En Comú-Podem se ofrece para “garantizar la estabilidad” del gobierno de Torra

Una peligrosa jugada a tres bandas

El mismo día que se constataba la pérdida de la mayoría parlamentaria del independentismo, la líder del grupo de Catalunya En Comú-Podem en el parlamento catalán, Jessica Albiach, ofrecía los votos de sus ocho diputados para “garantizar la estabilidad” del gobierno de Torra, a cambio de “un acuerdo global y de mínimos” que permita “aprobar unos presupuestos sociales”.

¿Qué hace la dirección de los comunes ofreciendo oxígeno político a un gobierno catalán en sus horas más bajas? ¿Por qué ha pasado de la tajante denuncia a Torra de su anterior líder, Xavier Domenech, a ofrecerle ahora su apoyo?

Las razones las planteó la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ofreciendo a las fuerzas independentistas un “pacto global” para aprobar los presupuestos en las cortes españolas, en la Generalitat y en el ayuntamiento de Barcelona.

A cambio de que los comunes den luz verde a unos presupuestos que las fuerzas independentistas ya son incapaces de aprobar por sí mismas, ERC apoyaría los presupuestos de Sánchez en Madrid, y se comprometería a no bloquear las cuentas del ayuntamiento de Barcelona.«Una fuerza de izquierdas no puede ofrecerse para “garantizar la estabilidad” del gobierno de Torra, por la misma razón que le impedía hacerlo con el de Rajoy»

Una jugada a tres bandas donde aparentemente todos ganan: el PSOE en Madrid, Torra en el parlamento catalán y Ada Colau en el ayuntamiento barcelonés.

Pero no todo es “táctica política”.

No se puede “pactar unos presupuestos sociales” con Torra, como no se podía hacer con Rajoy. Porque ambos representan a los principales ejecutores de los recortes, en el conjunto de España y en Cataluña.

Se pueden arrancar algunas concesiones, como hizo el PNV en la negociación de los últimos presupuestos con Rajoy, pero si se vota a favor se estarán avalando unas cuentas que van a perpetuar los recortes que sufren los catalanes.

Y una fuerza de izquierdas no puede ofrecerse para “garantizar la estabilidad” del gobierno de Torra, por la misma razón que le impedía hacerlo con el de Rajoy.

Torra no ha dejado de ser un xenófobo reaccionario, como denunció Xavier Domenech el parlament catalán, ni ha renunciado a sembrar división, no solo entre Cataluña y el resto de España sino también y sobre todo contra los catalanes que no aceptan la independencia.

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