Acerca de la refundación de la izquierda (1)

Sobre todo, no olvidarse nunca de la lucha de clases

A finales del pasado mes de junio, Izquierda Unida celebraba en Madrid la Asamblea de Refundación de la Izquierda. La Asamblea, en palabras de Cayo Lara, coordinador federal de Izquierda Unida, no era el punto final, sino el «punto de partida» para la «refundación del espacio polí­tico y social de la izquierda». Refundación en la que, dijo, «no sobra nadie» y en la que se busca la convergencia de quienes pretenden que la «riqueza se reparta con equidad», los que persiguen «preservar la naturaleza», los que creen que la «igualdad de hombre y mujer no es negociable» y los que saben que «la paz no se construye matando».

Según se dijo en la Asamblea, que reunió a mil delegados de toda Esaña, no se trata de “volver a los orígenes” de la fundación de Izquierda Unida, en 1986, en mitad de la batalla contra la OTAN, sino de abrir una nueva etapa abierta “a construir con otros y otras una nueva agenda para el cambio social,conectando con el antiguo sueño de la humanidad de un mundo en libertad y justicia, sin represión, explotación, hambre o necesidad”.Son muchas, y muy jugosas, las cuestiones a debate que plantea este proceso de refundación de Izquierda Unida. Lo cual nos obligará necesariamente, dado el calado y la importancia que para el pensamiento y la práctica de la izquierda transformadora tienen muchas de ellas, a tratarlo a través de varias entregas en sucesivos números de Chispas.Pero para empezar es necesario detenerse en dos cuestiones capitales, sin acertar en las cuales difícilmente podrá la izquierda comprender cuál es la situación actual y qué alternativas necesita nuestro pueblo para hacer frente con éxito al brutal proyecto de ajustes y recortes que quieren imponernos. ¿Quiénes son los amigos, quién los enemigos? Dos cuestiones capitales que se resumen, sin embargo, en una única pregunta: ¿quiénes son nuestros auténticos amigos, quiénes nuestros verdaderos enemigos?“¿Quiénes son nuestros enemigos y quiénes nuestros amigos? Esta es una cuestión de importancia primordial para la revolución. Si todas las anteriores luchas revolucionarias de China sólo obtuvieron exiguos resultados, fue esencialmente porque los revolucionarios no supieron unirse con los auténticos amigos para atacar a los verdaderos enemigos. Un partido revolucionario es el guía de las masas, y no hay revolución que no fracase cuando ese partido las conduce por un camino erróneo. A fin de conquistar con seguridad la victoria en la revolución y no conducir a las masas por un camino erróneo, tenemos que cuidar por unirnos con nuestros auténticos amigos para. atacar a nuestros verdaderos enemigos”. (Mao Tsé tung. Análisis de las clases de la sociedad china. 1920)El documento aprobado por la Asamblea, titulado “Llamamiento a la izquierda” afirma en uno de sus puntos: “los poderosos quieren concentrar más capital y más poder” y “sabemos que la crisis tiene responsables, autores, rostros”.En efecto, así es. Conocemos desde Marx que el capitalismo sólo sale de las crisis destruyendo el capital sobrante y concentrándolo a un nivel superior. Ya en El Manifiesto Comunista se dice:“Pues bien: ante nuestros ojos se desarrolla hoy un espectáculo semejante. Las condiciones de producción y de cambio de la burguesía, el régimen burgués de propiedad, la moderna sociedad burguesa, que ha sabido hacer brotar como por encanto tan fabulosos medios de producción y de transporte, recuerda al brujo impotente para dominar los espíritus subterráneos que conjuró. Desde hace varias décadas, la historia de la industria y del comercio no es más que la historia de las modernas fuerzas productivas que se rebelan contra el régimen vigente de producción, contra el régimen de propiedad donde residen las condiciones de vida y de predominio político de la burguesía. Basta mencionar las crisis comerciales, cuya periódica reiteración supone un peligro cada vez mayor para la existencia de la sociedad burguesa toda. Las crisis comerciales, además de destruir una gran parte de los productos elaborados, aniquilan una parte considerable de las fuerzas productivas existentes. En esas crisis se desata una epidemia social que a cualquiera de las épocas anteriores hubiera parecido absurda e inconcebible: la epidemia de la superproducción (…) Las condiciones sociales burguesas resultan ya demasiado angostas para abarcar la riqueza por ellas engendrada. ¿Cómo se sobrepone a las crisis la burguesía? De dos maneras: destruyendo violentamente una gran masa de fuerzas productivas y conquistándose nuevos mercados, a la par que procurando explotar más concienzudamente los mercados antiguos. Es decir, que remedia unas crisis preparando otras más extensas e imponentes y mutilando los medios de que dispone para precaverlas”. A la acertada pregunta de quiénes son estos poderosos, quiénes los responsables, los autores, los rostros de la crisis, la Asamblea de Refundación de la Izquierda da, paradójicamente, una respuesta que contribuye a difuminarlos, en lugar de ponerles nombres y apellidos. No es posible hallar en todo el documento otros responsables que los especuladores, el FMI, el Banco Mundial y los gobiernos que actúan según el “dogma neoliberal” que predican aquellos. ¿Pero acaso los especuladores, el FMI, el BM o los gobiernos son otra cosa que los instrumentos a través de los cuáles actúan las burguesías monopolistas más poderosas, las grandes potencias imperialistas?Ellas son las que dictan las reglas a seguir, las que imponen recortes y ajustes, las que degradan a los países y saquean a los pueblos. No es en las bolsas mundiales ni en la sede del FMI o del Banco Mundial (mucho menos en la Moncloa), sino en los centros de poder de Washington y de Berlín donde los encontramos.En el documento aprobado en al Asamblea de IU se afirma que “en este tiempo, España se ha situado, junto con Grecia, en el epicentro de esa ofensiva neoliberal y de las contradicciones de la misma a escala europea”. ¿De verdad creen que nuestro problema es que estamos en el “epicentro de una ofensiva neoliberal”? O es más bien que los dos grandes centros de poder mundial con intereses de dominio y de explotación sobre nosotros, Washington y Berlín, se han lanzado a un ataque masivo contra los intereses del 90% de la población, buscando rebajarnos un 25% los salarios y las rentas. De qué ofensiva “neoliberal” estamos hablando cuando lo que pasa aquí es que con el estallido de la crisis, EEUU y Alemania buscan acrecentar el dominio que tienen sobre nosotros para aumentar el grado de saqueo a que nos someten y que así seamos nosotros los que paguemos la factura de su crisis.No es posible levantar una alternativa de lucha sin tener un comprensión cabal de a qué y a quién nos enfrentamos. Sin fijar con claridad el blanco de nuestra lucha, ¿cómo podremos alcanzar ningún éxito?

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