Testigos de la crisis del viejo orden

«El viejo orden, construido por la mayorí­a de las democracias después de la Segunda Guerra Mundial, se basaba en tres pilares. Uno de ellos era el estado del bienestar. El segundo fue la fe en el crecimiento económico. Por último, el comercio y las finanzas mundiales serví­an a los intereses conjuntos de los paí­ses. Los tres pilares se están tambaleando. Sin duda, la crisis financiera empeoró las cosas, y la situación de cada paí­s es diferente. El estado de bienestar de los Estados Unidos es menos generoso que el de Alemania. Pero estas diferencias oscurecen las grandes similitudes.»

Hemos dejado nuestra zona de comodidad colectiva. Ideas e instituciones que, en general, sirvieron bien desde la Segunda Guerra Mundial están en circunstancias sosechosas. Lo mismo ocurrió en la década de 1920 y principios de 1930. En medio de los implacables tumultos políticos de hoy, algo similar está ocurriendo. La debilidad económica en los países avanzados se debe en parte al trauma residual en los consumidores y las empresas después de la feroz crisis financiera de 2008-09. Pero sus efectos se ven complicados por una mentalidad retrógrada. Todos los gobiernos están tratando de proteger el viejo orden, porque no entienden y temen el nuevo. (THE WASHINGTON POST) DIARIO DEL PUEBLO.- En 2008, la crisis financiera internacional accionada por la crisis de hipotecas fallidas en EEUU condujo a la recesión económica seria en países desarrollados. El desarrollo económico y el modelo orientado a las exportaciones de Asia Oriental sufrió un rudo golpe, mientras que los países desarrollados, preocupados con sus propios asuntos, fueron incapaces de tender una mano a los países asiáticos. China estuvo entre los primeros en recuperarse de la crisis. La economía china creció en 9,2 por ciento en 2009 y 10,3 por ciento en 2010, otorgando un gran espaldarazo a la recuperación económica en Asia y de hecho al mundo entero, y desempeñó de nuevo el importante papel de “estabilizador” para la economía asiática. Para tal fin, China ha tomado una serie de medidas, con vistas a promover el desarrollo sano del mercado inmobiliario, con vistas a establecer medidas macreconómicas más flexibles y previsoras, ajustando la intensidad, el ritmo y el foco de macrocontrol, acorde a la cambiante situación. China confía tanto en neutralizar las principales fluctuaciones económicas como en evitar un “aterrizaje forzoso”. EEUU. The Washington Post Fuera de nuestra zona de confort Robert Samuelson Estamos siendo testigos de "la crisis del viejo orden." La frase, acuñada por el fallecido historiador Arthur Schlesinger Jr. para describir el fracaso del capitalismo sin restricciones a finales de 1920, también se puede aplicar al presente, a pesar de las diferentes circunstancias. En todas partes, los países avanzados se enfrentan a problemas similares: excesivos compromisos de gasto en los estados del bienestar, envejecimiento de la población, expansión económica en horas bajas. Estas condiciones definen la crisis mundial y explican por qué afecta a los Estados Unidos, Europa y Japón al mismo tiempo. Tenemos que ir más allá de los fuegos artificiales partidistas de todos los días para ver la situación en perspectiva. El viejo orden, construido por la mayoría de las democracias después de la Segunda Guerra Mundial, se basaba en tres pilares. Uno de ellos era el estado del bienestar. El gobierno protege a los desempleados, ancianos, discapacitados y los pobres. El capitalismo se puede domesticar. La segunda fue la fe en el crecimiento económico, lo que elevaría el nivel de vida de todo el mundo al tiempo que permitía la redistribución de los ingresos. El crecimiento fue ordenado, ya que los economistas habían aprendido lo suficiente de la década de 1930 para curar recesiones periódicas. Por último, el comercio y las finanzas mundiales servían a los intereses conjuntos de los países. Los tres pilares se están tambaleando. Sin duda, la crisis financiera empeoró las cosas, y la situación de cada país es diferente. El estado de bienestar de los Estados Unidos es menos generoso que el de Alemania. La crisis