Editorial

Más apoyo y más exigencia

Que la repugnancia ante la corrupción y la más firme condena ante el escándalo de Cerdán no nos impida ver lo evidente. Los que utilizan el escándalo como munición de grueso calibre están en la Casa Blanca. Por eso, nuestra posición es la de mantener, redoblar y multiplicar tanto el apoyo como la la exigencia al ejecutivo de coalición PSOE-Sumar.

El estallido, ya sin frenos, del caso de corrupción de Santos Cerdán abre un cráter radiactivo para el PSOE y el gobierno de coalición. Dias después de destaparse el informe de la UCO; el juez del Supremo ha dictado prisión preventiva contra el exsecretario de organización socialista por cohecho, organización criminal y tráfico de influencias

No estamos ante un caso cualquiera de corrupción. Afecta a dos exsecretarios de organización del PSOE. Particularmente a Santos Cerdán, una figura que -hasta el mismo momento de hacerse público el informe de la UCO- todo Ferraz, incluido Sánchez, avalaba.

Este escándalo, del que apenas conocemos las primeras aristas, puede ser el fin de seis años socialistas y de gobiernos de coalición progresista. La derecha y la ultraderecha política, mediática y judicial redobla su ofensiva para derribar a Sánchez, para acortar la legislatura y forzar nuevas elecciones, en las que el PP espera rentabilizar al máximo la desmoralización y desmovilización del electorado progresista.

Pero detrás de esta ofensiva contra el gobierno de coalición no está simplemente el Partido Popular o la caverna tóxica de la ultraderecha. Ellos son los agentes políticos, pero detrás están los centros de poder hegemonistas y de la oligarquía española, que han decidido acabar con un gobierno que -aunque les ha dado enormes réditos económicos- ya no les sirve para gestionar sus mandatos e imperativos, al menos en los draconianos ritmos e intensidad que exige el nuevo proyecto de Trump desde la Casa Blanca.

Al menos hay tres grandes razones por las cuales desde Washington se ha decidido que ya es hora de «impulsar» (es decir «forzar») un cambio de gobierno en España: por el acercamiento de Sánchez a China; por la negativa a aceptar un aumento de gasto militar del 5% del PIB; y por la posición española ante el genocidio en Gaza, denunciando a Israel y poniéndose del lado de Palestina.

Ante esta situación -donde lo determinante es una intervención hegemonista para hacer caer al gobierno, e imponer otro que de un salto en el saqueo contra el 90%, en los recortes sociales y de libertades, y en el encuadramiento político y militar en los mandatos de la dictadura mundial de Trump- nuestra posición es la de mantener, redoblar y multiplicar el apoyo y la exigencia al ejecutivo de coalición PSOE-Sumar.

Redoblamos nuestro apoyo al gobierno de coalición, defendiéndolo de los que quieren derribarlo. Denunciamos que detrás de los ataques de la derecha y la ultraderecha están los centros de poder hegemonistas y de la oligarquía, y en concreto la orden de «acoso y derribo» de la dictadura mundial de Trump para imponer un inquilino de la Moncloa más plegado a sus mandatos.

Pero redoblamos también nuestra exigencia. El apoyo no es un cheque en blanco.

Por supuesto, debe haber tolerancia cero con la corrupción. Sánchez y el PSOE deben asumir la gravedad de la corrupción que les afecta. Abandonar la línea del “y tú más” Y poner todos los medios, y especialmente los centros donde ha anidado la trama (sede central, ministerio de Transportes…) al servicio de la justicia. Se debe perseguir a corruptos y corruptores como la misma trama de crimen organizado. Monopolios del Ibex35 como Acciona, que pagó el 75% de las mordidas y firmó el 75% de los contratos investigados.

En segundo lugar exigimos al gobierno de Sánchez que sea consecuente en la defensa de una Paz Mundial cada vez más amenazada. No a la extensión de la guerra en Oriente Medio. Fin de genocidio en Gaza y medidas contundentes en el plano diplomático y comercial contra Israel. No a la dictadura y el rearme de Trump. No a la imposición del 5% del PIB en gasto militar. Y no a la utilización de Rota y Morón como bases de agresión en la guerra de Irán o en cualquier otra aventura militar de EEUU.

Y tercera y principal exigencia. La contradicción principal está entre una macroeconomía que va bien… al mismo tiempo que crece el empobrecimiento y la precariedad de la mayoría. Es necesario un programa social, para aplicar las medidas pendientes (como la reducción de jornada…), e implementar medidas orientadas a la redistribución de la riqueza.

Atención prioritaria a la política de vivienda que ponga coto al atraco de bancos y fondos extranjeros y construya 1,8 millones de vivienda social y de calidad a través de una Empresa Pública de Vivienda.

Y especialmente hacer frente a los peligros que acechan a ejes del Estado social como las pensiones, directamente amenazadas por el rearme exigido por Trump y la OTAN y los peligros de privatización.

Es desde esta posición de apoyo y exigencia desde donde llamamos a toda la ciudadanía, y especialmente a la mayoría social progresista, a combatir los planes de los que quieren derribar el actual gobierno para instalar otro más sumiso y obediente a las imposiciones de los centros de poder nacionales y extranjeros.

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