La sangrí­a bursátil se recrudece

«Así­ lo describí­a el banco de inversión Morgan Stanley en un informe en el que señalaba que Estados Unidos y Europa se acercan «peligrosamente» a la recesión y en el que criticaba también la falta de decisión polí­tica en ambos lados del Atlántico para reconducir esta crisis.»

Y como si el camo está seco y te paseas por él con un mechero lo más normal es que provoques un incendio, la Reserva Federal de EEUU puso de su parte al dar a conocer que está intensificando la supervisión de las filiales que los bancos europeos tienen en su país ante el riesgo de que la crisis de deuda soberana en el continente afecte a su capacidad para actuar en EEUU. Esta medida y la mala acogida que ha tenido el anuncio de crear un impuesto a las transacciones financieras en la UE tumbaron las cotizaciones de los bancos. Santander cayó un 4% y BBVA un 5,7%, pero otras grandes entidades financieras europeas se desplomaron entre el 7% de Deutsche Bank y el 12% de Société Générale o de Barclays. Ayer se difundieron rumores en las bolsas que indicaban que entidades financieras europeas, entre ellas alguna española, podrían necesitar una ampliación de capital. EL PAÍS.- Sin crecimiento económico no solo no es posible pagar las deudas, sino que las empresas pueden acabar anoréxicas, y con ellas las posibilidades de reducir el desempleo. Ayer, la reacción de los mercados de deuda fue una manera elocuente de subrayar esa evidencia. Aunque algo tarde, todas las Bolsas han reaccionado con desplomes en sus cotizaciones a la acumulación de evidencias que señalan ritmos de crecimiento reducidos para todas las economías. Los indicadores correspondientes al segundo trimestre de este año ya mostraron una marcada desaceleración en la totalidad de las economías avanzadas, acompañada de previsiones en la misma dirección para las más importantes economías emergentes. CINCO DÍAS.- El mercado está muy sensible a cualquier noticia. En EE UU, el índice de actividad que publica la Reserva Federal de Filadelfia se situó en un saldo negativo de 30,7 puntos, el peor nivel desde marzo de 2009. Por otra parte, los datos semanales de paro fueron peores de lo esperado y la venta de viviendas experimentó un inesperado descenso. Se confirma así el grave deterioro de la economía en EE UU, al que se suma el de Europa, como confirmó el dato del PIB intertrimestral de Alemania (0,1%) y la zona euro (0,2%), publicados el martes pasado. Para terminar de avivar el fuego, Morgan Stanley publicó un informe en el que aseguraba que EE UU y Europa se encuentran "peligrosamente cerca de la recesión". El mercado no necesitaba más para empezar a caer Editorial. El Mundo Más decisión política ante la sangría bursátil La sangría de los mercados se recrudece y esto significa que, movimientos especuladores al margen, los inversores consideran que las medidas que se han adoptado en los últimos días no van a servir para aclarar el panorama económico de los próximos meses. Ayer las principales Bolsas del mundo experimentaron fuertes caídas -del 4,72% en el caso del Ibex 35- por el temor a que la ya comprobada ralentización económica derive en una recaída en toda la regla. Así lo describía el banco de inversión Morgan Stanley en un informe en el que señalaba que Estados Unidos y Europa se acercan «peligrosamente» a la recesión y en el que criticaba también la falta de decisión política en ambos lados del Atlántico para reconducir esta crisis. Y como si el campo está seco y te paseas por él con un mechero lo más normal es que provoques un incendio, la Reserva Federal de EEUU puso de su parte al dar a conocer que está intensificando la supervisión de las filiales que los bancos europeos tienen en su país ante el riesgo de que la crisis de deuda soberana en el continente afecte a su capacidad para actuar en EEUU. Esta medida y la mala acogida que ha tenido el anuncio de crear un impuesto a las transacciones financieras en la UE tumbaron las cotizaciones de los bancos. Santander cayó un 4% y BBVA un 5,7%, pero otras grandes entidades financieras europeas se desplomaron entre el 7% de Deutsche Bank y el 12% de Société Générale o de Barclays. Ayer se difundieron rumores en las bolsas que indicaban que entidades financieras europeas, entre