Las convulsiones a la izquierda del PSOE

¿Periodo de sustitución?

¿A qué se debe este estado de convulsión permanente en el espacio político a la izquierda del PSOE? ¿Debemos conformarnos con las explicaciones que sólo hablan de "cainismo" o de "batalla de egos" en la izquierda?

Algunas de las principales fuerzas que ocupan el espacio político a la izquierda del PSOE parecen estar sometidas a un estado de convulsión permanente. A la división y el enfrentamiento entre Sumar y Podemos se une la crisis en algunas formaciones de implantación autonómica. En un proceso que está resituando -en algunos casos al alza, en otros a la baja- el peso de cada actor político.

Es habitual dar a estos hechos una explicación basada en el “cainismo de la izquierda” o en enfrentamientos personales. Esta es una visión superficial que oculta las causas y los propósitos de un movimiento que tiene hondas consecuencias para la política nacional.

Encajando las diferentes piezas parece que se pretende imponer en la “izquierda a la izquierda del PSOE” una especie de “periodo de sustitución”, bajo la doble consigna de debilitar y derechizar. Con el objetivo de limitar el peso de este espacio político, incómodo para muchos centros de poder, y suavizar unas posiciones que en los últimos años han estado determinadas por unas bases radicalizadas en la lucha contra los recortes.

Demasiadas sacudidas

Muchas cosas están cambiando en el campo de la izquierda política.

Motivos personales han llevado a la hasta ahora secretaria de organización de Podemos, Lilith Vestrynge, a abandonar la política activa. El resultado es que los hasta ahora cinco diputados de Podemos en el Congreso han quedado reducidos a cuatro.

Una sangría permanente ha relegado a la fuerza que llegó a ocupar la vicepresidencia del gobierno, a un papel mucho menos relevante.

Los hechos demuestran que se ha desplegado una feroz ofensiva para limitar la influencia de Podemos. De ella han participado desde altas instancias de la justicia hasta grandes medios de comunicación.

Al mismo tiempo, la salida de la portavoz en el Congreso de Sumar, Marta Lois, para encabezar las listas en las elecciones gallegas, ha obligado a designar sucesor. El elegido ha sido Íñigo Errejón, líder de Mas País. La paradoja es que la voz de Sumar en el Congreso no proviene de la fuerza con más diputados.

Igual o más relevante es el nombre elegido para ocupar el cargo de portavoz sustituto. Se trata de Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España (PCE). Se trata de una posición estratégica, que permite por ejemplo presentar propuestas parlamentarias. El PCE, e IU, que han jugado un papel clave en la conformación de Sumar, han pasado también a ocupar un lugar destacado en el grupo parlamentario.

Y mientras esto sucede, una marejada interna sacude algunas importantes fuerzas de implantación territorial, como Compromís en Valencia.

En un momento especialmente delicado en la política española se suceden las convulsiones, de mayor o menor calado, a la izquierda del PSOE. Elevando a unas fuerzas y penalizando a otras. Generando una tormenta política que no puede ser casual.

Lo que parecen pretender

El espacio a la izquierda del PSOE ha jugado, y sigue haciéndolo, un importante papel político. Se está fortaleciendo el bipartidismo, tanto a la izquierda como a la derecha. Pero sin un gobierno de coalición, que incluyera a otras fuerzas, Pedro Sánchez no habría sido investido presidente ni en 2019 ni en 2023.

Esta es una importante diferencia con la situación que existía antes del estallido de la crisis en 2010. Importantes sectores de la izquierda se radicalizaron en la lucha contra los recortes, y eso ha tenido una traducción en el parlamento… y también en el gobierno.

¿En qué situación política nos encontramos y cómo influye en ella el papel que juegan las fuerzas a la izquierda del PSOE?

El gobierno de coalición, en el que no está Podemos pero sí Sumar, atraviesa un momento de debilidad. Acusa el lastre de necesitar el apoyo de Junts, al precio de una amnistía que cuenta con el rechazo de una parte no menor de sus votantes.

Detrás de todos los problemas que están surgiendo en el campo a la izquierda del PSOE aparece una corriente con objetivos definidos: dividirla, limitando su peso político. Y encuadrarla y suavizar sus planteamientos, para que puedan entenderse con Ferraz

Y, lo que es más importante y suele ocultarse, estamos entrando en un momento donde desde el FMI y la Comisión Europea vuelve a escucharse la exigencia de ajustes. La entrada en vigor, este año, de las nuevas reglas fiscales obligará a aprobar recortes bajo la bandera de reducir la deuda y el déficit. Que deberá gestionar el actual gobierno, provocando mayores tensiones con su base social.

A lo que hay que añadir unas crecientes exigencias militares por parte de EEUU, medidas en el aumento del presupuesto militar o la ampliación de las “misiones internacionales” en las que el ejército español actúa bajo mando de la OTAN.

Es en estas condiciones que debe entenderse el “periodo de sustitución” en las principales fuerzas a la izquierda del PSOE, que dado que el PSOE no puede gobernar en solitario, debe ocupar un lugar en el ejecutivo.

Detrás de todos los problemas que están surgiendo en el campo a la izquierda del PSOE aparece una corriente con objetivos definidos.

Por un lado implantar un clima de división y enfrentamiento, que limite su peso político, en el parlamento y en el gobierno.

Por otro suavizar sus planteamientos, para que sean cada vez más coincidentes con los del PSOE.

Las fuerzas que entraron en el gobierno -ni antes Podemos ni ahora Sumar- no han roto las reglas del juego impuestas en la política española por los grandes centros de poder mundiales. Pero sí representaban a sectores más comprometidos en la lucha contra los recortes. Escorando un poco más a la izquierda la acción del gobierno que si actuara el PSOE en solitario.

Lo que algunos, con importantes intereses en España, parecen pretender es recorrer el camino contrario. Con el propósito de que la política española esté, si cabe, más “encuadrada”.

Lo que no van a conseguir

Hay quien ha decretado antes de tiempo “el cierre del ciclo de protesta abierto en 2010” y la vuelta del bipartidismo.

PSOE y PP han ampliado espacio, y pueden seguir haciéndolo, pero no van a volver a corto plazo a la monopolización política que disfrutaron hasta el estallido de la crisis.

Y, aunque hay quien desea enterrarlo, el espacio político a la izquierda del PSOE, que en las últimas generales representó más de 4 millones de votos, va a seguir siendo políticamente importante, cuando no decisivo.

En el campo de la izquierda que no puede abarcar el PSOE avanza la alternativa que representa Recortes Cero

En este campo de la izquierda que no puede abarcar el PSOE no solo se incluyen Sumar, Podemos o las fuerzas nacionalistas. Hay otros referentes que pueden ganar terreno. Presentando, como hace Recortes Cero, una línea basada en la Redistribución de la Riqueza que está en condiciones de ser una alternativa real.

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