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La escalada del paro asfixia las cuentas públicas

EL PARO registrado subió en agosto en 38.179 personas. Una noticia que la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, calificó de «menos mala» al tratarse de la cifra más baja en ese mes estival desde 2006. Pero con 4,6 millones de parados inscritos es lógico que ritmo de incremento del desempleo sea inferior al de ejercicios anteriores. De hecho, un análisis del movimiento del mercado de trabajo en el mes pasado evidencia que no hemos tocado fondo en su deterioro.Por ejemplo, en agosto apenas se formalizaron 61.700 contratos indefinidos -un 6,54% menos- sobre un total de 1,02 millones, que también han caído un 5%. Precisamente que la contratación temporal no haya sido capaz de recoger el descenso de la indefinida es un dato que lleva a los analistas a ser pesimistas sobre la evolución del empleo a corto y medio plazo. Y algunos se preguntan hasta qué punto la suavidad de la caída se debe más a que muchos parados se desaniman y dejan de acudir al Servicio Público de Empleo Estatal -el antiguo INEM- para buscar una colocación.Pero lo realmente preocupante de las cifras sobre el mercado laboral que conocimos ayer es que en los primeros siete meses del año las prestaciones por desempleo superaron los 18.000 millones de euros, cuando la previsión en los Presupuestos para todo 2012 era de 28.000 millones. Ya criticamos esta optimista predicción, que hablaba de una reducción anual del 5% en esta partida a la vez que estimaba una subida del paro. Pero otra vez la realidad ha superado las expectativas: hasta julio, los subsidios del paro se han llevado del erario 2.000 millones más de lo presupuestado, con lo que han consumido ya la mayor parte de los 2.300 millones que el Gobierno ha contabilizado recaudar por la subida del IVA. Y con las perspectivas actuales del mercado de trabajo, ese desvío podría ascender a 4.000 millones a final de año.En definitiva, una nueva carga que añadir a las exhaustas cuentas públicas. Porque si el Gobierno ya ha tenido que tirar de los ingresos futuros de la Lotería para nutrir el Fondo de Liquidez Autonómico -que tiene todos los visos de quedarse corto- la única forma de conseguir nuevos recursos para pagar el paro será emitir más deuda. Con rentabilidades del 6,5% en el bono a 10 años más deuda significa incrementar el déficit por los altos intereses que debemos pagar. No lo tiene fácil el Gobierno si, además, ya se plantea utilizar el fondo de reserva de la Seguridad Social para hacer frente al pago de pensiones, como anticipó ayer el secretario de Estado Tomás Burgos.En este contexto de asfixia financiera, el Gobierno aguarda las condiciones que impondrá el BCE a cambio de comprar deuda soberana. Si exige nuevos recortes en los Presupuestos, las tres principales partidas cuya reducción podría ayudar a una rebaja del déficit son el desempleo, los salarios de los empleados públicos y el pago de intereses de la deuda. Como éste último no depende del Gobierno, sólo valdría aplicar la tijera en el subsidio de paro y dar otra vuelta de tuerca a los ingresos de los funcionarios. Las dos posibilidades ya se contemplan en las recomendaciones que han ido haciendo el FMI y la UE para España, por lo que no sería de extrañar que se convirtieran en una obligación para concedernos el rescate suave. El drama es que en caso contrario las cuentas no saldrían.

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