Repsol triplica beneficios, Telefónica un 30% más

«Estos resultados están por debajo de las perspectivas del mercado, que estimaba que las ganancias estarí­an por encima de los 11.000 millones. Los ingresos consolidados fueron de 60.737 millones, con un incremento interanual del 7,1 % y el resultado operativo bruto antes de amortizaciones (oibda) sumó 25.777 millones, con un crecimiento del 14 %.»

Resol YPF ganó en 2010 tres veces más que en el ejercicio anterior, hasta sumar 4.693 millones de euros netos. El aumento de ganancias, de un 201%, incluye las plusvalías afloradas en la venta de Repsol Brasil a la china Sinpec (2.700 millones de euros) y el aumento del precio del barril de petróleo. El buen año permitirá a la compañía recuperar la política de retribución "justa" al accionista, tal y como la definió ayer en conferencia de prensa su presidente, Antonio Brufau. Repsol YPF pagará este año un dividendo de 1,05 euros, un 23% más que en el mal año 2009. (EL PAÍS) LA VANGUARDIA.- No hay que ser demasiado perspicaz para entrever que en Libia no se va a implantar –ni ahora, ni nunca– la República Democrática de Facebook. Ni en Egipto, ni en Túnez, ni en Marruecos… La lucha por el control de la mayor bolsa de petróleo del Mediterráneo apenas ha comenzado y promete ser atroz. El mejor ejercicio que un adulto puede hacer estos días es abrir serenamente el atlas por la página de Europa. Debajo, el brasero norteafricano; arriba, Carolingia, el Directorio Europeo y la disciplina germánica; y en el centro, yendo hacia el sur, la Península Ibérica y la Marca Hispánica. Hay que abrir el atlas y recitar, en voz alta, la pregunta hoy más pertinente: ¿Dónde estamos? EL MUNDO.- Importantes representantes del sector bancario español están presionando al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, para que vote a favor del Decreto sobre el Reforzamiento del sector financiero. Se trata de la ley aprobada por el Consejo de Ministros el pasado viernes y que exige más capitalización a las entidades financieras, especialmente a las cajas, pero que está pendiente de convalidación en el Parlamento. Los banqueros alertan de que un voto negativo del PP o incluso una abstención tendría un efecto negativo en los mercados que podría afectar no sólo al coste del crédito para las entidades españolas, sino para la propia prima de riesgo del país. Economía. El País Telefónica ganó 10.167 millones en 2010, un 30,8 % más que en el año anterior El grupo Telefónica cerró el año 2010 con unos beneficios de 10.167 millones de euros, un 30,8 % más que en el año anterior, debido al efecto contable de la adquisición de la operadora brasileña Vivo, ha informado hoy la operadora a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Estos resultados están por debajo de las perspectivas del mercado, que estimaba que las ganancias estarían por encima de los 11.000 millones. Los ingresos consolidados fueron de 60.737 millones, con un incremento interanual del 7,1 % y el resultado operativo bruto antes de amortizaciones (oibda) sumó 25.777 millones, con un crecimiento del 14 %. Telefónica destaca la creciente aportación de Latinoamérica a su cuenta de resultados, apoyada en un "comportamiento positivo" de las operaciones y en la mayor exposición a Brasil tras la compra de la participación de Portugal Telecom en Vivo el pasado mes de septiembre, lo que supone que esta compañía se consolida por integración global a partir del mes de octubre de 2010. En cuanto a las previsiones para el presente ejercicio, el grupo ha indicado que espera un crecimiento de los ingresos de hasta un 2% en 2011, con un margen de Oibda en el rango alto del 30%, así como una inversión de aproximadamente 9.000 millones de euros. La operadora, que reconoció a principios de este mes que el negocio en España empeoraba, pagará un dividendo récord de 7.300 millones en plena crisis, lo que supone un aumento del 14,3% de la retribución al accionista en 2011. ****************************** Repsol YPF triplica beneficios por la venta de activos y la subida del crudo Santiago Carcar Repsol YPF ganó en 2010 tres veces más que en el ejercicio anterior, hasta sumar 4.693 millones de euros netos. El aumento de ganancias, de un 201%, incluye las plusvalías afloradas en la venta de Repsol Brasil a la china Sinpec (2.700 millones de euros) y el aumento del precio del barril de petróleo. Sin extraordinarios, la fibra del negocio, en un contexto de buena marcha en todas las áreas, dejó unos beneficios de 2.360 millones, un 55% más que en 2009. El buen año permitirá a la compañía recuperar la política de retribución "justa" al accionista, tal y como la definió ayer en conferencia de prensa su presidente, Antonio Brufau. Repsol YPF pagará este año un dividendo de 1,05 euros, un 23% más que en el mal año 2009. Repsol