Israel ataca Irán

Israel y EEUU incendian Oriente Medio

El Israel de Netanyahu, con el apoyo de los halcones norteamericanos, lanza un ataque contra Isfahán, la estratégica ciudad iraní que alberga el programa nuclear. Un gesto incendiario que acerca -aun más- a Oriente Medio al borde del abismo de una gran guerra regional que pone en peligro la Paz Mundial.

Israel y EEUU, la superpotencia y su gendarme sionista, los mismos que ejecutan un criminal genocidio en Gaza, no cejan en su empeño de provocar un gran incendio en Oriente Medio, una de las zonas más potencialmente explosivas del planeta, poniendo en grave peligro a la Paz Mundial. Israel ha vuelto a lanzar una cerilla en el barril de dinamita al atacar suelo iraní.

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Repasemos los hechos.

La hipocresía occidental, que condena el ataque de Irán contra Israel del 13 de abril, sin apenas daños, mientras se muestra displicente con el bombardeo del consulado iraní en Damasco… o un genocio en Gaza que suma más de 33.000 muertos. Viñeta de Shahid Atiqullah (Afganistán)

El pasado sábado 13 abril, Irán lanzó 350 proyectiles contra territorio israelí. Divididos en 170 drones, 120 misiles balísticos y 30 misiles de crucero. Lo hizo como represalia de un ataque previo, el 1 de abril, donde Israel bombardeó la embajada iraní en Damasco. Las embajadas se consideran territorio del país que la ostenta. Es como si Israel hubiera atacado suelo iraní. Asesinó a 15 personas, entre ellos a Reza Zahedi, destacado general de la Guardia Revolucionaria, uno de los centros del ejército y el Estado iraní.

Este primer ataque israelí contra la delegación diplomática iraní en Siria era una provocación que Teherán no podía obviar. Pero a Irán -que conoce de sobra las intenciones de Netanyahu- no le interesa una extensión de la guerra que justificaría una gran intervención norteamericana en Oriente Medio, y que amenazaría la continuidad de un régimen islámico quedesde la «revolución del velo» está herido de muerte.

Por eso, el ataque iraní contra suelo israelí -el primero que la República Islámica ha hecho en sus historia- estaba medido con tiralíneas, diseñado para producir sólo un daño limitado que no provocase una escalada bélica. El régimen de los ayatolás avisó on 72 horas de antelación a Irak, Jordania y Turquía, sabiendo que se lo comunicarían a EEUU e Israel. Facilitando incluso la localizaciñon GPS de sus drones y proyectiles, algo que sumado al sofisticadísimo sistema antiéreo israelí hizo que todos -más de 300- fueran interceptados, produciendo apenas algunos daños materiales y no provocando ni una sola víctima mortal.

Irán dijo que estaba satisfecho con la represalia, y que su intención era dejarlo ahí. Esta escalada podría haberse detenido aquí.

Pero los halcones de Washington y Tel Aviv tenían otros planes.

Un Israel incendiario… siempre gracias a EEUU

Awantha Artigala (Sri Lanka)

A primera hora del viernes 19 de abril, Netanyahu ha lanzado otra cerilla al barril de dinamita que es Oriente Medio, atacando con drones la ciudad iraní de Isfahán, la estratégica ciudad que alberga el programa nuclear. El Organismo Internacional de la Energía Atómica confirma que ninguna instalación atómica ha sufrido daños. Teherán dice haber derribado tres drones y no planea una represalia inmediata.

Las autoridades iraníes han afirmado que de momento no planean una represalia inmediata, pero puede no ser el último ataque de un Israel que sigue atacando Líbano y Siria, siempre bajo el apoyo -explícito o tácito- de una administración Biden que ha mostrado su «apoyo inquebrantable» a Tel Aviv.

Tras aprobar a finales de marzo la entrega de 2.000 nuevas bombas de una tonelada al ejército israelí, asi como de 25 nuevos cazas, armas usadas todas para seguir arrasando Gaza, la Cámara de Representantes de EEUU va a votar este sábado renovar la ayuda militar a Israel.

Además, el Departamento de Estado ha dado su plácet a Netanyahu para la temida intervención terrestre sobre Rafah, al sur de la Franja, donde se concentran más de un millón de refugiados gazatíes que están en una situación límite, soportando hambruna y sed. Un ataque que puede provocar una masacre dentro de la masacre de proporciones dantescas.

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Veto en el Consejo de Seguridad de la ONU al reconocimiento del Estado Palestino

Adivina quien veta

Viñeta de Mo Qasem, caricaturista palestino-holandés

En medio de esta escalada de tensión que pone a Oriente Medio al borde de una guerra de consecuencias imprevisibles, en medio de las incendiarias provocaciones de Washington y Tel Aviv… la causa de Palestina se abre paso.

El reconocimiento del Estado Palestino -que ya han hecho la inmensa mayoría de los países del mundo, 139 Estados de las Naciones Unidas- está avanzando notablemente en este momento tan trágico. La gira del presidente Pedro Sánchez por Europa para sumar apoyos a este reconicimiento ha concitado numerosos avanzando, y países como España, Irlanda, Noruega, Eslovenia o Malta ya han anunciado su disposición a reconocer a Palestina como miembro de pleno derecho de la comunidad internacional.

De darse este reconocimiento, Palestina gozaría del mismo estatus de Israel en el derecho internacional, lo que le otorgaría los mismos derechos y obligaciones. Asimismo, se convertiría en parte de las convenciones y tribunales internacionales. Por ejemplo, podría acudir ante la Corte Internacional de Justicia y presentar una causa contra Israel por la ocupación ilegal de sus territorios.

Robert A. Wood, ‘número dos’ de la misión de EE UU ante la ONU, veta la membresía de Palestina en el Consejo de Seguridad.

Pero hay una fuerza en el mundo que -a pesar de las palabras de Biden, que dice ser favorable a la solución de los Dos Estados- habla con sus hechos.

El veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad ha vuelto a frustrar la solicitud palestina de ser miembro de pleno derecho de Naciones Unidas.

Pese a la clara mayoría de apoyos entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad —doce votaron a favor y dos, el Reino Unido y Suiza, se abstuvieron—, el voto en contra de EE UU ha bastado para hacer descarrilar el proyecto de resolución que recogía la petición de Palestina —desde 2012 Estado observador permanente—, formulada en una carta al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el pasado 2 de abril.

Con este nuevo veto, como a todos los que ha impuesto a todas las distintas mociones de alto el fuego (menos a una) y a las condenas a Israel, la superpotencia norteamericana y la administración Biden vuelven a dejar claro no ya su complicidad con el genocidio, sino que son completamente coautores del mayor holocausto del siglo XXI.

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