Ante la creciente oleada de desahucios estamos viendo la actividad y creación de plataformas y sindicatos que luchan contra la tragedia de unos lanzamientos que se ceban con las familias más vulnerables. Pero no se limita al ámbito de los inquilinos o de los vecinos de los barrios, sino que ya hay sectores de profesionales que se posicionan ante esta situación injusta, en la que se les involucra contra su voluntad, como los bomberos.
Hablamos con Iñigo Campos, bombero del ayuntamiento de Madrid y miembro de la recientemente nacida Plataforma de Bomberxs contra los Desahucios.
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¿Qué os llevó a fundar la Plataforma de Bomberos contra los Desahucios? ¿Desde cuantas ciudades se han apuntado compañeros?
La plataforma viene de varias experiencias que hemos tenido bomberos de diferentes ciudades en las que nos han llamado a participar en desahucios de una manera u otra. Esta era una situación que hace años parece que dejó de ocurrir pero parece que ahora está volviendo a darse.
Al compartir esa inquietud desde diferentes ciudades nos dimos cuenta que teníamos una linea de trabajo común entre diferentes bomberos de volver a posicionarnos contra un tipo de trabajo que consideramos no es nuestro cometido. No entramos de bomberos para ejecutar desahucios, no es parte de nuestra carta de servicio. Esta inquietud es común, en menos de 15 días nos han contactado compañeros de 12 ciudades diferentes.
En principio el papel de los bomberos es salvar vidas, ¿Cómo manejáis el conflicto entre sus valores personales y las órdenes que reciben de sus superiores?
Obviamente, los bomberos son un cuerpo jerarquizado donde existe una cadena de mando, pero el conflicto no es entre “bomberos de base” frente a mandos intermedios y superiores. De hecho muchos mandos comparten estos valores de que como bomberos no es nuestra misión ejecutar desahucios. Sino que es un mensaje que lanzamos a los jueces que quieren que participemos en la ejecución de un desahucio o a otros cuerpos de la administración que nos llaman a colaborar con ellos. Pero entre mandos intermedios y “bomberos de base” tenemos esa esa convergencia de valores y no es ahí donde está nuestro principal conflicto.
¿Podrías explicarnos en detalle cómo se os requiere participar en un desahucio? ¿Qué tipo de tareas suelen pediros que realicéis?
A veces nos piden una colaboración material, nos piden que pongamos a disposición de la policía nuestros vehículos de trabajo en altura, nuestras escalas, nos piden herramientas de accesos forzados. En otras ocasiones pues nos piden que pongamos en juego nuestros conocimientos en apertura de puertas. Que desprendamos a un activista que se ha descolgado de la fachada para hacer un acto de reivindicación social. O proteger también la posible caída de un activista cuando se le va a poner en peligro al forzar el acceso a la vivienda.
Mencionan en anteriores reportajes que a veces las órdenes judiciales que reciben son falsas. ¿Han denunciado estas irregularidades?
Al compartir y ponen en común experiencias de diferentes puntos de España vemos que en cada Ayuntamiento y en cada localidad ocurren cosas diferentes. En unos lugares tratamos con Policia Nacional, en otro con Mossos de Esquadra, con Guardia Civil… El brazo de la administración que nos pide participar es diferente.
“Colectivos como el sindicatos de inquilinas y las plataformas antidesahucios han sido un modelo para nosotros”
Nosotros partimos de la base de que el domicilio es inviolable y desde ahí lo primero de nuestra practica profesional es asegurarnos que podemos acceder a un domicilio. En ocasiones compañeros han tenido que actuar sin que estuviese claro que se pudiera acceder legalmente a ese domicilio, y que tal vez alguien estaba ejerciendo presión para que abriéramos una puerta cuando esa puerta no se debía abrir.
¿Qué tipo de represalias legales o disciplinarias enfrentan los bomberos que se niegan a colaborar en un desahucio?

Nosotros nos regimos por el reglamento interno, no regimos también por el estatuto del empleado público al ser funcionarios públicos, y luego tanto como funcionarios como ciudadanos estamos sometidos a la legislación civil y penal.
Entonces, en función de nuestra objeción de conciencia o nuestro rechazo participar incumple una norma interna o implica un desacato a la autoridad nos estaríamos enfrentando a un régimen disciplinario. Esto puede implicar desde sanciones económicas, a sanciones de suspensión de empleo, apercibimientos, o incluso delitos de desacato a la autoridad.
Sin embargo una de nuestras misiones ahora es analizar con detalle la legalidad para ver si realmente la ley dice que nuestra función es estar ahí, porque si conseguimos demostrar que la ley dice que ese no es nuestro trabajo, significa que no estamos desobedeciendo a nadie al retirarnos de un desahucio. Lo estamos investigando.
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¿Cómo os relacionáis con movimientos como el Sindicato de Inquilinas o plataformas antidesahucios? ¿Consideráis que vuestra labor puede servir como un modelo para otros colectivos profesionales que quieran organizarse contra los desahucios?

En el problema de la vivienda convergen muchos actores sociales y nosotros tenemos líneas de comunicación con algunos de estos actores como son el sindicato de inquilinas. Porque compartimos objetivos y compartimos valores que al final es defender el derecho a la vivienda y a las personas pues que se puedan ver en situación de vulnerabilidad. Mas bien es al revés, tanto el sindicatos de inquilinas y las plataformas antidesahucios han sido un modelo para nosotros.
Sé que también hay otros sectores implicados desde urbanistas a sanitarios, trabajadores sociales que también están convergiendo en esta misma reivindicación. También un modelo para nosotros, desde hace años, han sido bomberos que se han posicionado en esto. Ojalá sirvamos para animar a otras personas, pero lo que estoy seguro es que ellos nos están animando a nosotros a dar estos pasos.
“Queremos estar del lado de los ciudadanos y defendiendo su seguridad y sus derechos, no arrebatárselos”
Qué mensaje queréis transmitir a la ciudadanía con la creación de esta plataforma? ¿Cuáles son los próximos pasos que tenéis planeados para seguir fortaleciendo esta iniciativa?
Desahuciar no es el trabajo de un bombero, nosotros queremos estar del lado de los ciudadanos y defendiendo su seguridad y sus derechos, no arrebatárselos. Ese es el mensaje que queremos transmitir a la ciudadanía y a las administraciones. Los pasos que que tenemos planeados es el de generar conciencia al respecto tanto a nivel nacional como a nivel local.
Desde tu perspectiva como bombero y ciudadano, ¿qué cambios estructurales crees que son necesarios para que el derecho a la vivienda sea una realidad en España?
Como bombero, es no participar en esto, no es nuestro trabajo. Como ciudadano, la vivienda no debería ser un bien de mercado, con los derechos no se debería especular y se debería garantizar su acceso a todos los ciudadanos. Los cambios estructurales tienen que ir por el camino de garantizar accesos a la vivienda, garantizar precios asequibles, garantizar viviendas dignas y que no se especule con esta necesidad.