SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La tibieza de Rajoy con Bolinaga divide al partido

EL COMITÉ Ejecutivo Nacional del PP acabó ayer de forma inesperada en un choque frontal entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y su antecesor Jaime Mayor Oreja, que expresaron una abierta discrepancia tanto sobre la decisión del Gobierno de conceder el tercer grado al etarra Bolinaga, como sobre el conjunto de la política en relación a ETA.Todo empezó cuando Fernández Díaz realizó por iniciativa propia una larga intervención en la que pretendía demostrar con argumentos jurídicos que el Ministerio del Interior no tenía más opción que otorgar el tercer grado al asesino de ETA y secuestrador de Ortega Lara. Fernández Díaz señaló que todos los Gobiernos habían actuado de la misma forma en situaciones similares. Igualmente, el ministro subrayó que ETA había sido derrotada y que, por ello, había renunciado a la violencia.Mayor pidió la palabra para sostener que Interior podía haber denegado la excarcelación y aseguró que las circunstancias de hoy no son comparables a las de cuando él era ministro, a finales de los años 90. Rebatió la tesis triunfalista de Fernández Díaz al afirmar que ETA está a punto de conseguir en las próximas elecciones vascas lo que no ha logrado con el terrorismo.

Los asistentes a la reunión certifican que se vivieron momentos de gran tensión, sin precedentes desde hace bastante tiempo en el Comité Ejecutivo. En este contexto, Esperanza Aguirre se alineó con el argumento de que tan legal era conceder el tercer grado a Bolinaga como no hacerlo y Rajoy cerró la sesión con una defensa de la posición de Fernández Díaz.Lo sucedido ayer tiene una gran importancia desde el punto de vista político porque muestra que en el PP existe una fractura interna creada por la excarcelación de Bolinaga y, por añadidura, diferentes puntos de vista sobre la política frente a ETA.Rajoy sostiene que el Gobierno estaba obligado a excarcelar a Bolinaga, lo cual no es cierto ya que el reglamento penitenciario concede la posibilidad de hacer una cosa y la contraria al Ejecutivo. Tampoco existe una jurisprudencia sobre la concesión del tercer grado, ya que las resoluciones de la Administración penitenciaria agotan su recurso ante las Audiencias y no ante el Supremo, que es la única instancia que sienta un precedente de obligado cumplimiento.

Por ello, como Mayor Oreja le reprochaba ayer, Rajoy ha tomado una decisión política aunque sea perfectamente legal, lo que nadie le discute. Pero al igual que Interior optó por concederle el tercer grado, tenía también la potestad de denegarlo. Y esto es lo que debería haber hecho, teniendo en cuenta lo que representa este individuo, que no ha mostrado arrepentimiento alguno, para una gran mayoría de la sociedad española.Al apoyar la excarcelación de Bolinaga, al que el juez ha concedido ya la libertad condicional, Rajoy se desmarca de un sector de su partido y de las asociaciones de víctimas, situándose en una pretendida posición intermedia entre quienes piensan como Mayor y Esperanza Aguirre y el nacionalismo radical que considera insuficiente la medida.Rajoy ha conseguido en este asunto el respaldo del PSOE, lo que no es una garantía de acierto, teniendo en cuenta la trayectoria de Rubalcaba en materia de política antiterrorista.

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