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Unión bancaria al estilo alemán

Los ministros de Economía de la Eurozona han logrado, tras una larga jornada de más de 12 horas de negociaciones, un acuerdo político de mínimos y ajustado a las pautas alemanas para crear un mecanismo único de liquidación de bancos en crisis. Hoy los 28 ratificarán hoy los avances para completar la unión bancaria.

Se trata del segundo pilar de la unión bancaria, cuyo objetivo es acabar con la fragmentación financiera en la Eurozona y romper el vínculo entre Estados y bancos.

Sin embargo, el compromiso alcanzado se queda lejos de las expectativas iniciales en base a la propuesta de la Comisión y se ajusta a las exigencias de Berlín, que rechaza pagar por los problemas de la banca de otros Estados miembros.

Así será el fondo

Así, se creará un fondo europeo único para financiar quiebras y reestructuraciones, que se nutrirá de aportaciones de los bancos con el fin de evitar que sean los contribuyentes los que paguen futuras crisis. El fondo alcanzará una dotación de 55.000 millones de euros en un plazo de 10 años.

Pero en un primer momento, el fondo estará formado por compartimentos nacionales y sólo se convertirá en un fondo europeo único tras un periodo transitorio de 11 años, tras una mutualización progresiva a un ritmo del 10% al año. Ello significa que, hasta entonces, cada país deberá asumir las pérdidas de su banca.

Además, para poner en marcha este fondo deberá firmarse un nuevo Tratado intergubernamental, al margen del derecho comunitario, que tiene que negociarse antes del 1 de marzo de 2014, algo que ya ha sido denunciado por la Eurocámara.

El acuerdo establece además un complejo sistema de toma de decisiones para liquidar un banco que ya ha sido criticado por la Comisión y por el Banco Central Europeo (BCE) por considerar que no podrá responder a situaciones de emergencia.

Las decisiones sobre el cierre de un banco serán preparadas por un consejo de resolución, en el que estarán representados los Estados miembros. Aunque formalmente se designa a la Comisión como autoridad de liquidación, ésta se limitará a ratificar las decisiones del consejo de supervisión. Si no está de acuerdo, la decisión se elevará al Consejo, donde están representados los Veintiocho, que tendrán la última palabra, como quería Berlín.

El sí de los países

Hoy, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho inician una cumbre en la que ratificarán los avances de los últimos días en la unión bancaria y pedirán completar su arquitectura, con la negociación final con la Eurocámara, antes de las elecciones europeas de mayo de 2014.

Además, un sistema de contratos de reformas que deberán suscribir los países de la Eurozona a cambio del apoyo financiero de la UE. La definición de este sistema deberá completarse como muy tarde en junio de 2014, según figura en el borrador provisional de conclusiones del Consejo Europeo. El objetivo es reforzar la coordinación de políticas económicas y la vigilancia sobre los Estados miembros con el fin de prevenir futuras crisis.

Los países de la UE no han logrado avanzar en las reuniones previas de las últimas semanas en la definición del tipo de asistencia que se concederá a los países cumplidores ni en el volumen de recursos disponible. La idea dominante es conceder créditos a tipos de interés inferior al del mercado, según fuentes europeas, aunque en el borrador se menciona también la posibilidad de subvenciones directas o avales.

Aunque la ayuda estaría disponible en teoría para cualquier Estado miembro de la Eurozona, el mecanismo está pensado para países en crisis que tienen dificultades para acceder a financiación en los mercados, como ocurrió en el último año con España o Italia.

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