefe del Eurogrupo, o los nódulos principales de la oligarquía, representados por Ana Patricia Botín, se han felicitado por la aprobación del acuerdo sobre la reforma laboral.

Pero no solo el hegemonismo y la oligarquía han fijado “líneas rojas”. También lo ha hecho una lucha popular cuya influencia económica, política y social es mayor hoy que en 2012. Esta es la razón de que el nuevo acuerdo sobre la reforma laboral debiera incluir, para ser aprobado, puntos que suponen avances importantes para los trabajadores.

Apoyamos la aprobación del acuerdo sobre la reforma laboral, aunque no lo compartamos. Porque supone avances que benefician a los trabajadores y porque quienes querían tumbarlo en el parlamento lo hacían para imponer un marco laboral más duro. Pero exigimos la derogación completa de la Reforma Laboral de Rajoy.

¿Cuáles son esos avances que es necesario defender?

  • La reforma de 2012 permitía que a través de convenios de empresa se rebajaran los salarios. Ahora se vuelve a la prevalencia de los convenios colectivos en todos los aspectos relacionados con los salarios.
  • Desde 2012 se ha utilizado la subcontratación como vía para recortar los sueldos. Ahora las empresas subcontratadas deberán regirse por el salario fijado en el convenio del sector, siempre mayor.
  • El restablecimiento de la vigencia sin límites de la ultraactividad da más fuerza a la posición de los trabajadores en las próximas negociaciones.
  • Y los límites al abuso de la temporalidad y la subcontratación, aunque parciales, son elementos positivos en la lucha contra el aumento de la precariedad laboral.

Defendemos estos cambios, conquistados gracias a la lucha obrera y popular. Echar abajo en el Congreso el acuerdo entre gobierno, patronal y sindicatos implicaba derogar los avances favorables a los trabajadores.

Y, sobre todo, suponía participar de la ofensiva de las fuerzas más reaccionarias, que defienden una reforma laboral mucho más dura para los trabajadores. Quienes han encabezado en el Congreso el intento por tumbar el decreto sobre la reforma laboral han sido el PP y Vox. Solo hay que constatar su alegría cuando, al equivocarse en el cómputo de los votos, la presidenta del Congreso anunció que no se aprobaba.

Pero esto no significa que apoyemos de conjunto la nueva reforma laboral. El gobierno -tanto el PSOE y Nadia Calviño como Unidas Podemos y Yolanda Díaz- han acatado los límites impuestos por el hegemonismo y la oligarquía, contribuyendo a que los fustes más lesivos de la reforma de 2012 -que se mantienen en el acuerdo de 2021- se fortalezcan. Exigimos su derogación.

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Sacudidas políticas

Una reforma laboral acordada por patronal y sindicatos y avalada por la Comisión Europea, no solo no ha sido aprobada en el Congreso por amplia mayoría, sino que ha estado a punto de ser demolida. Las razones que lo explican nos dan algunas importantes claves sobre la situación política.

1.- Hemos asistido a una operación política, frustrada in extremis y gracias a la equivocación de un diputado del PP, para boicotear la aprobación del decreto presentado por el gobierno.

Se ha utilizado para ello a los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro, fuerza conservadora aliada con el PP. La dirección de UPN pactó con el PSOE el voto afirmativo, decisivo para garantizar la aprobación del decreto. Pero sus dos diputados hicieron lo contrario, engañando a la dirección de su partido y ocultándolo hasta el último momento para que no hubiera capacidad de reacción.

Los sectores más reaccionarios, que defienden un “gobierno de los recortes sin complejos”, han intentado tumbar el decreto para boicotear los avances que favorecen a los trabajadores.

Esta turbia operación pretendía impedir la aprobación de aquellos puntos del nuevo acuerdo que benefician a los trabajadores, buscando mantener o incluso endurecer la reforma laboral de 2012. Si el PP y Vox han encabezado el No es porque defienden todavía más recortes. Exigiendo “más flexibilidad, implantar la mochila austríaca, bajar cotizaciones o menos costes laborales”.

Y echar abajo la aprobación de la reforma laboral, la medida más importante hasta ahora de toda la legislatura, hubiera significado un mazazo demoledor para el gobierno de coalición. A eso jugaban el PP y Vox, siempre anteponiendo el acoso y derribo al gobierno.

A la consigna de “gobierno ilegítimo” se suma ahora la de “parlamento antidemocrático”, difundiendo la acusación de un “pucherazo” en la votación. Una degradación política enarbolada por quienes buscan imponer un “gobierno de los recortes sin complejos”, que impida concesiones, aún parciales, a las reivindicaciones populares.

