Objetivo: derribar el régimen libio

«Pero los aliados no se detuvieron ahí­ y a lo largo de todo el domingo continuaron los ataques contra los leales gadafistas. A nadie sorprende que EEUU y sus aliados no se conformen con la creación de la zona de exclusión aérea y estén yendo con sus acciones cualitativamente mucho más allá de la protección de la población civil»

Porque su objetivo último es derribar el régimen libio. La estrategia bélica ha emezado a producir fricciones en la comunidad internacional. Ayer mismo la Liga Árabe y Rusia denunciaron los bombardeos que habrían causado ya la muerte de decenas de civiles. Así las cosas, estamos ante un escenario de guerra casi total (EL MUNDO) EL ECONOMISTA.- De la España de clase media a la España de clase tuvo, como en Argentina. Tuvo coche, tuvo casa, cenas fin de semana sí, fin de semana también… en definitiva, una clase social que tuvo la sensación de sentirse rica. Hasta que a finales de 2007 estalló la crisis, "un verdadero misil a la línea de flotación de las economías domésticas". Pero no estamos en Argentina, estamos en España, y no hablamos de una familia atípica, hablamos de una familia tipo, por ejemplo, de la familia Martínez: padre, madre, dos hijos y dos sueldos medios. En total, 3.000 euros para pasar todo el mes… si es que llega, porque su renta disponible va a sufrir un hachazo, tirando muy por lo bajo, de unos 2.500 euros anuales. La culpa la tienen los incrementos del euribor, la inflación y los impuestos PÚBLICO.- En el mundo hay abiertos una treintena de conflictos armados y en todos ellos hay víctimas inocentes. Algunos, como Birmania, llevan sangrando más de medio siglo. Otros, como Darfur, hace tiempo que dejaron de salir en los periódicos; hace unos días murieron 17 personas en una escaramuza entre los rebeldes y el ejército de Sudán, y la noticia ni siquiera fue un breve. Por eso es inexacto decir que la comunidad internacional no se ha dado prisa en acordar su intervención en Libia. Al contrario: cuesta encontrar precedentes de una guerra amparada por la ONU con un consenso más rápido. Editorial. El Mundo Bombardeos que no se detienen con la zona de exclusión aérea libia LA PRIMERA fase de la operación militar contra el régimen libio concluyó ayer con un rotundo éxito para la coalición internacional. Tras una noche de intensos bombardeos, EEUU confirmó que ya se había establecido una zona de exclusión aérea. Los ataques han anulado casi por completo las defensas de Gadafi y dejaron muy dañadas las columnas de blindados que dirige uno de sus hijos, un durísimo golpe para el régimen. Pero los aliados no se detuvieron ahí y a lo largo de todo el domingo continuaron los ataques contra los leales gadafistas, quienes, a su vez, prosiguieron sus combates en Misrata y en Bengasi, aunque de este bastión liberado se vieron obligados a huir por el hostigamiento extranjero. A nadie sorprende que EEUU y sus aliados -incluida España- no se conformen con la creación de la zona de exclusión aérea -ya casi un eufemismo- y estén yendo con sus acciones cualitativamente mucho más allá de la protección de la población civil. Porque su objetivo último es derribar el régimen libio, aunque es poco probable que se pueda acabar con Gadafi sin intervenciones terrestres. La estrategia bélica ha empezado a producir fricciones en la comunidad internacional. Ayer mismo la Liga Árabe y Rusia denunciaron los bombardeos que habrían causado ya la muerte de decenas de civiles. Así las cosas, estamos ante un escenario de guerra casi total en el que, como vemos, cada parte interpreta el alcance de la Resolución de Naciones Unidas según sus intereses. EL MUNDO. 21-3-2011 Crisis. El Economista Impuestos, IPC y euribor recortan en 2.500 euros la renta anual familiar Maite Cabrerizo De la España de clase media a la España de clase tuvo, como en Argentina. Tuvo coche, tuvo casa, cenas fin de semana sí, fin de semana también… en definitiva, una clase social que tuvo la sensación de sentirse rica. Hasta que a finales de 2007 estalló la crisis, "un verdadero misil a la línea de flotación de las economías domésticas", describe la responsable de la Organización de Consumidores y Usuarios, Ileana Izverniceanu. Pero no estamos en Argentina, estamos en España, y no hablamos de una familia atípica, hablamos de una familia tipo, por ejemplo, de la familia Martínez: padre, madre, dos hijos y dos sueldos medios. En total, 3.000 euros para pasar todo el mes… si es que llega, porque su renta disponible va a sufrir un hachazo, tirando muy por lo bajo, de unos 2.500 euros anuales. La culpa la tienen los incrementos del euribor, la inflación y los impuestos. Tres conceptos que determinan de forma considerable los gastos mensuales de los ciudadanos. En el cálculo no están incluidos dos factores que también pueden añadir más presión a los bolsillos de los españoles: el tsunami japonés y el encarecimiento de los alimentos. Respecto a estos últimos, la OCU considera que aunque el precio de la cesta de la compra aumente, las familias tienden a ajustar sus gastos en el súper a un presupuesto disponible fijo que alcanza al año, según esta organización, los 7.200 euros por hogar (para una familia con cuatro miembros). Se compra menos o se compra más barato. Carburantes disparados La inflación está ya en nuestro país en el 3,6%, aunque la Comisión Europea calcula que terminará