Una reforma fiscal realmente progresiva, donde paguen más quien más tiene

¡Que paguen ellos la crisis!

¿Cómo es posible que, en España una familia trabajadora pague un mí­nimo del 18% de sus ingresos en impuestos mientras las grandes fortunas sólo tributan un 1%? ¿Hasta cuándo vamos a aguantar que Hacienda obliga a las empresas catalogadas como «de reducido tamaño» a entregar al fisco un 31,5% de sus modestos beneficios, mientras permite que los grandes monopolios del selecto club bursátil del Ibex-35 sólo paguen en impuestos un 21,01% de sus ganancias? Es urgente una reforma fiscal auténticamente progresiva, donde pague más quien más tiene. Justo lo contrario de lo que hoy ocurre.

Lo rimero que hace falta para “equilibrar las cuentas” no es una subida de impuestos que acabaremos pagando los trabajadores, sino acabar con el endémico despilfarro público.Ya está bien de gastos suntuarios e innecesarios -desde las “embajadas” de Carod Rovira al mantenimiento de gigantescos aparatos burocráticos que se comen la riqueza nacional-.Debemos exigir un drástico recorte, de por lo menos un 20%, en los gastos superfluos del Estado, sin tocar lo más mínimo los gastos auténticamente sociales -pensiones, sanidad, educación..-.Ajustando paralelamente cuentas con la distribución de los impuestos, extremadamente perjudicial para los trabajadores -que sostienen la mitad de la recaudación, y vergonzosamente generosa con el capital -que sólo aporta un 20% de los ingresos fiscales-.Zapatero alardea de “subir los impuestos a los ricos” para que “los trabajadores no paguen los platos rotos de la crisis”, pero sus hechos desde el gobierno nos hablan de lo contrario.Todas las reformas fiscales aprobadas por el gobierno de Zapatero han beneficiado a los más ricos y perjudicado a los trabajadores. Primero suprimió el Impuesto sobre el Patrimonio, que pagan las grandes fortunas, luego redujo el tipo máximo del IRPF -al que están sometidos los que más ingresos declaran- desde el 45% al 43%, limitando los cinco tipos a cuatro y con ello mermando parte de su progresividad.La realidad de los impuestos en España es que éstos recaen sobre los hombros de los trabajadores -que sostienen la mitad de la recaudación- mientras que es extremadamente generoso con el capital -que sólo aporta un 20% de los ingresos fiscales-. Nosotros sí proponemos una reforma fiscal radical.Donde se implante un sistema impositivo sobre la renta personal en una escala del 0 al 9. En la que se potencie el ahorro de las rentas más bajas con un 0% de impuestos y se penalice fiscalmente, hasta con un 90% de impuestos, a las grandes fortunas improductivas. Que un trabajador español con un sueldo de 2.000 euros mensuales tenga que tributar a hacienda mientras las grandes fortunas del país pagan un 1% de los beneficios que obtienen en sus multimillonarios fondos de inversión especulativa es una burla para todos.E imponiendo un nuevo impuesto de sociedades, en una escala del 0 al 90% también, donde paguen más quienes más beneficios obtienen de acuerdo a su capital.Es inadmisible que un 1,9% de grandes empresas en España, que obtienen el 58,6% de las ganancias empresariales anuales tributen un 20% menos que el millón largo de pymes.Sólo con que a los bancos y monopolios del IBEX-35 se les aplicara el doble de impuestos sobre beneficios que se le aplica a las pequeñas y medianas empresas –puesto que duplican los beneficios obtenidos por 1,2 millones de pymes–, y que al resto de bancos de tamaño medio y al conjunto de empresas calificadas como “grandes” por Hacienda, se les aplicara la misma carga fiscal que a las PYMES, el Estado recaudaría 66.630 millones de euros más cada año.Lo que permitiría congelar o reducir a un 5% los impuestos a las empresas en dificultades y aún sobrarían miles de millones para crear nuevos empleos o atender y mejorar los gastos sociales.Esta sí es la reforma fiscal que el país, los trabajadores y las pymes necesitamos para salir de la crisis.

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