YPF tiene el propósito de aumentarlo "en la parte baja de los dos dígitos" en los próximos ejercicios. En total, la petrolera repartirá 1.282 millones de euros entre sus accionistas. El 20% (256 millones), como corresponde a su participación, irá a parar a la caja de su primer accionista, el grupo Sacyr. En una presentación centrada en la situación en Libia, donde la compañía ha limitado la producción a la mitad (a 160.000 barriles por día), Brufau reconoció que la inestabilidad en aquel país repercutirá en la cuenta de resultados de la compañía. Pero, por el momento, las cifras muestran buena cara. La actividad de exploración dejó 1.473 millones de beneficio, un 67% más; el refino y marketing, 1.475 millones, un 46% más, e YPF 1.625 millones, un 106% de mejora respecto a 2009. El buen cuadro, adornado con tasas de reposición de reservas que han alcanzado el 131%, permitió a Brufau sacar pecho. Preguntado por el atractivo que puede haber adquirido Repsol YPF ante gigantes como Total -que ha vendido Cepsa y ha obtenido 3.800 millones para posibles compras- o la italiana ENI, Brufau resaltó el tamaño adquirido ya por la petrolera. "Ya somos relevantes en el mundo", dijo Brufau, "tenemos un proyecto independiente y valemos 40.000 millones como mínimo. No estamos al alcance de muchas manos". En el apartado de aclarar rumores, el presidente de Repsol YPF salió también al paso de las supuestas divergencias existentes en el consejo de su participada Gas Natural por la marcha del conflicto entre la empresa gasista y la compañía estatal argelina Sonatrach. Brufau fue rotundo. "Esta casa", aseguró, "apoya total y absolutamente la gestión de Gas Natural", dijo. De paso, explicó que la petrolera acudirá a la ampliación prevista en la gasista para cobrar el dividendo en acciones y no diluir su participación (30%). Logrados los puntos de apoyo básicos (tasa de reemplazo de reservas del 131%; reservas de 1.099 millones de barriles equivalentes de petróleo y una producción de 344.000 barriles al día), Repsol YPF quiere que, hasta 2014, se mantenga la tasa de reposición de reservas en torno al 110%, con un crecimiento anual acumulado de la producción de entre el 3% y el 4%. Hasta 2014, la compañía venderá activos no estratégicos, incluido hasta el 49% de YPF, por valor de 7.800 millones. Por otra parte, Brufau ganó en 2010 unos siete millones por todos los conceptos, informa Miguel Jiménez. 4,62 millones sumaron las retribuciones fijas y variables, tanto en metálico y en especie. Fueron un 7,7% más que en 2009 por el aumento del bonus. Además, Repsol destinó para Brufau otros 2,49 millones a pólizas de seguro por jubilación, invalidez y fallecimiento, y por aportaciones a planes de pensiones y premios de permanencia. La cifra total, así, es de 7,11 millones, con un aumento del 5%. EL PAÍS. 25-2-2011 Opinión. La Vanguardia La anarquía que viene Enric Juliana El periodista norteamericano Robert D. Kaplan publicó en 1994 un libro que conviene tener a mano estos días. Se titula La anarquía que viene (Ediciones B, 2000) y contiene un riguroso catálogo de los desajustes del mundo después de la implosión del bloque soviético. Kaplan es un experto en política internacional que ha colaborado con las principales publicaciones periódicas de Estados Unidos. Es un férreo realista. Aguda capacidad de observación sobre el terreno (autor de dos libros excelentes sobre los Balcanes y el Asia Central), buenos conocimientos de historia, economía y geografía, hábil manejo de las tablas demográficas, y pocos apriorismos ideológicos en la mochila. Kaplan es el anti-Fukuyama. Lejos de predecir el fin de la historia, afirma a principios de los años noventa que la victoria de Estados Unidos sobre el comunismo supone la aceleración de la misma en dirección a la anarquía. Un mundo sin contradicción principal queda en las nerviosas manos de las contradicciones secundarias: 1) grupos terroristas de estructura difusa dispuestos a realizar atentados a gran escala; 2) países fuera de control que intentarán poseer el arma nuclear para chantajear el nuevo orden; 3) práctica desaparición del Estado en algunas zonas del planeta (como ya ha ocurrido en Somalia); 4) dislocación de algunas de las viejas unidades nacionales (Kaplan incluso alerta del riesgo de ruptura en Estados Unidos) y 5) estallido masculino en el norte de África. Kaplan exhibe en este último punto un gélido fatalismo. Las tablas demográficas hablan solas: más de la mitad de la población de la media luna africana tendrá durante bastante tiempo menos de treinta años. Y en esa edad los hombres sin trabajo y sin perspectivas no pueden reprimir la rabia. El norte de África –concluye– es un polvorín que estallará. Ese momento ha llegado, con una doble espoleta: el relato del mundo que emiten las televisiones vía