el año sensiblemente por debajo, en el nivel del 2,4%. Hace sólo tres meses la previsión era del 1,5%. Parte de la culpa de la subida de la inflación la tienen los carburantes. El litro de la gasolina 95 octanos se vende en las estaciones de servicio a un promedio de 1,31 euros, lo que supone un récord histórico. Lo mismo se puede decir del gasóleo, que se paga a 1,27 euros por litro. Llenar el depósito del coche cuesta hoy 10 euros más que hace un año. Y eso supone un hachazo de 200 euros anuales para cada consumidor. También ha subido la luz y la calefacción. Según cálculos hechos por los expertos para elEconomista, eso supone otros 500 euros anuales de sobrecoste para las familias. Además, la crisis nuclear producida tras el terremoto de Japón está empujando al alza los precios del gas, factor que terminará trasladándose, sin duda alguna, a los recibos mensuales. Hay que recaudar más La lista sigue. Los ciudadanos están pagando los coletazos de la subida del IVA. La necesidad del Gobierno de hacer caja elevó en julio en dos puntos el IVA (del 16 al 18%, en el tipo general, y del 7 al 8% en el reducido). La subida se ha notado: entre 400 y 500 euros al año de gasto añadido para una familia tipo, según la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu). También el IRPF lleva su correspondiente varapalo. La decisión de no ajustar la tarifa de este tributo directo a la inflación ha asestado un golpe fiscal que el diputado del PP, Álvaro Nadal, cuantifica en 400 euros de media por nómina, no por familia. Pese a que el presidente del Gobierno dijo que sólo castigaría a las rentas más altas, lo cierto es que los Presupuestos Generales del Estado dieron vía libre a una subida camuflada de IRPF de 2.400 millones para todos los contribuyentes por la no actualización de la tarifa del Impuesto de la Renta. Aunque los precios de consumo repuntaron un 3% en diciembre del año pasado en términos interanuales y un 0,8% en el mismo periodo de 2009, el Gobierno ha decidido mantener las tablas con la que calculaba la retención del IRPF, lo que genera un pérdida de capacidad de compra a los asalariados. En el caso de los Martínez, este impuesto se duplica, ya que hay dos sueldos, así que serían 800 euros menos de renta. Con la hipoteca a cuestas Y dando guerra… el euribor, una pesadilla para quienes están casados con sus bancos por culpa de la hipoteca. Un ejemplo: con la subida de febrero, que elevó el euribor hasta el 1,71% una hipoteca media, de 150.000 euros a 25 años contratada un año antes con un diferencial del 0,25%, pasará de pagar 580 euros a 614 euros al mes. Es decir: 400 euros más al año de gasto. Las subidas han dejado temblando a los Martínez. Pero en España hay ya muchos Martínez a los que les resulta difícil soportar este sobrecoste. La llamada carestía de la vida se ha pagado muy alto, más en una economía ya mermada por el estallido de la crisis y con una tasa de paro de 20,5%, el doble que la media europea. Eso por no hablar de las rebajas en los salarios, las pensiones congeladas o la eliminación de la desgravación por compra de vivienda. Dijo el ministro de Fomento, José Blanco, "hemos vivido como ricos". Lo que no dijo es que esos excesos lo pagarán los Martínez. Nadal recuerda lo que hoy es una realidad: "Tres de cada 10 hogares tienen dificultad o mucha dificultad para llegar a fin de mes". ¿Clase tuvo o clase media? Las cuentas hechas por elEconomista tampoco computan ni la subida del tabaco (unos 50 euros más al año) ni el transporte público ni el pago en autopistas de peaje. EL ECONOMISTA. 21-3-2011 Opinión. Público Mis dudas sobre Libia Ignacio Escolar En el mundo hay abiertos una treintena de conflictos armados y en todos ellos hay víctimas inocentes. Algunos, como Birmania, llevan sangrando más de medio siglo. Otros, como Darfur, hace tiempo que dejaron de salir en los periódicos; hace unos días murieron 17 personas en una escaramuza entre los rebeldes y el ejército de Sudán, y la noticia ni siquiera fue un breve. Por eso es inexacto decir que la comunidad internacional no se ha dado prisa en acordar su intervención en Libia. Al contrario: cuesta encontrar precedentes de una guerra amparada por la ONU con un consenso más rápido. Obviamente, el aceite que engrasa el engranaje de nuestra exquisita diplomacia se llama petróleo. Hoy no habría bombardeos en Libia si este país, como tantos otros en África, sólo exportase desdichados inmigrantes. Sin embargo, este argumento es reversible. ¿Acaso los civiles que están siendo masacrados por las tropas de Gadafi se merecen el olvido internacional porque el país sea clave en el mapa energético? ¿Es justo que las potencias igualen a todas las víctimas a la baja, y que por ello apliquen a Libia el mismo desprecio que a otros lugares del planeta? Pero más allá de estas preguntas, cuyas respuestas creo fáciles, mis dudas sobre esta guerra son otras. ¿Quién ocupará el lugar de Gadafi? ¿Será otro tirano “amigo” al que después permitiremos los mismos atropellos que tantas veces Occidente ha respaldado? ¿Quiénes son esos líderes “rebeldes” a los que Francia ya reconoce como Gobierno legítimo? ¿Por qué Libia y no Bahrein? ¿De verdad será efectiva la intervención armada o sólo provocará más sangre? Y mi principal pregunta: ¿cuál es la alternativa a no hacer nada? PÚBLICO. 21-3-2011

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