investigación cientí­fica

La ciencia chantajeada

Reclamaciones Los pactos con el PNV para la aprobación del presupuesto comienzan a dar la cara, incluido alguno tan chocante en una partida de I+D como «infraestructuras de acceso» a la Universidad del Paí­s Vasco (cinco millones de euros). Sin embargo, al ministerio propiamente dicho, para programas de todo el Estado, se adjudican 50 millones. De ellos, 27 van destinados a «mantener la excelencia cientí­fica, reforzando los criterios del Plan Nacional»; otros 17 millones son para «investigación y desarrollo tecnológico industrial y orientados a las empresas». El resto está en partidas menores de cooperación internacional.Ante las protestas y reclamaciones surgidas tanto en la comunidad cientí­fica como en foros sociales, habí­a surgido una cierta esperanza de reparación en la fase de enmiendas parlamentarias a los presupuestos. Pero los 50 millones están muy los de los casi 400 perdidos en el presupuesto de 2010 respecto al actual. Además, Ciencia e Innovación recibe este año 490 millones del Plan E -partida de subvenciones que no está prevista para 2010-, de los cuales algo más de 100 van a las convocatorias de investigación del Plan Nacional, frente a los 27 millones extra para esa partida recogidos en las enmiendas para el año que viene. En 2010 habrá un fondo de economí­a sostenible, en créditos, y el Fondo de Inversión Local para proyectos energéticos, medioambientales y tecnológicos de los ayuntamientos. «Lo que es bueno para el Paí­s Vasco es bueno para España», declara Juana Serna, del Grupo Socialista. «El Paí­s Vasco ha adquirido capacidades de I+D en los últimos años que no tenemos inconveniente en apoyar». ¿Y el resto de España? Serna asegura que la inversión en I+D tiene efecto sistémico y recalca que en las enmiendas se añaden 50 millones para fondos competitivos. Se congratula de que se hayan aumentado con las enmiendas las subvenciones a Ciencia e Innovación y destaca también la importancia de los créditos para las empresas, partida que ya ha aumentado en el presupuesto elaborado por el Gobierno hasta superar el 60% del dinero que maneja el departamento de Garmendia. Además de los casi 80 millones -asignados a 28 conceptos concretos, descritos con nombre y apellido en la enmienda para fundaciones, asociaciones industriales, centros y corporaciones vascas-, de los 50 para Ciencia e Innovación y de los tres para Canarias, otra enmienda -del Grupo Socialista- propone adjudicar casi diez millones en cantidades menores a varios centros e institutos de Andalucí­a, Extremadura y Cataluña. Ciencia e Innovación afirma estar «convencido de que cualquier mejora en materia de investigación a los Presupuestos Generales del Estado actualmente planteados, durante su tramitación parlamentaria, será de una gran rentabilidad social y económica. No obstante, mientras las enmiendas de los diferentes grupos permanezcan debatiéndose en el Parlamento, no corresponde al Ejecutivo -ni por tanto al ministerio- pronunciarse sobre dichas enmiendas, sino a los grupos parlamentarios», según declara su portavoz. Un experto ofrecí­a el contrapunto: «La tendencia a convertir el Parlamento en lugar de negociación de lo que en EE UU se denomina el pesebre (pork barrel) politico de la ciencia es peligrosa, si lo que se pretende es fomentar el mérito, la calidad y la excelencia cientí­fica».A la vista de estas propuestas firmadas por el PSOE y el PNV en el Congreso, junto con otra de Coalición Canaria (que adjudica tres millones de euros extra al Instituto de Astrofí­sica de Canarias), la comunidad cientí­fica ha recibido el segundo jarro de agua frí­a con los presupuestos de 2010. Primero fue constatar que Ciencia e Innovación, dirigido por Cristina Garmendia, con un recorte del 15% en 2010 respecto a 2009, es el ministerio que mayor reducción de gastos no financieros registra.

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