Los sectores más reaccionarios, que defienden un “gobierno de los recortes sin complejos” buscaban dar un golpe que habría sido demoledor contra el gobierno de coalición, y están sembrando el clima de un “parlamento antidemocrático”, una degradación política extrema.

2.- Se han evidenciado los límites y riesgos de una “geometría variable” parlamentaria, que amplíe la “mayoría de investidura”.

Ante la negativa de fuerzas como el PNV, ERC, Bildu o el BNG a facilitar la aprobación del decreto sobre la reforma laboral, el PSOE ha pactado, de la mano del PSOE, el apoyo de fuerzas como Ciudadanos y UPN. Garantizando que se aprobaría el decreto tal y como fue pactado entre patronal y sindicatos, “sin tocar ni una coma”.

Una estrategia, la “excursión hacia el centro”, que busca dar más estabilidad al gobierno, limitando también las concesiones “por la izquierda”. Pero que se ha demostrado extremadamente débil, inestable y volátil. En Murcia -cuando el PSOE impulsó junto a Ciudadanos una moción de censura- fracasó estrepitosamente. Y ahora ha estado a punto de dar al traste con la aprobación del trascendental decreto sobre la reforma laboral.

3.- Se ha puesto de manifiesto el altísimo precio de la dependencia del gobierno respecto a las fuerzas que encarnan la fragmentación.

PNV, ERC, EH Bildu y el BNG no han tenido reparo alguno en sumarse al NO encabezado por el PP y Vox. Se afirma que “votaron NO confiando en que saldría el Si”, pero si no hubiera mediado la equivocación del diputado del PP, serían los cómplices necesarios en una operación que habría fortalecido a las fuerzas más reaccionarias.

Se ha evidenciado el carácter tóxico de tener que depender del voto de las fuerzas de la fragmentación. PNV, ERC, Bildu y BNG no han dudado en coincidir con la ofensiva del PP y Vox.

Algunas voces, desde Unidas Podemos, hablan de “recomponer la unidad plurinacional” con ERC o Bildu, dañada tras la votación de la reforma laboral. Pero pocas veces se ha demostrado con tanta claridad su carácter tóxico.

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Solo es la primera de tres reformas clave

Las sacudidas políticas y las heridas que ha dejado la aprobación del decreto sobre la reforma laboral van a marcar los acontecimientos y la aritmética parlamentaria en el corto y medio plazo. Teniendo en cuenta que este año debe cerrarse la aprobación de otras dos decisivas reformas, la de las pensiones y la fiscal, donde volverán a enfrentarse, como ha sucedido con la reforma laboral, los dictados y límites que imponen el hegemonismo y la oligarquía, por un lado, y por otra las demandas y exigencias de un viento popular y patriótico que sigue teniendo una importante influencia.

Se ha aprobado el marco laboral del que dependen salarios y condiciones de vida de millones de trabajadores.

Va a influir en el clima político, y en como se cierren las dos “reformas claves” previstas para 2022: las pensiones y la fiscal. En las que debemos defender una posición clara: el blindaje constitucional de las pensiones y una política de redistribución de la riqueza, con una reforma fiscal donde de verdad paguen más bancos, monopolios y capital extranjero.

6 comentarios sobre “Los efectos de una reforma laboral aprobada… por los pelos”

  • Hombre, es que no puede ser. Sí, la reforma laboral es un avance, pero ridículo. Un ejemplo, los obreros de la construcción del piso de enfrente de mi casa. De 1000 € a 1020 €/mes. Mientras tanto los monopolios eléctricos 700.000 €/hora o las farmacéuticas 100 millones al día. La situación es insostenible y el abismo social inmenso. Redistribución de la riqueza ya!!!

  • Lo poco que veo de pasada TeleAyuso y los desayunos de la 1 es «ay, el botoncito, ay, el botóncito», pero poco más. Esto es en lo que se debe centrar el gobierno si quiere ser de progreso de verdad, y no en chatarra y limosnas (vamos, que una farmacéutica norteamericana gana casi 100 millones de € al día, mientras que un obrero de la construcción 1000 €/mes) :

    «defender una posición clara: el blindaje constitucional de las pensiones y una política de redistribución de la riqueza, con una reforma fiscal donde de verdad paguen más bancos, monopolios y capital extranjero.»

    Esa es la línea a seguir. Please, que alguien mande el programa de Recortes Cero al señor Presidente y a Yolanda Díaz

    Ánimo chavales en Castilla León. Que tengáis mucha suerte

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