Sí­ podemos. Sí­ hay alternativa

Bajo este argumento sólo se busca justificar unas medidas que están al servicio de que bancos y multinacionales obtengan miles de millones de beneficios a costa de rebajar salarios y pensiones y recortar gastos sociales.

Rubalcaba airea a bombo y latillo que va a recaudar 2.000 millones de euros –sacándoselos a los fumadores o a cualquiera que salga una noche de copas– para mantener la sanidad pública. ¿2.000 millones? ¿Pero de qué broma están hablando? ¿Por que no dice ni una sola palabra de tomar medidas contra el fraude fiscal de las grandes fortunas, bancos, monopolios y multinacionales, que según la Asociación de Inspectores de Hacienda ronda los 44.000 millones de euros anuales? Por qué no explica cómo, en lugar de congelar las pensiones (con lo que se han “ahorrado” 1.200 millones de euros sacados de los bolsillos de los jubilados), podían haber anulado las rebajas del impuesto de sucesiones para las grandes fortunas, con lo que se hubieran conseguido 2.552 millones, y no sólo en un año, sino en todos. O por qué no deroga la ley aprobada por su gobierno en 2007 para rebajar los impuestos a todos aquellos que ganan más de 120.000 euros al año, con lo que se recaudarían otros 2.500 millones anuales. ¿Por qué en lugar de los enormes recortes en sanidad, educación y gastos sociales que están aplicando no se suprime la reciente bajada del Impuesto de Sociedades a las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año, lo que permitiría recaudar otros 5.300 millones de euros? Sí hay alternativa ¿Dónde está escrito qué tenemos que aguantar a una clase política así, que manda a la gente al paro, rebaja salarios, congela pensiones y recorta la sanidad o la educación para defender los beneficios de la banca y las multinacionales? Eso es lo que quieren que creamos. Que no hay alternativa posible a los recortes y ajustes. Nuestras candidaturas, De Verdad contra la crisis-UCE, decimos que claro que hay otra alternativa distinta a la que nos imponen el FMI y Bruselas y ejecutan Zapatero-Rubalcaba y Rajoy. ¿Acaso no lo están haciendo Brasil, Bolivia, Argentina o Islandia? ¿Quién ha dicho entonces que nosotros no podemos hacerlo también? Pero para eso la clave es acumular fuerza política organizada. Sumar al mayor número de candidatos dispuestos a llevar adelante esta otra alternativa, crear el mayor número de agrupaciones electorales de base para difundir el programa de redistribución, democracia y soberanía entre la gente, conseguir el mayor número de votos posibles para nuestras candidaturas. Ese es el único camino. El ex presidente brasileño Lula se ha convertido en una de las personalidades políticas más prestigiosas y respetadas del mundo no sólo porque ha sabido conducir a su país hacia la eliminación de la pobreza, el crecimiento económico y la reducción de las desigualdades sociales, sino porque ha sido capaz de poner en su sitio al FMI –es decir, fuera de cualquier tipo de control e injerencia sobre el gobierno brasileño–, parar los pies al saqueo de las multinacionales sobre su país e imponer una relación de mucha mayor igualdad y beneficio mutuo con las principales potencias mundiales. Sin embargo, pocos conocen que desde 1989, Lula y el Partido de los Trabajadores fracasaron hasta tres veces en su intento de ganar las elecciones presidenciales, consiguiéndolo sólo a la cuarta ocasión, en 2003. Fue la persistencia en defender una y otra vez un programa justo de redistribución de la riqueza y soberanía nacional, la determinación, elección tras elección, de ir ganándose el apoyo y el voto de la mayoría de la población, la voluntad política de levantar un amplio frente de unidad, en el que cabían desde el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra hasta los representantes del empresariado de Sao Paulo, la que acabó finalmente transformando a Brasil, llevándolo por otro camino y con otra política completamente distinta. Ese es el camino que tenemos que seguir nosotros. El de la persistencia en el programa de redistribución, soberanía y democracia que necesitamos. El de la determinación de ganar el apoyo del 90%. El de la voluntad de crear un amplio frente de unidad para defender