Trump frente a Europa

La entrada de Trump en la Casa Blanca ha supuesto un vuelco en los asuntos internos de EEUU pero también en su política exterior. El mundo ve con sorpresa la aplicación de medidas impuestas por Trump sin importar trastocar las relaciones establecidas con los países desde hace años. La guerra de aranceles, la intromisión en la campaña electoral de Alemania, las negociaciones con Rusia en la guerra de Ucrania al margen de la Unión Europea, son algunos cambios de Washington..

¿Cuáles son las medidas de Trump para Europa? Y cuál es la respuesta de Europa frente a la agresividad de los planes yanquis.

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Los cambios en la política global de EEUU

En los últimos años EEUU está perdiendo terreno frente al avance de China y el ascenso de los pueblos del Tercer Mundo junto con los BRICS. La política común de las últimas Administraciones yanquis tiene su centro en el cerco y enfrentamiento a China. Frente a una hegemonía consensuada que define las anteriores políticas, se opta por una “dictadura mundial” para frenar el ocaso de la superpotencia. La guerra de aranceles, las imposiciones por decreto internas, las relaciones con otros países a la fuerza, etc. En síntesis podemos resumir los objetivos que pretenden:

1. En lo económico, fortalecer la economía yanqui, cerrar la sangría de la deuda y avanzar en el PIB, Particularmente frente a Cina. Es necesario concentrar y recoger todos los recursos posibles (“lo primero es América”). La guerra de aranceles lanzada a todos los países, presenta tres bazas principales: primero, obtener la máxima recaudación que permita dar un avance en el PIB; segundo, arma de chantaje para obtener relaciones económicas más favorables con sus vasallos; y tercero, en lo político doblegar la voluntad de los países dominados.

2. En lo militar, un desarrollo armamentístico al más alto nivel tecnológico. El punto de mira vuelve a ser China.

3. Disputar los puntos geoestratégicos esenciales de las rutas marítimas para cercar a China. Hablamos de los pasos importantes de mercancías como son Panamá, canal de Suez, el estrecho de Malaca, o el paso futuro de Groenlandia.

4. Búsqueda de materias primas fundamentales (“tierras raras”) para el desarrollo de la alta tecnología. Groenlandia, Canadá, en el Congo, etc.

Desde la imposición de sus políticas, busca establecer otros vínculos distintos a los consensos de la anterior Administración. Pasa, por ejemplo. Por no reconocer los organismos internacionales con apoyo de casi todos los países como son la OMS (Organización Mundial de la Saud), o la OMC (Organización Mundial del Comercio). Mientras que con la ONU puede ejercer su derecho al veto.

En la actual situación la burguesía monopolista yanqui prefiere jugar sus bazas con la alianza con Israel y Rusia. Es un auténtico “Trío de la Muerte”, Trump-Putinn-Netanyahu. Israel juega un papel fundamental en Oriente Medio cuyo centro es la contención de Irán y el control del canal de Suez. Los nuevos lazos con Rusia permiten actuar como contrapeso en la relación con los BRICS y la presión rusa sobre Europa.

Aunque con mucha fuerza, esta ofensiva de Trump es una apuesta, quizás a la desesperada, para frenar el declive de los últimos años. Está atemorizando al mundo, pero vemos cómo la respuesta en los pueblos y países que no aceptan las imposiciones yanquis. Las reacciones al genocidio en Palestina o la invasión de Ucrania están en todo el mundo, así como un determinar un primer retroceso en los aranceles marcados.