satélite con sede en el riquísimo Golfo y las nuevas posibilidades de comunicación horizontal que ofrecen las redes sociales, Cuando La anarquía que viene se publicó en Estados Unidos, la cadena Al Yazira aún no había sido fundada en el emirato de Qatar y la primera página web de internet sólo tenía cuatro años. Un libro muy recomendable. El gélido Kaplan es un sano contrapunto a los efluvios de algunos sabios prohombres de la generación del 68 –generación eternamente adolescente–, que ya sueñan con una revolución mundial encadenada por las redes sociales. Que Dios les conserve la vista. No hay que ser demasiado perspicaz para entrever que en Libia no se va a implantar –ni ahora, ni nunca– la República Democrática de Facebook. Ni en Egipto, ni en Túnez, ni en Marruecos… La lucha por el control de la mayor bolsa de petróleo del Mediterráneo apenas ha comenzado y promete ser atroz. El mejor ejercicio que un adulto puede hacer estos días es abrir serenamente el atlas por la página de Europa. Debajo, el brasero norteafricano; arriba, Carolingia, el Directorio Europeo y la disciplina germánica; y en el centro, yendo hacia el sur, la Península Ibérica y la Marca Hispánica. Hay que abrir el atlas y recitar, en voz alta, la pregunta hoy más pertinente: ¿Dónde estamos? LA VANGUARDIA. 25-2-2011 Economía. El Mundo La banca presiona a Rajoy para que apoye la reforma C. Segovia Importantes representantes del sector bancario español están presionando al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, para que vote a favor del Decreto sobre el Reforzamiento del sector financiero. Se trata de la ley aprobada por el Consejo de Ministros el pasado viernes y que exige más capitalización a las entidades financieras, especialmente a las cajas, pero que está pendiente de convalidación en el Parlamento. Los banqueros alertan de que un voto negativo del PP o incluso una abstención tendría un efecto negativo en los mercados que podría afectar no sólo al coste del crédito para las entidades españolas, sino para la propia prima de riesgo del país. «Su mensaje es éste: Como los mercados perciben que el PP puede acceder al Gobierno en el plazo de un año, quieren saber si apoya este decreto de las entidades o si será modificado en 2012», señalaron a este diario fuentes del PP, que declinaron dar nombres de los banqueros que están efectuando las llamadas a la sede de Génova. Es habitual que ante grandes votaciones en el Parlamento los principales dirigentes financieros y empresariales del país expongan su opinión a Rajoy. El presidente del Santander, Emilio Botín, hizo gestiones el pasado mayo ante el PP cuando el Gobierno anunció el tijeretazo, pero Rajoy votó al final en contra. La propia vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, planteó la semana pasada al coordinador económico del PP, Cristóbal Montoro, que sería irresponsable un voto en contra o incluso una abstención, porque sería una mala señal ante los mercados al ser un tema de Estado.El presidente de la Asociación Española de Banca, Miguel Martín, ha transmitido públicamente que sus asociados ven en la norma el «potencial necesario para completar la reestructuración del sector financiero» y que más que una cifra exigente de recapitalización, lo relevante es que sea «creíble» ante los mercados. Rajoy se encuentra así ante una decisión delicada en la votación que tendrá lugar en dos semanas. Por un lado, él mismo ha sido crítico hasta ahora con el decreto, porque en su opinión, no prima la transparencia y el saneamiento que considera más prioritarias que la recapitalización. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el portavoz económico adjunto, Álvaro Nadal, se han pronunciado en la misma línea en los últimos días. También se mostró escéptico ayer el ex secretario de Estado de Economía en el Gobierno del PP y actual director del Centro de Sector Financiero de PwC e IE Business School, Luis de Guindos. Éste pronosticó una inminente nueva ronda de fusiones de cajas como respuesta al decreto. Además, un presidente autonómico del peso de Alberto Núñez Feijóo, está amenazando con impugnar el decreto por considerarlo discriminatorio contra las cajas en general y las gallegas en particular. Pero por otro lado, sopesa las consecuencias de un voto en contra. No tendría impacto político en el Gobierno, que tiene ya el apoyo suficiente de CiU, pero sí de decepción en los mercados en un momento en que la prima de riesgo de España vuelve a superar los 220 puntos básicos con respecto al bono alemán. Rajoy no mencionó el tema en el largo debate parlamentario de ayer. «Espero que las cajas mejoren en sus posiciones y consigan capitalizarse», afirmó, por su parte el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. EL MUNDO. 25-2-2011

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