El pasado 22 de abril el presidente del gobierno presentaba un plan aprobado por el Consejo de Ministros para incrementar en 10.471 millones de euros adicionales el gasto militar y cumplir con las exigencias de Trump y la OTAN.
Sánchez ha pasado de defender que España llegaría al 2% del PIB en gasto militar en 2029 a presentar un plan para llegar ya, este mismo año. Más de diez mil millones que, sumados a los destinados al presupuesto ordinario, supondrá un gasto militar total este año de 33.123 millones de euros.
¿Pero en qué consiste este enorme incremento del gasto militar? ¿En qué se van a gastar esos 10.471 millones de euros?
Pedro Sánchez se esfuerza en cada comparecencia en borrar la palabra rearme, aunque este plan esté en la órbita del “Plan de Rearme Europeo” anunciado por la UE.
Nos lo presentan como “Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa de España y Europa”, colocando la industria y la tecnología por delante para que parezca que es un plan de inversión en “industrialización y modernización de nuestro tejido productivo” y no un plan de rearme. Por eso se habla mucho de “innovación tecnológica, ciberseguridad, telecomunicaciones o tecnologías de doble uso”, pero apenas se habla de los sistemas de armas, de bombas y misiles, aviones o buques de guerra…
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Cinco pilares y 31 programas de armamento
El plan se divide en cinco apartados o pilares, presentados bajo epígrafes “socialmente aceptables” pero que esconden ‘31 Programas Especiales de Armamento’, ahora llamados de ‘Modernización’.

El primer pilar, denominado ‘Condiciones laborales, preparación y equipamiento de nuestras Fuerzas Armadas’. Con 3.712,5 millones es el que más dinero recibe, el 35,45% del total.
Dedica 679 millones a incrementar las retribuciones de los militares y aumentar efectivos. Pero la mitad de la partida, 1.665,37 millones, se dirige a adquirir y desarrollar equipos para entrenar y formar en sistemas de armas y tecnologías vinculadas a los ‘Planes Especiales de Armamento’. Y la partida principal, 928,37 millones, incluye simuladores, mejora de los medios de guerra electrónica, sistemas IFF (identificación amigo-enemigo) para helicópteros y el diseño de un POD (‘láser de alta precisión de combate aéreo’) para los cazas Eurofighter del Ejército del Aire.
En el segundo pilar, dotado con 3.262 millones, hay una partida de 212 millones destinados a proyectos estratégicos como la base logística del Ejército de Tierra en Córdoba; la unidad de drones de la UME (Udrume) y las instalaciones del dron ‘Sirtap’ en León.
El tercer pilar, presentado bajo el título “Instrumentos de defensa y disuasión”, contiene una de las principales partidas militares del plan, 560 millones destinados a reponer e incrementar los arsenales de todo tipo, desde proyectiles de artillería o ametralladoras, a misiles, un nuevo obús autopropulsado ATP y un Sistema de Defensa Antimisil para proteger los buques de la Armada frente a “amenazas próximas”.
Los más de 1.400 millones restantes están destinados a programas especiales de modernización, como un nuevo vehículo blindado para reemplazar a los conocidos como TOA (Transporte Oruga Acorazado), o la construcción de un nuevo buque de aprovisionamiento de combate.

El cuarto pilar, ‘Apoyo a la gestión de emergencias y desastres naturales’, son realmente inversiones de doble uso, militar y civil en caso de emergencias naturales. Una partida de 661 millones destinada a la adquisición de 7 aviones anfibios ‘DHC-515’ utilizados en la lucha contra incendios; 116 millones se asignan a un vehículo lanzapuentes que ayuda a cruzar desniveles o ríos a vehículos de combate (Dragón 8×8); 27 millones a un programa contra drones y 50 millones al programa de Helicópteros multipropósito.
El plan contempla en el quinto bloque, más de 328 millones destinados a las operaciones en el exterior, especialmente de la OTAN.
El gobierno no someterá el plan a votación en el Congreso, pero ya lo ha enviado a Bruselas para su evaluación y aprobación por la Unión Europea y la OTAN.
El plan se presenta bajo epígrafes “socialmente aceptables” que esconden hasta ‘31 Programas Especiales de Armamento’
Se han incluido como gasto militar partidas que hasta ahora estaban asignadas a otros ministerios, como las pensiones o la sanidad de los militares; inversiones incluidas en el Ministerio de Industria o utilizar el Fondo de Contingencia, destinado a cubrir posibles catástrofes, para financiar misiones de la OTAN, revelando que el gasto en defensa siempre ha sido mayor que el oficialmente declarado.
Antes el gasto militar encubierto convenía «disimularlo» y ahora conviene que salga a la luz. Y la OTAN tiene la última palabra.
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Bajo los imperativos militares de la superpotencia
Más encuadrados en la estrategia imperial
El plan aprobado por el gobierno para dedicar el 2% del PIB al gasto militar está impuesto por las exigencias de la nueva Administración de EEUU. No es lo que nuestro país necesita, sino lo que exigen los dictados imperiales: un brutal aumento inmediato del gasto militar para el rearme de la OTAN y un nuevo salto en nuestro encuadramiento militar y político en la estrategia de la superpotencia.

Desde Washington reaccionaron al reciente viaje de Pedro Sánchez a China advirtiendo que profundizar relaciones con China sería como “ponerse una navaja al cuello”, según palabras de Scott Bessent, el secretario del Tesoro de EEUU; marcando que la política europea y española tiene que estar sometida a la conformación de un frente antichino.
España ya participa con otros países de la OTAN, desde hace más de un año, en maniobras militares en el Indo-Pacífico con aviones y barcos.
En el verano de 2024, 4 aviones Eurofighters españoles participaron por primera vez en maniobras militares conjuntas con Japón, junto con fuerzas de Alemania y Francia, durante casi dos meses, 28 aviones de combate europeos y 16 grandes aeronaves cisterna y de transporte. Estas maniobras se incluyen en el nuevo papel de la OTAN promovido por EEUU para que la Alianza Atlántica respalde su estrategia de contención frente a China.
Desde finales de abril, la fragata «Méndez Núñez», participa en unas maniobras en el Indo-Pacífico, ‘Highmast 24’, organizadas por el Mando Aliado Marítimo de la OTAN, integrada en un grupo de combate británico con el portaaviones ‘Prince of Wales’, un submarino nuclear de ataque y varios buques durante 4 meses. Aunque también es cierto que esta misma semana el gobierno ha ordenado que la Armada no participe en las maniobras cuando se desarrollen en los alrededores de Taiwán, para no enrarecer las relaciones con Pekín.
Según el gobierno, las Fuerzas Armadas españolas participan en 16 misiones en el exterior con 3.000 militares y guardias civiles. De forma muy significativa en el refuerzo del flanco este de la OTAN, con el despliegue de efectivos terrestres en Letonia, Eslovaquia y Rumanía; en la operación ‘Persistent Effort’, que agrupa las misiones de Policía Aérea y defensa del espacio aéreo, y en las Agrupaciones Navales Permanentes de la Alianza. Y la misión de la OTAN en Irak,
Bajo bandera de la ONU participa en Líbano, con 670 militares. Y en media docena de misiones bajo bandera de la UE.