Desde el 1 de julio las familias españolas sufren un nuevo ataque a su economía doméstica. La subida general de impuestos que significa el IVA (aumentada y agravada con la subida del gas y los carburantes) supone un ataque directo al bolsillo de todos los ciudadanos, pero sobre todo a la renta de las familias de las clases trabajadoras. Un auténtico «impuesto revolucionario» implantado a fuerza de «decretazos» a los trabajadores, pensionistas y familias españolas. La subida de 2 puntos del tipo general del IVA, del 16% al 18%, y de 1 punto para el reducido, del 7% al 8%, es en los hechos una rebaja real de los salarios y las pensiones por la vía de reducir su poder adquisitivo. Una contribución más del gobierno de Zapatero al objetivo impuesto por Washington y Berlín para rebajar un 25% los salarios de los trabajadores y las rentas de las familias españolas, como tributo a pagar para «salir» de la crisis.
El IVA castiga esecialmente a las clases y sectores más desfavorecidos, es conocido como el impuesto de los pobres, y supone un empobrecimiento general de la población; ya que nada escapa a la subida, desde los servicios básicos como la luz, el teléfono, el transporte o el gas, a la ropa, el calzado, el ocio o los alimentos. Según cálculos de las organizaciones de consumidores la subida del IVA va a suponer entre 290 euros anuales por familia que anuncia la OCU y los 354 euros anuales que calcula la Confederación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu). Una subida que empezará a notarse con toda su intensidad a medida que pasen estos primeros meses de rebajas y la subida del IVA acabe por trasladarse íntegramente a todos los precios. Monopolios de servicios, atracadores de Hacienda El gobierno no se ha conformado con la imposición del “impuesto revolucionario” del IVA desde el 1 de julio, sino que Hacienda lo está cobrando con efectos retroactivos a través de los monopolios de servicios sobre los consumos de mayo, junio e incluso abril.Millones de facturas de los servicios como el gas, telefonía, luz, Internet o agua consumidos en meses anteriores (cuando el IVA aún estaba al 16%) están llegando a los hogares con el IVA nuevo del 18%, al emitir estas compañías la factura con fecha de julio. Gracias a la normativa de Hacienda, que permite aplicar el IVA vigente en el momento de emitir la factura, los monopolios de servicios se han convertido en auténticos atracadores al servicio de Hacienda, para quien roban un 2% más en las facturas de los ciudadanos.Un atraco “legal” por supuesto, pero que pone de manifiesto la estrecha relación entre los monopolios y el gobierno. ¿Por qué no han emitido las facturas con fecha del 30 de junio para, al menos cobrar el IVA vigente del 16% cuando se ha hecho el consumo? ¿Y el gobierno por qué no informó a los ciudadanos y obligó a los monopolios a facturar el 30?Estamos ante una clamorosa e indignante colusión de intereses entre monopolios y gobierno. Este les favorece con su política económica (subida de tarifas, planes de rescate, abaratamiento del despido…) y ellos atracan en su nombre.No es casualidad que en julio suban también las tarifas del gas (un 8,1%), el butano (un 6,6%), el gasóleo (el 13,8%) y la gasolina (6%), tarifas a las que hay que añadir otro 2% más por la subida del IVA. El IVA aumenta la desigualdad en la distribución de la renta Pero si el IVA es un “impuesto revolucionario” a los más desfavorecidos, lo es por partida doble. No sólo rebaja el poder adquisitivo, también contribuye a un mayor aumento de la desigualdad en la distribución de la renta, abriendo aún más la brecha entre pobres y ricos. Un mileurista dedica al consumo todo su salario y no tiene capacidad de ahorro. Paga IVA por todo lo que gana. O sea pierde en impuestos de IVA el 18% de su salario o pensión. Por el contrario, quienes tienen salarios o rentas de los niveles más altos sólo pagan IVA de la parte que destinan al consumo, es decir sólo pierde el 18% del IVA por una parte de sus rentas, pero no pagan IVA por la parte de las rentas que dedican al ahorro. El resultado es evidente, la subida del IVA va a contribuir decisivamente a hacer aún más injusta la distribución de la riqueza en España.