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Europa y la guerra de Ucrania

¿Qué papel juega Europa? Es evidente que la fracción de clase de la burguesía monopolista yanqui pretende cambiar las reglas de juego. Ya en el anterior periodo de Trump, son los intentos de descoser las costuras de la UE. Fue el momento de impulsar el Brexit, entre otras medidas, que permitió desgajar Inglaterra de la Unión Europea. Ahora entramos en una línea más agresiva: se trata de conseguir una disgregación de la UE imponiendo otro orden europeo en el que EEUU trate por separado a los países europeos. Frente a una Europa fuerte, potenciar las relaciones de “vasallaje” país a país en Europa. Estamos asistiendo al desplante, la descalificación de sus políticos, y el ninguneo (las negociaciones de yanquis y rusos sobre la guerra de Ucrania fuera de Europa), como formas de relación. Al tiempo se esfuerza en financiar y apoyar el desarrollo de fuerzas de ultraderecha (anti UE y pro-yanquis y pro-rusas) como palancas de presión. Incluso con la injerencia directa en los procesos electorales, como influir en el electorado alemán para votar por el partido neonazi.

En el plano económico la administración Trump pretende la contribución de Europa a las finanzas yanquis. Exigir el 5% del PIB de cada país para compras de armamento norteamericano, además de fortalecer el aparato militar de la OTAN, es una forma de recaudar fondos. Argumentando que “Europa les debe mucho” presionan para obligar con sus ventas de gas y otras materias. La subida de aranceles, con las amenazas y chantajes ha abierto una brecha entre EEUU y Europa no esperada, impredecible. Pero es en la guerra de Ucrania donde las respuestas han sido más contundentes. Así, vemos el acercamiento de Inglaterra a la UE, rectificando sus estrecha colaboración con Norteamérica.

¿Qué busca Trump en el cambio de actitud sobre la invasión de Ucrania, a la que denomina ahora conflicto con Rusia? Primero, suprimir los costes de financiación en un punto caliente fuera del centro de sus intereses, frente a la disputa con China. Segundo, pactar con Rusia le permite abrir una grieta en las relaciones ruso-chinas o con los BRICS. Además de poder tener un apoyo en sus intereses geoestratégicos (Groenlandia). Tercero, ejercer una paz a su conveniencia. A Rusia el Dombás y a EEUU cobrarse la deuda ucraniana en materias primas.

Son evidentes las grietas abiertas entre el conjunto de Europa, incluyendo a Inglaterra, y EEUU. Se sienten abandonados en el apoyo militar y económico a Ucrania, y sobre todo en las continuas amenazas de Rusia a los países más limítrofes. Como también las presiones de Trump a Dinamarca reclamando para sí Groenlandia junto con el conjunto de agresiones económicas que representan los aranceles. En esta situación la reacción europea no se ha hecho esperar. La necesidad de una respuesta unánime, defendiendo la Unión Europea en bloque, con la adhesión de Inglaterra, aunque tiene la excepción de la Hungría de Orban y las vacilaciones de Italia con Meloni. Las burguesías monopolistas europeas han lanzado el plan “Rearme de Europa” por 800.000 millones de euros, presentado como un plan para responder a los “desafíos del imperialismo ruso” y a los “ataques que EEUU dirige contra la UE”. En síntesis, se pretende dar una respuesta unitaria. Consiste en desarrollar la autonomía europea potenciando la inversión en la industria armamentística propia (parten de exigir el 65% de las aportaciones de cada país en la industria europea). Y al mismo tiempo crear los sistemas tecnológicos que generen la autonomía militar cortando la dependencia informática del Pentágono.

¿Es esto posible? En palabras de Borrell: “si Europa quiere sobrevivir, tiene que avanzar hacia desarrollar y reforzar un pilar europeo dentro de la OTAN”. Este debate abierto sobre la necesidad de una fuerza militar europea que haga frente a las amenazas rusas y a la defensa de Ucrania es importante. Ahora bien nos encontramos continuamente con las vacilaciones e inconsecuencias de defender un plan autónomo al margen de EEUU, que pueda romper el “vínculo atlántico”.

Es necesario defender un plan de rearme europeo que sea independiente de EEUU; desarrollar la industria armamentística y tecnología propias, sin la dependencia con el Pentágono. Dentro de la OTAN no es posible.