SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La caí­da del régimen

Obsérvese la paradoja. Cuando en la década de los 90 arreciaban los casos de corrupción hasta hacer tambalear al gobierno socialista de la época, el Partido Popular no cesó en su ofensiva hasta hacerlo caer. José María Aznar acuñó aquella frase: «Váyase, señor González», que llegó a convertirse en un mantra repetido cada día una y mil veces. Ahora, en cambio, cuando es el Partido Popular el protagonista de los escándalos, el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba se limita a pedir explicaciones, sin atreverse, de momento, a ir más allá. La razón es que en los 90 la crisis sólo afectaba a un partido, mientras que ahora la crisis afecta al sistema político en su conjunto. Esta es una crisis de régimen, que si cae se va a llevar a todos por delante, incluido y probablemente antes que nadie al partido socialista. Un régimen entra en crisis cuando se demuestra incapaz de regenerarse a sí mismo y los síntomas de agotamiento del sistema político español son más que evidentes. Las instituciones del Estado están cuestionadas o en crisis, de la primera a la última. La corrupción afecta a todos los partidos que han gobernado en el Estado o en las comunidades autónomas. El poder judicial vive ensimismado en sus guerras particulares o gremiales. Instituciones que habían de garantizar el buen funcionamiento de las demás, como el Tribunal Constitucional, han despilfarrado su credibilidad sometiéndose a intereses espurios. Todo ello cuando el país atraviesa la peor crisis económico-financiera que se recuerda y el Ejecutivo se ve absolutamente incapaz de frenar la recesión y el aumento constante de desempleo, que entre los jóvenes supera ya el 50%. La insatisfacción es tal que hasta la soberanía nacional está cuestionada por una amplia mayoría de la sociedad catalana…Hay que remontarse a la crisis del 98 para encontrar una situación similar, pero ojo: la historia nos demuestra que en España los arranques regeneracionistas desembocan en gobiernos autoritarios o directamente en dictadura, y viendo algunos patrocinadores del cambio de régimen es como para echarse a temblar. Por eso Rubalcaba y en general todo el establishment político andan con pies de plomo. Rajoy no tiene ahora mismo alternativa y si surge será mucho peor… sobre todo para el PSOE. El peor de los temores del PSOE es que surja un líder populista con discurso regeneracionista, tipo Garzón, que probablemente arrasaría entre la izquierda y la extrema derecha y haría saltar por los aires, primero el PSOE y luego todo lo demás. La situación es tan esperpéntica que hasta Artur Mas, tan decidido a que Catalunya tome su propio camino, ha organizado una cumbre institucional para «evitar que el sistema se resquebraje», convencido como está de que si todo se hunde «lo nuevo no siempre es mejor que lo que había». Pues qué ilusión!

Deja una respuesta