nuestros intereses. Con unidad y con fuerza política organizada, claro que podemos imponer otra política, otro camino, otra alternativa. En primer lugar, porque somos el 90% de la población, una inmensa mayoría. En segundo lugar porque sí hay una alternativa para salir de la crisis distinta a las rebajas, ajustes y recortes que nos están imponiendo. Una alternativa basada en tres puntos, tan sencillos como realizables, que constituyen el centro del programa que nuestras candidaturas defienden en estas elecciones. Redistribución de la riqueza, ampliación de la democracia y defensa de la soberanía nacional. Redistribuir la riqueza significa aplicar una nueva escala salarial, donde nadie gane menos de 1.000 euros mensuales y nadie más de 10.000. Significa hacer una reforma fiscal y aplicar un nuevo impuesto de sociedades donde pague más quien más tenga y más beneficios gane. Significa no seguir aguantando que se cierren ambulatorios, se despidan maestros o millones de jubilados cobren pensiones de miseria, mientras las grandes fortunas pagan un miserable impuesto del 1% gracias a las SICAV y demás privilegios fiscales que les han otorgado los sucesivos gobiernos.Ampliar la democracia significa hacer una leyes electoral justa, con la que no se distorsione la voluntad ciudadana expresada con sus votos para beneficiar al sistema bipartidista. Significan Asambleas de electores donde los votantes tengan la capacidad de controlar a quienes han elegido y éstos tengan que rendir cuentas ante ellos. Significa que los ciudadanos tengamos la capacidad de decisión sobre los asuntos que nos afectan directamente mediante refereéndums vinculantes. Defender la soberanía nacional significa dotarnos de la capacidad de decidir por nosotros mismos, sin imposiciones externas, de acuerdo con las necesidades de la mayoría de la población y de los intereses del país. Significa jubilar a una clase política que gobierna contra su propio pueblo siguiendo los mandatos de Washington y Berlín. Cada uno de cuyos dictados significa más empobrecimiento para la mayoría y una mayor degradación para el país. Necesitamos soberanía para poder aplicar una política de creación de riqueza y empleo que nos sirva para crecer económicamente, para adoptar medidas que beneficien al 90% de la población y no a un puñado de bancos y multinacionales. Únete y apoya nuestras candidaturas El 20-N tenemos una oportunidad para que esto empiece a cambiar, para dotarnos de fuerza política organizada en torno a un programa de unidad, redistribución, democracia y soberanía. De nosotros depende. Pese a las trabas antidemocráticas y arbitrarias impuestas por PSOE y PP nuestro partido presentamos candidaturas en las 52 circunscripciones del territorio nacional. Nos presentamos con un programa de redistribución, democracia y soberanía porque es el programa que se corresponde con los intereses del 90%, y porque constituyen el programa mínimo en torno al cual avanzar en la alternativa de crear un amplio frente de unidad. Nos presentamos con unas candidaturas formadas tanto por militantes como por multitud de luchadores populares independientes que, sin pertenecer a nuestra organización, han comprendido la necesidad tomar en sus manos este programa y esta alternativa para que se abran paso. Desde este punto de vista, las candidaturas De Verdad contra la crisis-UCE, tanto por su programa como por su composición, son un primer paso, un pequeño, pero importante, embrión del frente amplio de unidad. Si estás de acuerdo con que hay que redistribuir la riqueza, con que necesitamos más democracia, con que defender la soberanía nacional es clave para nuestros intereses, es el momento de crear una agrupación electoral en tu barrio, en tu pueblo, en tu centro de trabajo o de estudio. De llevar adelante y difundir entre la gente el programa electoral de unidad, redistribución, democracia y soberanía. Y de agrupar a la gente de tu entorno para que ellos también difundan y extiendan este programa Si estás de acuerdo con que si nos unimos podemos hacerlo, ¡únete tú también e invita a los tuyos a que se unan con nuestras candidaturas! ¡Porque SÍ PODEMOS!

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