de Grecia comenzó porque había ocultado gran parte de su déficit presupuestario, la de Irlanda se originó en la explosión de una burbuja inmobiliaria que dio lugar a un costoso rescate bancario. Pero estas diferencias oscurecen las grandes similitudes. Comencemos con el estado de bienestar. Lo que es una bendición para muchos, es también una carga común. Su expansión fue enorme. En 1950, el gasto gubernamental como porcentaje de la economía de un país (Producto Interior Bruto) era del 28% en Francia, del 30% en Alemania y del 21% en Estados Unidos. En 1999, las cifras fueron del 52% del PIB en Francia, el 48% en Alemania y un 30% en los Estados Unidos, según cifras compiladas por el fallecido historiador de la economía Angus Maddison. El envejecimiento de la sociedad aumentará los costos futuros de las pensiones, la seguridad social y la atención a la salud. De 2008 a 2050, la población de más de 65 años se prevé que aumentará el 40% en Alemania, el 77% en Francia y el 121% en Estados Unidos. Dado este panorama, incluso los países sin crisis inmediatas están adoptando medidas de austeridad. Todos se enfrentan a una elección ruinosa: el incremento de los impuestos o del déficit para financiar más gasto social puede obstaculizar aún más la economía, pero recortar los gastos sociales desata la reacción popular. Sin embargo, esos gastos son ahora más vulnerables. Irlanda ha recortado las prestaciones para los desempleados en un 10 por ciento, ha reducido pagos en un 16 por ciento y, a partir de 2014, aumentará poco a poco la edad de jubilación de 65 a 68. Sobre el papel, un crecimiento económico más rápido podría rescatar a los gobiernos de esta trampa. Desafortunadamente, esto parece un espejismo. De hecho, el segundo pilar del viejo orden –la fe rutinaria en la expansión económica– está bajo sospecha. Los economistas han exagerado su comprensión y control. Ellos parecen haber agotado los métodos políticos convencionales. Los bancos centrales como la Reserva Federal han mantenido bajas las tasas de interés. Los déficits presupuestarios son altos. Algunos economistas estadounidenses sostienen que Estados Unidos debe incurrir de manera temporal en un déficit aún mayor. Tal vez funcionara, pero la experiencia de Europa aconseja lo contrario. Los grandes déficits han dado lugar a mayores tasas de interés, lo que refleja los grandes temores de los inversionistas al impago. La ansiedad por la quiebra, a su vez debilita a los bancos – los grandes tenedores de bonos del gobierno– y, a través de ellos, a la economía en general. Aunque Estados Unidos todavía no ha corrido esta suerte, es posible, sobre todo teniendo en cuenta las advertencias de Moody y Standard & Poor, que la explosión de la deuda federal pueda causar rebajas en la calificación. La austeridad practicada por uno o dos países excesivamente comprometidos puede tener éxito, sus economías puedan crecer al aumentar las exportaciones para reemplazar la caída del gasto doméstico. Pero la austeridad prolongada practicada por la mayoría de los países avanzados podría ser un lastre enorme para la economía mundial. ¿A quién pueden exportar? La respuesta obvia es a China y otros "mercados emergentes". Sin embargo, China frustra esta posibilidad mediante el mantenimiento de una moneda artificialmente baja que subsidia sus exportaciones y mantiene grandes excedentes comerciales. China considera el comercio como un creador de puestos de trabajo. Rechazando la noción del comercio para el beneficio mutuo – tercer pilar del orden antiguo. La base política del sistema de comercio mundial está en peligro. Hemos dejado nuestra zona de comodidad colectiva. Ideas e instituciones que, en general, sirvieron bien desde la Segunda Guerra Mundial están en circunstancias sospechosas. Lo mismo ocurrió en la década de 1920 y principios de 1930. Entonces, las principales naciones del mundo lucharon en vano por mantener el patrón oro, que –antes de la Primera Guerra Mundial– había anclado un orden económico próspero. Había un impulso natural de aferrarse a ideas familiares y prácticas hacia las que la gente se volcó política e intelectualmente. Esta inercia