SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Buscando a Leopoldo desesperadamente

Nuestro Gobierno oscila de la insolencia a la desolación mientras por todas partes cunde el desafecto a los políticos y a los partidos de todo el arco en que se encuadran. Es un peligroso sentimiento que se difunde con grave incremento del riesgo-país porque, descartados todos ellos ¿cuál sería la solución? El clamor más generalizado aboga por un gran acuerdo nacional del que habrían de formar parte junto con los populares, los socialistas y los nacionalistas vascos y catalanes para llevar adelante un programa de reformas y crecimiento, y emprender un diálogo que impida un país sublevado cuando llegue la rentrée de septiembre. Pero un pacto de esa amplitud es inconcebible bajo el liderazgo de Mariano Rajoy, cuyo eclipse se advierte irreversible. De ahí que ya se esté buscando a un nuevo Leopoldo desesperadamente.

La ventaja cuando el presidente Adolfo Suárez entró en fase de eclipse, observable, es decir, a partir de la moción de censura presentada por el socialista Felipe González el 28 de mayo de 1980, era que entre quienes le acompañaban en el banco azul había donde elegir para proponer un sucesor en momentos convulsos, en tanto que en el Gabinete del presidente Rajoy a ninguno se ve capaz de asumir ese encargo.

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