ellas alguna española, podrían necesitar una ampliación de capital. Quizá lo que este mes de agosto esté poniendo de manifiesto es que el mercado espera una contundente respuesta política a la crisis. «El punto en el que estamos exige más unión política, sí; pero sobre todo actuar con contundencia para poner freno a la desconfianza», como dice el estratega jefe de Citigroup en España. Una desconfianza que ayer se acrecentó tras la difusión datos económicos clave en Estados Unidos, como el desplome de la actividad industrial, el aumento del paro y de la inflación y el mal comportamiento del mercado de vivienda de segunda mano: indicadores que señalan una posible contracción de la economía. En Europa, la reunión de urgencia del martes de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy quizá mostró que están dispuestos a seguir avanzando en la unión política para combatir la crisis de la zona euro. Pero poco más. Los mercados desconfían porque no se han aportado soluciones concretas y creíbles sobre la situación financiera de muchos países que se enfrentan a la encrucijada entre la necesidad de aplicar un ajuste fiscal que nunca es suficiente y la de retomar el crecimiento. ¿Cómo estimular la economía si lo que se pide es recorte del gasto y subidas de impuestos? ¿Y en España? El Gobierno va a aprobar hoy algunas medidas encaminadas a reducir aún más el déficit público y el próximo 26 tiene previsto otras para mejorar la contratación laboral. Pero se antojan cortas. La debacle de los mercados de agosto ha pillado al Ejecutivo con el pie cambiado por la lejana convocatoria de elecciones generales. Casi cuatro meses con un Gobierno prácticamente acabado y con un país en precampaña son demasiados para afrontar los nuevos temores de recesión económica que se ciernen sobre los países desarrollados. Por eso, Zapatero tiene que rectificar: o adelanta las elecciones a octubre o anuncia nuevas medidas de control del gasto y de estímulo económico. Habrá que estar atentos al pleno extraordinario del Congreso de la próxima semana EL MUNDO. 19-8-2011 Editorial. El País Temor a la recesión Sin crecimiento económico no solo no es posible pagar las deudas, sino que las empresas pueden acabar anoréxicas, y con ellas las posibilidades de reducir el desempleo. Ayer, la reacción de los mercados de deuda fue una manera elocuente de subrayar esa evidencia. Aunque algo tarde, todas las Bolsas han reaccionado con desplomes en sus cotizaciones a la acumulación de evidencias que señalan ritmos de crecimiento reducidos para todas las economías. Los indicadores correspondientes al segundo trimestre de este año ya mostraron una marcada desaceleración en la totalidad de las economías avanzadas, acompañada de previsiones en la misma dirección para las más importantes economías emergentes. La confirmación de esas expectativas en los informes de algunos bancos de inversión, como el que Morgan Stanley hizo público ayer, no ha hecho sino acentuar la presunción de esa anemia en el conjunto de la economía mundial. La anticipación de menores beneficios empresariales, que se registra en las cotizaciones bursátiles, ha ido acompañada de descensos igualmente significativos en los precios de las materias primas y un ascenso en los precios de los activos considerados refugio en situaciones de riesgo, el oro y los bonos públicos. No es casual que sean los títulos de deuda soberana, en especial los de Estados Unidos, los que se hayan beneficiado de ese pánico bursátil. El temor a elevados déficits públicos ha sido relevado por otro más determinante, el de la paralización de las economías y su impacto en los sectores empresariales más expuestos. La erosión de la confianza de empresas y familias por las pérdidas bursátiles de las últimas semanas realimentará ese cuadro de estancamiento sobre el que las autoridades económicas deberán actuar de forma coordinada lo antes posible. Desde luego, en Europa. Ha sido en la eurozona donde el Banco Central Europeo y la mayoría de los Gobiernos, lejos de favorecer políticas neutralizadoras del estancamiento, han priorizado actuaciones contractivas. Hasta la directora gerente del FMI advertía hace unos días de esos peligros y sugería una estrategia distinta: comprometer el saneamiento de las finanzas