SELECCIÓN DE PRENSA INTERNACIONAL

Rajoy traicionado y herido de muerte pero culpable de todo

Este fin de semana la prensa internacional echa humo, chispas, pestes. Echa humo por lo que algunos consideran alarmante situación en España, hundida económicamente, con estallidos de protesta en las calles y con peligro de secesión y desintegración como Estado. Así lo ven. Echa chispas por la ansiedad de saber si Rajoy va a pedir el rescate o los mercados van a seguir con su acoso. Y echan pestes en particular contra Alemania y sus socios Holanda y Finlandia por renegar de un acuerdo que aliviaba un tanto la situación de los bancos y la del déficit de España. Para empezar por algún sitio dentro de la montaña de informaciones y artículos sobre España, mensaje por partida doble a Rajoy: que España se vaya del euro. Jeremy Warner lo dice claramente en The Daily Telegraph: ‘España debe irse del euro’. Paul Krugman es menos drástico en su columna de The New York Times pero utiliza el mismo argumento: ‘La locura de la austeridad en Europa: a menos que España se vaya del euro, un paso que nadie quiere dar, está condenada a años de alta tasa de desempleo’.

Son dos columnas de las cinco más interesantes aparecidas en las últimas horas. Una de ellas se publica en el número del semanario The Economist que sale a los kioscos este fin de semana. Título: ‘La cólera en España’. Sumario: ‘Con protestas y una amenaza secesionista, los problemas de España están aumentando; mejor un rescate ahora que más tarde. Compara las protestas blandengues de los indignados el año pasado y dice que ahora han dejado aparte su moderación. Eso y la presión de Cataluña por la independencia ‘dejan a España a merced de fuerzas peligrosas, justo cuando los problemas surgen por todas partes en la eurozona. Los inversores han emprendido el vuelo. ‘A menos que tomen medidas el presidente español y sus colegas en Europa, la moneda única estará pronto de nuevo en riesgo’.

Sigue The Economist: Las protestas y la deriva catalana ‘golpean a España en un mal momento. Su recesión no tiene visos de terminar’. ‘La secesión se arriesga a zambullir en la quiebra a lo que quede de España’. La independencia no será pronto, si es que se produce. Pero la situación creará una ‘prolongada incertidumbre justo cuando España necesita garantizar a los mercados de deuda y a los Gobiernos de la eurozona que sus problemas son manejables’. ‘Al decidir desafiar a Rajoy en estos momentos, los catalanes juegan con fuego’, porque su región está en quiebra. Eso no libra al presidente Rajoy de su responsabilidad, porque ‘el regionalismo es una expesión de descontento, igual que el apoyo a los populismos en Europa’.

Más estopa a Rajoy en las líneas siguientes del mismo artículo: ‘Pese a su mayoría absoluta y a un control sin precedentes sobre las autonomías, Rajoy ha sido una decepción. Ha perdido un tiempo precioso, le ha faltado ambición y ha fracasado en el intento de convencer a su gente de que tiene soluciones para sus problemas’. La mejor arma de Rajoy contra la fisión regional es que funcione el Gobierno central. Debería aceptar que España necesitará la ayuda del Banco Cenral Europeo, lo que significa el sometimiento del país a un programa oficial de rescate. ‘Rajoy teme perder la cara, pero la alternativa es una humillación mayor más tarde con un menor beneficio, cuando España pasa por problemas más profundos y su propia autoridad ha disminuido’. Hasta esta semana, los responsables europeos pensaban que la crisis del euro estaba por fin bajo control: ‘Los nuevos indignados de España han hecho añicos esa ilusión’.

Según artículo de fondo: un editorial de Financial Times titulado ‘Las muchas crisis a las que se enfrenta España’. Así comienza: ‘Lo que empezó como una tormenta económica ha estallado en una crisis política en toda su dimensión’. A través de descontento popular y protestas separatistas, España ha ido dado tumbos hacia una encrucijada: ‘Sin una acción decisiva por parte del Gobierno, el acuerdo democrático postfranquita corre peligro’. El presupuesto 2013 no cambia nada, porque sigue insistiendo en ‘la excesiva austeridad que propugna la eurozona pero que está empeorando la crisis’. Sobre los recortes, recrimina un poco a Montoro el que dijera que es un presupuesto ‘claramente social’, cuando de hecho ese aumento del coste del gasto social refleja el aumento del sufrimiento, con más parados; además, ese aumento equivale más o menos a la subida de 9.700 millones en intereses de la deuda.

Pero cree que el presupuesto no tiene por qué hacer que los mercados abandonen sus esperanzas de que España pueda sortear la crisis, porque aunque no todo lo necesario, es cierto que hay otras medidas como la liberalización energética que deberían conducir a una economía más saneada. Igual que los esfuerzos para una mayor transparencia y eficiencia del gasto público, como la creación de una autoridad fiscal independiente. Sin embargo, dado que la corriente actual en la eurozona es como es, ‘sería vano esperar una política más alegre que permitiera respirar a la economía al tiempo que se adapta a reformas estructurales’. La cuestión aquí es si los imperativos políticos de la unión monetaria son compatibles con las presiones políticas como los acontecimientos en Cataluña.

Frase con pretensión de solemnidad: ‘Bajo el martillo de la austeridad, la unidad nacional y la cohesión social se están desmoronando’. La gestión de la crisis por parte de Rajoy, vista desde Cataluña y otras regiones más independientes, ‘parece que intenta a todas luces acentuar el control central’. En este punto critica lo que llama ‘intransigente respuesta’ de Madrid al referéndum que pide Artur Mas, porque ‘corre el riesgo de desatar una crisis constitucional’. Por todo esto le carga al presidente las culpas de lo que está pasando: ‘Rajoy debe asumir la responsabilidad por el estado de su país’. Se le dio una mayoría absoluta aplastante y tenía autoridad para liderar ‘una España unida durante la crisis’. En lugar de eso, ‘su Gobierno ha jugado al ejercicio partidista más que a conseguir consensos’.

El último párrafo es más práctico. ‘En espera de los stress tests de los bancos, y la reciente marcha atrás sobre el mecanismo (adoptada en una reunión tripartita Alemania-Holanda-Finlandia), justifican parcialmente que Rajoy se muestre tímido a la hora de decir sí va a necesitar también un rescate total. Pero ‘a medida que el clima político se envenena y las perspectivas de crecimiento disminuyen todavía más, no es una decisión que pueda posponerse mucho tiempo’.

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