Trileros antidemocráticos

Si Puigdemont y Mas pueden aprobar estas leyes, que solo buscan abrir paso a la declaración de una independencia unilateral, no es porque sean mayoría, es porque han retorcido la democracia y la propia legalidad catalana en su conveniencia.

El estatut de Cataluña exige una mayoría de dos tercios para su reforma, o para cambiar la ley electoral. Con el objetivo de que ningún gobierno pudiera cambiarla a su conveniencia, salvaguardando con ello la democracia.

Pues bien, ahora Junts pel Sí y las CUP pretenden aprobar la ley del referéndum, la votación más importante que pueda abordar la sociedad catalana, por mayoría simple, marginando a toda la oposición.

No contentos con ello, Junts pel Sí y las CUP intentaron imponer una reforma del reglamento del parlament catalan que literalmente dinamitaba la democracia parlamentaria en Cataluña. Permitiendo al gobierno carta blanca para imponer sus dictados, y maniatando a la oposición impidiendo siquiera quiera que pudiera discutir o presentar enmiendas.

Como esta aberración antidemocrática, pensada ad hoc para que los diputados independentistas impusieran su única ley en el parlament, calificada como “lectura única” y que impedía incluso a la oposisión presentar enmiendas a las leyes o decretos propuestos por el govern, fue inmediatamente derogada por el Tribunal Constitucional, tuvieron que idear un atajo, igual de antidemocrático.

Tanto la ley de referéndum como la ley de transitoriedad serán aprobadas por una trampa legal -la modificación a última hora del orden del día- que en los hechos equivale a la “lectura única” derogada por el Tribunal Constitucional, y que reduce prácticamente a cero el margen de maniobra de la oposición.

Mientras Puigdemont y Mas anuncian una futura república catalana se ampliará las libertades, en el presente recortan la democracia.

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