públicas a medio plazo con estímulos a la demanda a corto plazo. No es un ejercicio fácil, tras la inútil retórica de la austeridad a ultranza, pero menos aconsejable es empeñarse en favorecer la entrada en una nueva recesión. EL PAÍS. 19-8-2011 Crisis. Cinco Días Soplan vientos de pánico en las bolsas europeas F. Martínez Una tormenta perfecta, de verano, se abatió ayer sobre los mercados. Para el Ibex fue la segunda peor sesión del año, pero pudo ser mucho más grave, porque el selectivo llegó a perder un 6,43% después de que Wall Street abriera con un sesgo fuertemente bajista. Al final, el índice de Madrid cerró con un ajuste del 4,7% y concluyó en 8.317,7 puntos. Todavía hay cierto margen hasta el mínimo anual de 7.966 puntos del pasado 10 de agosto. Pero al ritmo que discurren los acontecimientos, ese colchón podría quedar liquidado muy pronto. Eso sí, el descalabro de ayer se hizo con poco dinero. Apenas se movieron 2.120 millones en el mercado, prueba de la falta de liquidez del mercado, lo que provoca que los movimientos bajistas se exageren. "El mercado está muy sensible a cualquier noticia", reconoce Soledad Pellón, estratega de IG Markets. En EE UU, el índice de actividad que publica la Reserva Federal de Filadelfia se situó en un saldo negativo de 30,7 puntos, el peor nivel desde marzo de 2009. Por otra parte, los datos semanales de paro fueron peores de lo esperado y la venta de viviendas experimentó un inesperado descenso. Se confirma así el grave deterioro de la economía en EE UU, al que se suma el de Europa, como confirmó el dato del PIB intertrimestral de Alemania (0,1%) y la zona euro (0,2%), publicados el martes pasado. Para terminar de avivar el fuego, Morgan Stanley publicó un informe en el que aseguraba que EE UU y Europa se encuentran "peligrosamente cerca de la recesión". El mercado no necesitaba más para empezar a caer, pero aún así hubo más sorpresas. El pánico se dejó sentir en España. Más de 30 valores del Ibex registraron descensos superiores al 2%. La banca se llevó un buen varapalo, con un ajuste del 4,08% en Santander y del 5,76% en BBVA. Abengoa retrocedió nada menos que un 8,02%; Arcelor, un 7,62; Sacyr, un 7,46% y Gamesa, un 7,12%. Pese a todo, el descalabro del Ibex no fue de los mayores. El Dax perdió un 5,82% en su peor sesión en más de dos años y medio. El pánico cundió en Alemania cuando los futuros del Dax con vencimiento en septiembre cayeron más de 100 puntos (4,3%) en dos segundos. El derivado entró inmediatamente en subasta de volatilidad y el miedo ya permaneció hasta el final de sesión y se extendió a todas partes. La Bolsa de Varsovia, por ejemplo, sufrió su mayor descenso desde 1999 al llegar a perder un 8,5%. El supervisor financiero de Francia levantó la prohibición que pesaba sobre las posiciones cortas en derivados sobre índices franceses y aceptó que todas fueran renovadas, ya que vencían hoy. La Bolsa de Nueva York invocó la Regla 48, que permite a los creadores de mercado no divulgar precios de acciones en la subasta previa a la apertura. El objetivo es atajar la volatilidad en el arranque de negociación. Al final, el Euro Stoxx cayó un 5,34%; el Footsie de Londres, un 4,49% y el Cac, un 5,48%. En Wall Street, el Dow perdió un 3,68%; el S&P 500, un 4,46%, y el Nasdaq, un 5,22%. La tormenta golpeó de pleno al sector financiero. "Hay una reacción visceral a la propuesta de Merkel y Sarkozy de introducir una tasa a las transacciones financieras", explica el experto José Luis Cárpatos, que considera esta idea un error que puede comprometer el futuro del euro. Además de este tema, sobre el tapete también coleaba un artículo publicado por el diario The Wall Street Journal, en el que informaba de que la Fed vigilará de cerca a las entidades europeas con sucursal en EE UU, ante el temor a que se queden sin liquidez. Por si alguien aún mantenía la calma, los directivos de la Fed Richard Fisher y Charles Plasser, que votaron en contra de la decisión del banco central de mantener los tipos bajos hasta 2013, hicieron declaraciones públicas para asegurar que la última acción de la autoridad monetaria no servirá para reanimar la economía americana. El caos bursátil está servido. CINCO DÍAS. 19-8-2011

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