¿Qué efectos tendrá para España el cambio de inquilino en la Casa Blanca? ¿Cuánto nos costará la “factura Trump”?
Contestar a estas preguntas claves exige fijarse en los “anclajes” impuestos por la subordinación hacia Washington, que nos ligan a las turbulencias desatadas en la superpotencia. Lazos de dependencia militar, políticos o económicos de los que Trump, o cualquier otro representante del imperio, puede tirar para incrementar la factura a pagar.
.
Primero, lo militar
Las relaciones, vale decir subordinación, entre EEUU y España están presididas por dos palabras: Rota y Morón.
Dos bases militares, una naval, la otra aérea, que ocupan un papel privilegiado en el despliegue bélico global de la superpotencia.

Washington considera que “el eje Rota-Morón es el principal hub para el puente aéreo entre Estados Unidos y Oriente Medio”. Su privilegiada posición geográfica redimensiona su importancia.
Rota alberga el “escudo antimisiles”, proyecto estrella de la era Bush. Morón permite desplegar operaciones rápidas en el norte de África. Y ambas han sido utilizadas en las guerras de EEUU, en la ex Yugoslavia, en Irak, en Siria, en Libia… O han sido plataforma para respaldar desde Washington el genocidio en Palestina.
La importancia de Rota y Morón es paralela al silencio impuesto sobre su existencia. La presencia en nuestro suelo de dos bases militares de una potencia extranjera, empleadas en agresiones a otros pueblos, ha sido eliminada del debate político. Y todas las fuerzas que quieran ser algo en España, a derecha y a izquierda, deben aceptarlas.
Y la sombra de ambas bases es cada vez más alargada. Biden y Sánchez firmaron un acuerdo por el que EEUU aumentaría su presencia en Rota, pasando de cuatro a seis destructores de la US Navy, y de 1.200 a 1.800 soldados norteamericanos.
Y somos nosotros, los españoles, los que debemos hacer las obras, y pagarlas, para permitir este incremento de la presencia militar de EEUU. Sin que ocupe espacio en los medios, la armada española está ejecutando una reforma de la base de Rota, para duplicar la capacidad de atraque, valorada en 300 millones.
Ahora EEUU nos exige 50.000 millones más ¡al año! para sufragar su maquinaria militar
A Rota y Morón se le unen las misiones militares en el extranjero. Hasta 3.500 soldados españoles están desplegados en 17 misiones bajo bandera de la OTAN. Actuando en todo el planeta al servicio de los intereses de EEUU.

Sin que sea ni siquiera discutido públicamente España acaba de enviar una fragata con un grupo de combate al Indo-Pacífico, bajo mando de la OTAN. El año pasado cuatro aviones de combate españoles pasaron por India, Japón y Australia, dentro del ejercicio Pacific Skies. Ahora le toca el turno a la armada.
EEUU impone a España, como a otros países europeos, participar directamente en el cerco militar a China, verdadero objetivo de su mayor despliegue bélico en el Indo-Pacífico.
Este grado extremo de dependencia militar hacia EEUU es del que Trump estira para imponernos un aumento de la factura bélica a pagar.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha señalado directamente a España. De su intervención se ha destacado que confundió a España con un miembro de los BRICS. Pero no delirada, sabía lo que estaba diciendo. Remarcó que “el gasto militar de España es muy bajo”, y reclamó que lo incrementáramos, esgrimiendo la amenaza de aumentar un 100% los aranceles a los productos españoles.
¿En qué consiste este nuevo “impuesto imperial”? En fijar un mínimo del 5% del PIB para el gasto militar. ¿A cuánto asciende? A casi 50.000 millones.
España ya se había comprometido a llegar en 2029 al 2% del PIB en su gasto en defensa. Eso supone 10.000 millones más. Ahora la exigencia se multiplica por cinco: 50.000 millones extra para sufragar la maquinaria bélica de la superpotencia, que deberán quitarse a la sanidad, las pensiones, la educación.
.
El Ibex-35: hilo directo con Washington
En el Foro de Davos se reúne la flor y nata del capitalismo mundial. Lo que allí se “cuece” determina nuestras vidas. Y este año nos ha dado una pista clave sobre una de las principales pistas de aterrizaje del “trumpismo” en España. No se trata de una organización o agitador ultra… sino de los que de verdad detentan el poder en nuestro país.

Ana Patricia Botín, presidenta del Banco de Santander y cabeza de Ibex-35, el sancta santorum de los que de verdad mandan en España, fue uno de los cuatro “líderes empresariales globales” -grandes capitalistas mundiales- elegidos para debatir con Trump en Davos.
Botín elogió a Trump. Y el nuevo presidente de la superpotencia se deshizo en elogios hacia Botín: “conozco su banco y usted ha hecho un trabajo fantástico”.
Esta conexión entre Botín y Trump va más allá de un “feeling” personal. En Davos Pedro Sánchez se reunió con las principales espadas del Ibex-35. Allí estaba Ana Patricia Botín, que intervino para plantear que “Europa [y por tanto España] debería pensar en algunas medidas de desregulación como las que se apuntan en EEUU”.
La cabeza del Ibex-35 elogiando la política económica de Trump. Y reclamando aplicar en España parte de la “desregulación” que Trump va a ejecutar en EEUU. Es decir las políticas que el nuevo presidente ofrece a la gran burguesía norteamericana para que puedan multiplicar sus ganancias: rebajas de impuestos, barra libre a las petroleras para que perforen todo el país, eliminación de cualquier límite al capital financiero para que pueda incrementar todavía más su expolio…
¡Claro que Trump conoce a Botín! Están unidos por intereses y negocios comunes.
Botín no solo felicitó a Trump, elogió su política económica… y propone aplicarla en España
El gran capital norteamericano domina el Ibex-35, que en un 56% está en manos extranjeras. Grandes fondos de la superpotencia como BlackRock, Vanguard, Fidelity o mega bancos como Goldman Sachs, Bank of America o JP Morgan son los auténticos dueños de la mayoría de bancos y monopolios “españoles”. Controlan un 44% de las acciones del Santander o el 39% de las del BBVA. Son dominantes en gigantes eléctricos como Iberdrola. Y están acaparando un control cada vez mayor de la vivienda o la sanidad privada en España.

A cambio de ocupar un lugar subordinado, y permitir que la superpotencia entre en el control de sus “joyas de la Corona”, la oligarquía española recibe un “premio”: el acceso al enorme mercado norteamericano. La filial norteamericana del Santander posee más de 57.500 millones de dólares en depósitos, y más de 90.000 millones de dólares en activos. Iberdrola ya posee sus principales negocios en EEUU. Y grandes constructoras como Ferrovial o ACS acceden a las grandes obras en EEUU. Desde 2025 el capital invertido por bancos y monopolios españoles en EEUU se ha cuadruplicado.
Comparten intereses porque ambos, EEUU y el Ibex-35, están “hermanados” en el atraco a la población. Y coincideen en el camino a seguir: más saqueo. Por eso Ana Patricia Botín se “relame” al elogiar la “desregulación” de Trump, imaginando los enormes beneficios que le reportaría aplicar esas políticas en España.