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Lo que ya podemos saber sobre Podemos

Poco a poco hace meses, ahora más rápidamente, el misterio Podemos va desprendiéndose de los siete velos y se nos muestra en toda su desnudez. ¿Espléndida, juvenil o ajada, saturada de máximas envejecidas? Aún es pronto para saberlo pero ya se adivinan indicios reveladores.

Cuando surge el movimiento 14 M y otros similares, estaba absolutamente claro lo que iba a pasar a continuación porque es un proceso ya sabido. Como todo movimiento asambleario, horizontal iba a llegar a una encrucijada. Como lo que el famoso beisbolista americano Yogi Berra dijo de que “cuando llegues a una encrucijada, tómala” no es posible, resulta que ante esa encrucijada había que optar: o extinguirse por inanición y cansancio o transformarse, a pesar de ellos, en algo tan detestado como un partido político. Es decir, integrarse en el despreciado sistema, ese de “No nos representan”. Pues bien, aquí está ya el partido político Podemos que pasa de la horizontalidad a la verticalidad, al organigrama de todo partido (aunque se cambien los nombres) y a un secretario general rodeado en el ejecutivo de sus personas de confianza (y hace bien) y parece, digamos parece porque hay que ver cómo actúa, con una concentración de poder que se reprocha en otras formaciones bajo la etiqueta de autoritarismo.

Marx (Carlos) dijo hace tiempo eso de que “la existencia determina la conciencia”. Para que se entienda mejor: cuando uno pisa moqueta y alterna con poderosos en buenos cenáculos parece que su pensamiento, sus opciones van cambiando. Así es la vida misma. Lo veremos, lo estamos viendo ya de manera acelerada, en los pronunciamientos públicos de los dirigentes de Podemos y lo veremos en su programa electoral que no tendrán más remedio que presentar abandonando sus actuales nebulosas y sus “machadas”. No es reproche, es constatación de hechos y tendencias. Como muestra, un botón destacado: del impago de la deuda han pasado a su reestructuración es decir a la “quita y espera”. Lo mismo que la casta que lo hace desde hace muchos años en los cenáculos capitalistas del Club de Londres y el de París. Cuando Podemos habla de su “transversalidad” (concepto por cierto copiado de UPyD como los de regeneración, puerta giratoria, no imputados en listas, no a los aforamientos y otros) y de “ocupar la centralidad en el tablero electoral” está reconociendo que la realidad es dura y difícil de cambiar sobre a todo a fondo y rápidamente porque esa realidad la integran importantes centros de poder que al final no admiten bromas en ciertas cosas. Les pueden dar carrete en ciertos medios de su propiedad mientras no haya peligro para lo que esos centros entienden como sustancial. Ellos, los dirigentes de Podemos, en su mayoría profesores de ciencia política, seguro que lo saben muy bien.

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