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Hace no tanto tiempo, si algún medio de comunicación «serio» se hubiera atrevido a tirar de hemeroteca para recordar los vínculos de Hamás con Israel -en su origen en la década de los 80, o la más reciente financiación del grupo terrorista, via Qatar y con 30 millones de dólares mensuales, por parte del gobierno de Netanyahu- probablemente hubiera sido tachado de «antisemita», de «radical» o de «insidioso». Pero ahora todo ello ya ha sido reconocido, públicamente, por el propio Netanyahu.
Pero hay más. Ahora el primer ministro israelí también ha reconocido que su gobierno coopera y sostiene a grupos armados palestinos -concretamente vinculados al yihadismo del Estado Islámico- enfrentados a Hamás, en una estrategia para intervenir y controlar la Franja.
El nuevo escándalo sale a la luz después de que diversos medios de comunicación israelíes publicaran que el ejército hebreo ha armado a una milicia palestina dirigida por Yasser Abu Shabab, residente en Rafah, implicado en actividades delictivas y del que se conocen sus vínculos con facciones yihadistas opuestas a Hamás. Este grupo se autodenomina “Servicio Antiterrorista” y opera en la Franja con la aprobación tácita de las fuerzas israelíes, que además les han dotado de fusiles de asalto Kalashnikov. Según The Times of Israel, que cita fuentes de Defensa, la operación fue aprobada por el gabinete de seguridad del gobierno de Netanyahu.
La colaboración de Abu Shabab con las tropas israelíes ha sido constatada a través de varios videos que circularon en las redes sociales en Gaza, en los que se veía al hombre operando junto a soldados israelíes en áreas controladas por las FDI.
Una vez más, la confirmación definitiva de esta «colaboración» antinatura ha venido… del propio Netanyahu. En un vídeo publicado en las redes sociales, Netanyahu admitió que su gobierno ha “activado clanes que se oponen a Hamás”, con base en la recomendación de “responsables de seguridad”. “Esto sólo salva las vidas de soldados israelíes, y publicarlo sólo beneficia a Hamás”, afirmó.
De nuevo, por la boca muere el pez. Queda comprobado por enésima vez cómo detrás de los grupos terroristas y extremistas en Gaza está la mano y los intereses de los aparatos del Estado de Israel, que buscan en el caos de la violencia y del «todos contra todos» una forma de hacer avanzar sus planes de genocidio, ocupación y limpieza étnica sobre Palestina.