SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La esquizofrenia del FMI

Las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe para la economía española no dejan de ser una prueba más de dos comportamientos esquizofrénicos. Por un lado, reflejan una profunda incompetencia estructural. Son como las recetas prescritas por ese médico que aún no ha dado con el diagnóstico correcto del enfermo. Fueron incapaces de prever nada porque simplemente su visión sobre cómo funciona el sistema capitalista es falsa. El escáner con el que hacían, y continúan haciendo, el diagnóstico está claramente dañado. No se han molestado en ver el por qué, dónde falla y, de paso, repararlo.

Sin embargo, una vez que han fracasado, la insistencia, persistencia y perseverancia en las mismas políticas implica algo más. Supone que detrás de las mismas hay un instinto de supervivencia de la clase dominante, la gerencia bancaria. Esa clase dominante está representada en el FMI por su cúpula, no tanto por sus economistas o ciertos estudios externos que el propio FMI ha publicado y que en líneas generales son bastante certeros.

La esquizofrenia sobre la deuda

La esquizofrenia alcanza límites insospechados cuando en el análisis sobre la situación económica española una de sus mayores preocupaciones es totalmente acertada, la insostenibilidad de la deuda. Pero la alegría en casa del pobre no dura ni un mísero minuto. Resulta que se refieren exclusivamente a la deuda de las empresas no financieras, pero con una clarísima e insana intención, que seamos los contribuyentes quienes de nuevo paguemos sus desaguisados mediante una reestructuración de sus deudas fiscales y a la Seguridad Social. De paso, y de ahí el instinto de clase, que no sean sus acreedores, es decir, los bancos, quienes asuman las consecuencias de una mala asignación del riesgo mediante la correspondiente quita. Es una “vergüenza”.

A la vez que se engorda la deuda soberana ilegítima de nuestra querida España, financiando y avalando a terceros, se exigen ajustes salariales y fiscales -vía más impuestos y menos gasto social- a los españoles. El objetivo es muy claro, liberar cuanto más gasto público mejor, y recaudar más impuestos (subida del IVA). Todo ello con el objetivo último de financiar y sanear el balance de aquellas instituciones privadas que han montado el actual desaguisado. Es un ajuste en toda regla de las élites para con sus conciudadanos. Hace tiempo que están jugando con fuego y finalmente se chamuscarán.

La ortodoxia nos aboca a un conflicto social

Desde este blog siempre hemos hecho hincapié en que lo más urgente para una reactivación económica en el largo plazo pasaba por una reordenación y reducción del tamaño del sistema bancario mundial, que además conllevara una disminución de la deuda privada y pública existente, y donde los acreedores sufrieran la correspondiente quita. Sin embargo, y tristemente, aún no se ha hecho nada en este sentido. Y cuando se hace o propone algo es a cargo de los contribuyentes.

La misma “ortodoxia económica” dominante que fue incapaz de prever la actual crisis económica y financiera, básicamente porque invalidaría los principios esenciales bajo la cual se han educado, forzó su receta para salir de la crisis. Para ello propuso una combinación de política fiscal restrictiva, política monetaria expansiva (expansión de balances de la FED y del BCE), y deflación de salarios, altamente tóxica para el bolsillo de la mayoría de ciudadanos, no así para la élite financiera y política corrupta. Y de nuevo se han equivocado. Y eso lo sabemos muy bien los ciudadanos, porque lo estamos sufriendo en nuestras carnes.

A las puertas de un colapso económico

Llevamos mucho tiempo confundiendo causa con efecto. Como consecuencia, las autoridades económicas y los organismos multilaterales como el propio Fondo Monetario Internacional, carecen de respuestas ante todos aquellos riesgos que se van materializando.

Si nuestro escenario -el inicio de la Segunda Fase de la Gran Recesión (2014-2016)– finalmente se materializa no sabrán que hacer, echarán balones fuera. Tratarán, de nuevo, que sean los ciudadanos los paganos que paguen los platos rotos de su ineficacia. Su ideología y la defensa de los intereses de unos pocos les ciega. No solo es ignorancia, es algo más, es crueldad.

Desde estas líneas hemos explicado hasta la extenuación que en el momento actual nuestra mayor preocupación es el estallido de la actual burbuja financiera, que pondrá de nuevo encima de la mesa el origen y causa de la crisis, un brutal volumen de deuda impagable, la insolvencia del sistema bancario occidental, y la concentración de riqueza en unas pocas manos.

El detonante y acelerador de esta nueva ruptura de la tendencia de fondo será un empeoramiento significativo en los mercados financieros. La mayor parte de activos financieros están sobrevalorados, solo es cuestión de tiempo que se desate la siguiente fase de venta masiva de los mismos. Y entonces, ¿con que nuevas propuestas nos sorprenderán?

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