contribuyó a la gravedad de la Gran Depresión. En medio de los implacables tumultos políticos de hoy, algo similar está ocurriendo. La debilidad económica en los países avanzados se debe en parte al trauma residual en los consumidores y las empresas después de la feroz crisis financiera de 2008-09. Pero sus efectos se ven complicados por una mentalidad retrógrada. Todos los gobiernos están tratando de proteger el viejo orden, porque no entienden y temen el nuevo. THE WASHINGTON POST. 23-7-2011 China. Diario del Pueblo Socio responsable para el crecimiento La cooperación pragmática de China con sus vecinos ha ayudado a mantener la estabilidad regional y el desarrollo común A partir de los años 50 y hasta finales de los años 80 del siglo XX, las economías de Japón, la República de Corea (RC), Taiwán, Hong Kong, Singapur, Tailandia, Malasia e Indonesia alcanzaron un nivel de desarrollo notable, que se conoció como el “Milagro del Sudeste Asiático”. Al principio de los años 90, los cambios drásticos en Europa Oriental y la desintegración de la Unión Soviética marcaron el final de la Guerra Fría. Estados Unidos y otros países occidentales presionaron a Japón para que apreciara su moneda, el yen, lo cual condujo en última instancia al estallido de la burbuja económica nipona. En 1997, los fondos de compensación de EEUU se aprovecharon de los problemas en el desarrollo económico de los países asiáticos surorientales y especularon en el mercado de moneda extranjera, forzando la aguda depreciación del baht tailandés y otras monedas asiáticas surorientales y conduciendo a la fuga masiva de capitales y a la bancarrota de numerosos bancos y otras instituciones financieras. La crisis financiera se extendió por todas partes de Asia, dando por resultado una seria recesión económica, desempleo enorme, agitación social y frecuentes cambios de régimen. Los países occidentales miraron lo que ocurría desde el burladero, o impusieron condiciones leoninas para ofrecer ayuda económica , con llamados a las reforma democrática. Esto no ayudó a Asia a superar la crisis financiera, sino que produjo mayor agitación política, económica y social. En 2008, la crisis financiera internacional accionada por la crisis de hipotecas fallidas en EEUU condujo a la recesión económica seria en países desarrollados. El desarrollo económico y el modelo orientado a las exportaciones de Asia Oriental sufrió un rudo golpe, mientras que los países desarrollados, preocupados con sus propios asuntos, fueron incapaces de tender una mano a los países asiáticos. China estuvo entre los primeros en recuperarse de la crisis. La economía china creció en 9,2 por ciento en 2009 y 10,3 por ciento en 2010, otorgando un gran espaldarazo a la recuperación económica en Asia y de hecho al mundo entero, y desempeñó de nuevo el importante papel de “estabilizador” para la economía asiática. Para tal fin, China ha tomado una serie de medidas, con vistas a promover el desarrollo sano del mercado inmobiliario, con vistas a establecer medidas macreconómicas más flexibles y previsoras, ajustando la intensidad, el ritmo y el foco de macrocontrol, acorde a la cambiante situación. China confía tanto en neutralizar las principales fluctuaciones económicas como en evitar un “aterrizaje forzoso”. La participación de las economías emergentes, incluida China, en la economía mundial, continuará elevándose. En el 12mo Plan Quinquenal (2011-2015), China acelerará los cambios en su modelo del desarrollo económico, impulsando el ajuste estratégico de la estructura económica y construyendo un mecanismo a largo plazo para ampliar la demanda doméstica. China apoyará Asia en la implementación de varias formas de cooperación económica regional y continuará impulsando la integración económica asiáticoriental y la cooperación regional en el marco de los grupos 10+1 y 10+3. A la par, profundizará sus relaciones de amistad y de cooperación pragmática con sus vecinos, manteniendo a la vez la paz y estabilidad regionales y promoviendo continuamente el desarrollo y la prosperidad comunes en Asia. DIARIO DEL PUEBLO. 25-7-2011

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