Elecciones en Brasil

Lula, claro favorito en la cuenta atrás de las elecciones de Brasil

A pocos días de las elecciones brasileñas, todo indica que Lula da Silva, el expresidente e histórico líder de la izquierda brasileña, puede obtener una holgada victoria sobre su oponente, el ultraderechista Jair Bolsonaro

Cuando quedan dos semanas para las decisivas elecciones presidenciales del 2 de octubre, el expresidente Lula da Silva aventaja claramente en todas las encuestas al actual presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, con una horquilla que va de los diez a los quince puntos. Aunque Bolsonaro ha recortado algo esa ventaja, y aunque sería necesaria una segunda vuelta, todas las predicciones dan igualmente a Lula como vencedor en el balotaje, dado el rechazo frontal que el ultra levanta en el 52% del electorado.

De ser ahora mismo las elecciones, Lula -el candidato del Partido de los Trabajadores y de una amplia coalición electoral donde se integran desde sectores del centro-derecha a la extrema izquierda del PSOL- volvería a ser presidente de Brasil, después de una década en la que los sectores más reaccionarios de la oligarquía criolla y los centros de poder imperialistas desalojaron mediante un impeachment golpista a Dilma Rousseff de la presidencia, instalando al neoliberal Michel Temer, y luego promovieron a un ultraderechista como Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil.

Según diversas encuestas, Lula ganaría la primera vuelta con aproximadamente doce puntos de ventaja sobre Bolsonaro. A menos de 20 días de los comicios, el izquierdista mantiene el 45% de la intención de voto, mientras que el actual presidente llegaría al 33%. Aunque esa diferencia no evitaría una segunda vuelta -prevista para el 30 de octubre- Lula tendría las mejores posibilidades en el desempate, dado que en Brasil -un país sin duda muy polarizado- el rechazo frontal que levanta Bolsonaro es mucho mayor que el que suscita su oponente. En un eventual balotaje, según el sondeo de Ipec, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) ganaría por un 53% ante el 36% del mandatario ultraderechista.

Según diversas encuestas, Lula ganaría la primera vuelta con aproximadamente doce puntos de ventaja sobre Bolsonaro.

Una campaña polarizada y llena de amenazas ultras.

La campaña electoral brasileña se da en un ambiente marcado por la movilización de la izquierda, pero también por las amenazas de la extrema derecha. Cuanto más se consolida la ventaja de Lula, más arrecia la campaña de amenazas, miedo, boicots, polarización y violencia por parte de Bolsonaro y sus seguidores. La campaña comenzó con el asesinato del tesorero del PT a manos de ultraderechista, y hace pocos días continuaba con otro crimen de odio político, cuando un seguidor de Bolsonaro mataba de una puñalada a un simpatizante de Lula.

Los gestos animando a sus seguidores a hacer uso de las armas son constantes en el ultraderechista presidente Jair Bolsonaro

Durante toda la campaña, esta violencia ha sido espoleada por un Bolsonaro agresivo, plagado de exabruptos, amenazas, provocaciones y ataques a los movimientos sociales, a la izquierda y a hasta la prensa. «Las ganas que tengo son las de llenarte la boca con puñetazos», respondió Bolsonaro a un periodista que le preguntó por un escándalo de corrupción que implica a su mujer y a su hijo. Y en un mitin en São Paulo, el ultraderechista empuñó un trípode como si fuera un fusil y entre las risas de sus seguidores prometió “fusilar a la toda la petralhada”, en referencia a los seguidores del PT.

A pesar de que Bolsonaro ha intentado suavizar su imagen -en una entrevista pedía disculpas por sus declaraciones durante la pandemia, cuya gravedad siempre trató de minimizar de forma negacionista, mostrando cero empatía con las víctimas del coronavirus (casi 700.000 brasileños)- y que ha ordenado desembolsar un chorro de dinero público entre los más pobres, tratando de ganarse su favor, las encuestas muestran claramente que el 52% de los brasileños “no le votarían en ninguna circunstancia”.

El ultraderechista, que lleva tiempo insinuando que no reconocería el resultado electoral en caso de perder las elecciones y que las urnas electrónicas -que se llevan usando en Brasil desde 1996, y que certificaron su propia victoria en 2018- están trucadas, viene insistiendo ante el tribunal electoral para incluir en el recuento electoral a técnicos del Ejército en una suerte de escrutinio paralelo. En las Fuerzas Armadas Bolsonaro cuenta con gran cantidad de simpatías, entre ellos el general retirado Walter Braga Netto, que es su número dos de fórmula electoral.

Lula anima a sus seguidores

Multitudinario Mitin (50.000 personas) de Lula en Porto Alegre

Frente a la campaña del miedo, Lula está centrando su propaganda en proyectar en positivo sus propuestas para Brasil y los trabajadores. «Este país volverá a ser respetado en Sudamérica, en Estados Unidos y en China», prometió Lula delante de 50.000 personas en un abarrotado mitin en Porto Alegre, enfatizando su propuesta de impulsar el desarrollo de la microeconomía y las pequeñas y medianas empresas. Por ello, propuso un «modelo de desarrollo que tenga en cuenta la creatividad del pueblo» y reinsertar en condiciones de legalidad -con contratos y protección social- a millones de trabajadores informales.

En el mismo mitin, el candidato a vicegobernador, Pedro Ruas del PSOL -un partido de extrema izquierda que en el pasado ha tenido diferencias con el PT- defendió la decisión del PSOL de respaldar la candidatura de Lula para «cambiar el rumbo de Brasil». Pero Lula también ha sido capaz de atraerse a sectores del centro-derecha opuestos a la deriva totalitaria de Bolsonaro, como Geraldo Alckmin, histórico dirigente del PSDB, el Partido de la Socialdemocracia Brasileña, y ex gobernador de Sao Paulo, que fue su rival en las presidenciales en 2006. Alckmin es el segundo de la coalición y sería vicepresidente si gana Lula.

Frente a la campaña del miedo, Lula está centrando su propaganda en proyectar en positivo sus propuestas para Brasil y los trabajadores.

Unas elecciones contra el «Tropical Trump»

En un mensaje en su propia red social trumpista, el expresidente norteamericano Donald Trump se ha referido a Bolsonaro como un «Tropical Trump»

Si se cumplen los pronósticos, Brasil puede dejar atrás cuatro años en los que Bolsonaro ha atacado duramente las condiciones de vida y trabajo de la mayoría, ha gestionado de forma criminal la pandemia, ha violentado las libertades y a la propia democracia y que en el plano internacional ha practicado el más puro seguidismo a las directrices que le llegaban de la Casa Blanca, tratando de imitar tanto el estilo, como las políticas de Donald Trump.

Un expresidente norteamericano que por cierto ha mandado un caluroso saludo a Bolsonaro en Truth Social -la red social alternativa que usa la alt-right norteamericana y el propio magnate, al estar vetado en Twitter- refiriéndose al ultraderechista como «el Trump tropical». Una definición tan narcisista como exacta.

Deja una respuesta