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La creciente influencia de la Fed

Exportar «proyecciones» a Europa es una cosa. Pero la Reserva Federal de Estados Unidos está teniendo un efecto mucho más profundo que eso sobre la política monetaria de la eurozona.

Después de la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo el jueves, se puso mucha atención en la decisión del presidente Mario Draghi de decirle a los mercados que las tasas de interés se mantendrán en los niveles actuales, o por debajo de ellos, por al menos un año.

He allí un banco central que previamente había rehuido a «comprometerse con antelación» y ahora revelaba sus planes a los inversionistas.

Draghi no fue tan lejos como su contraparte en la Fed, Ben Bernanke, quien vinculó los cambios en la política monetaria estadounidense a la tasa de desempleo.

No obstante, el giro de Draghi fue lo suficientemente significativo para elevar las expectativas del mercado de una política más expansiva y, lo que es más importante, para provocar un descenso de los rendimientos en los mercados de bonos de la eurozona.

Eran esos rendimientos los que se presentaban como un gran problema para el BCE.

Existen muchas dudas sobre la salud de la recuperación de la eurozona y Draghi lo dejó en claro en sus declaraciones al destacar los riesgos bajistas para el crecimiento. Además, el creciente costo del dinero en la eurozona, debido a los rendimientos más altos, ha creado un dolor de cabeza adicional para el BCE.

Draghi apuntó al «reciente ajuste en las condiciones mundiales de los mercados financieros y el dinero, y a las incertidumbres relacionadas», como las razones que fundamentan su nueva inclinación expansionista.

Y ellas pueden rastrearse a la Fed.

A medida que han aumentado en las últimas semanas las expectativas de una política monetaria más endurecida en Estados Unidos, los rendimientos de los títulos del Tesoro de EE.UU. han subido y también los rendimientos de los bonos de la eurozona.

Esta estrecha correlación ha llevado a que los mercados europeos comenzaran a buscar un ajuste de la política de la eurozona en momentos en que esto contradecía las intenciones del BCE.

Al introducir proyecciones, el BCE apunta a convencer a los mercados de que los próximos movimientos de las tasas de interés en la eurozona muy probablemente sean a la baja en lugar de al alza.

Draghi obtuvo el resultado que quería, al menos por ahora. Los rendimientos de los bonos de la eurozona cayeron y los costos del endeudamiento en la zona euro declinaron.

Pero, ¿qué sucede ahora?

El temor es que las expectativas de una eliminación anticipada de la liquidez en los mercados estadounidenses por parte de la Fed mantendrá en alza los rendimientos de los títulos del Tesoro de Estados Unidos, y comenzarán a presionar al alza, una vez más, a los rendimientos de la eurozona.

Esto podría forzar al BCE a volverse aún más agresivo en sus esfuerzos por estimular la economía para mantener bajos los rendimientos.

Valentin Marinov, estratega de divisas de Citigroup, lo explica de la siguiente manera: «esto podría indicar que el BCE continuará inclinándose fuertemente en contra de un futuro aumento prematuro de los rendimientos. A su vez, esto podría hacer que la política del banco siga siendo expansiva, especialmente si la Fed anuncia planes más concretos para reducir y finalmente eliminar el expansionismo cuantitativo».

En otras palabras, el BCE bien podría encontrar que tiene que relajar la política o incluso recortar las tasas de interés para contrarrestar las medidas de la Fed.

Por lo que la Fed tendrá una influencia aún mayor sobre la política de la eurozona de la que tuvo anteriormente, no solo debido a que el BCE ha adoptado su política de anunciar proyecciones, sino que también debido a que se ve forzado a reaccionar a la reducción del estímulo de la Fed al asegurar a los inversionistas que la política monetaria de la eurozona seguirá siendo expansiva.

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