SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Los ajustes de Rajoy, del FMI y del BCE

El Gobierno, tras afirmar que el rescate bancario no implicaba nuevas condiciones macroeconómicas, ha puesto en marcha un paquete de medidas considerado de forma generalizada como el más duro de la democracia, copia exacta del recomendado por el informe del FMI (léase “de lo que se les había ocurrido decir a algunos economistas de la escuela de talibanes de esa institución”). El hecho es sintomático de hasta qué punto hemos perdido soberanía, vivimos en una democracia vigilada y estamos al albur de las genialidades de unos tecnócratas (más bien mediocres), con total desconocimiento del país, guiados por prejuicios ideológicos y escudados en la impunidad, conocedores de que nadie les va a pedir responsabilidades por sus errores. Almunia lo dejó muy claro al afirmar con altanería y orgullo: “Las recomendaciones de la Comisión son imposiciones”. ¿A quién representa el señor Almunia? Perdió las elecciones dentro de su partido y también ante la sociedad.

El Gobierno se debate en la perplejidad. Después de haber solicitado el rescate bancario y haber aprobado un paquete de medidas que le enfrentan con la sociedad y le hacen perder cientos de miles de votantes, no ha logrado la aquiescencia de los mercados y la prima de riesgo ha continuado por las nubes, colocando a España a los pies de los caballos (…)

Queramos o no, la Unión Monetaria, tal como se ha diseñado y está desarrollándose, es una gran falacia. No hemos construido una unión monetaria, ya que resulta imposible sin hacer a la vez una unión política. El euro es el marco con disfraz; el BCE, una sucursal del Bundesbank y la Eurozona, un embrión de un nuevo Reich, sueño permanente de Alemania, conseguido esta vez sin armas, gracias a la estupidez de un gran número de políticos europeos. Si continuamos por esta senda, el FMI tendrá, por desgracia, que cambiar las previsiones para España y anunciar que la recesión continuará en 2014. Eso sí, sostendrán que España no ha hecho suficientes ajustes y recomendarán otros nuevos. ¿Nuevos?, no, porque será otra vuelta de tuerca sobre los mismos, las clases medias y bajas.

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