Huelga general

«El área gubernamental es más discreta y prefiere poner por delante la imagen positiva de un Zapatero sereno en su severidad, que ni siquiera tras adoptar las impopulares medidas renuncia a sus principios. Hace suya la invitación del presidente a juzgar la nueva normativa por sus resultados en el futuro, propuesta de veras capciosa que de aplicarse con carácter general invalidarí­a la crí­tica a toda ley o medida del Gobierno. Por lo demás, sabemos ya de antemano que pase lo que pase, él habrá acertado. «Es necesario», sentenció sin más en una entrevista televisada para avalar la reforma.»

No estamos ante un escenario de recortes concertados, como fueran los Pactos de La Moncloa, sino frente a una vieja olítica orientada a apostar por el poder económico. Los sindicatos no tienen otra opción que reaccionar, so pena de quedar sumidos en una absoluta impotencia. (EL PAÍS) LA VANGUARDIA.- El cruce de la depresión económica con el ciclo electoral favorece un principio de curso algo neblinoso. Espeso. Para no perder la orientación es preciso recordar que el acontecimiento más importante del año sigue siendo la irrupción del Directorio Europeo en la historia de España. En los diez primeros días de mayo, la política económica española quedó intervenida por los intereses de la industria exportadora alemana, con el apoyo de los distritos industriales del Benelux y el norte de Italia, y con la anuencia de los gendarmes estatales de la economía francesa, hoy incapaces de trazar una línea alternativa al dictado luterano de Berlín. EXPANSIÓN.- Santander se ha erigido, de este modo, en uno de los actores protagonistas del sector financiero polaco y se afianza como una entidad clave en Europa continental. Con Zachodni, Santander viene a complementar la operación del pasado julio, cuando se hizo con el control del negocio de banca comercial que tenía el banco sueco SEB Group en Alemania, mercado en el que aspira a convertirse en uno de los líderes en banca minorista. “Esta es la pieza del rompecabezas que le faltaba a Santander”, declararon a Reuters los analistas de BPI. Opinión. El País Huelga general Antonio Elorza La convocatoria por UGT y CC OO de una huelga general ha suscitado un coro de críticas. Los medios de opinión derechistas tienden a subrayar en primer término que la reforma laboral se ha quedado corta y que los sindicatos carecen de representatividad y de conciencia de los intereses económicos del país. Se trata ante todo de desacreditar a los convocantes, hablando de "la juerga sindical de Vista Alegre", de su excesivo coste o de qué bien viven los delegados sindicales, en condiciones de venir a montar bronca y a tomarse cervezas a costa de los ciudadanos. "Puño en alto y caña en mano". Centrados en la danza india para celebrar el sacrificio de Garzón, lapidado por supuestos agentes de la justicia -"del juez pedradas", escribió Dante-, otros aluden a "los currantes de la huelga". En las formas de expresión más directas, tales como opiniones de tertulianos o SMS remitidos a los programas la condena es más violenta, llegando a acusar a los sindicalistas de mangantes, embusteros y, lo que es peor, de "socialistas". Nuestra derecha rezuma odio al sindicalismo. El área gubernamental es más discreta y prefiere poner por delante la imagen positiva de un Zapatero sereno en su severidad, que ni siquiera tras adoptar las impopulares medidas renuncia a sus principios. Hace suya la invitación del presidente a juzgar la nueva normativa por sus resultados en el futuro, propuesta de veras capciosa que de aplicarse con carácter general invalidaría la crítica a toda ley o medida del Gobierno. Por lo demás, sabemos ya de antemano que pase lo que pase, él habrá acertado. "Es necesario", sentenció sin más en una entrevista televisada para avalar la reforma. Sobre la misma, el órgano del izquierdismo gubernamental ha ofrecido una versión que la convierte en un instrumento favorable para los trabajadores para reforzar "la cohesión social". La cuestión de fondo es saber si esta reforma inequívocamente restrictiva puede ser calificada de racional, cuando se trata de una medida sustancial, pero aislada, dentro del goteo de disposiciones que el Gobierno viene adoptando después del mazazo de mayo pasado. En nuestro caso, la racionalidad de la acción gubernamental corresponde al terreno de la psicología, no de la política económica. A diferencia de otros gobernantes europeos, Zapatero decidió escapar del riesgo que hubiera supuesto diseñar un conjunto articulado de restricciones que provocase una oposición generalizada. Gota a gota, la pócima entra mejor, mientras el médico sigue anunciando al paciente su próxima mejoría. Claro que para ello hay que proceder a costa de los más débiles, como esos funcionarios sin duda pagados en exceso que deben transferir su excedente a los parados. Como los pensionistas que admitirán el recorte de hecho -perdón, "el incremento de la contributividad" (sic)- por lo que pueda venir. Y así la presión sobre unos se convierte en premisa de la presión sobre otros, mientras a nuestro socialista "de principios" ni por asomo se le ocurre actuar sobre las rentas de los poderosos, los beneficios de la Banca a costa de la crisis o la evasión fiscal. Son las ventajas de autoproclamarse único fanal de luz sobre la situación del país y, consecuentemente, proceder con una total buena conciencia a una sucesión de reformas, palabra fetiche de ZP, de las cuales emergerá España dejando atrás una crisis en cuya gestación y agravamiento no tuvo al parecer arte ni parte. Para entender otra racionalidad, la alternativa de los sindicatos abocados a la huelga general, conviene releer los párrafos alusivos al tema en el discurso de Zapatero sobre el estado de la nación, pronunciado en julio. Difícilmente cabe otorgar un nuevo cheque en blanco a quien se muestra aún hoy orgulloso de la política que determinó la subida en flecha del déficit o a quien sigue presentando la crisis "de la construcción residencial" como simple efecto de la depresión. Y que ahora habla de "empresarios", nunca de "trabajadores", para abordar unas reformas que conciernen a los "ciudadanos" (referencia al interés general) y que lo contempla todo desde el ángulo de la "viabilidad de las empresas". La cláusula que autoriza el despido cuando la empresa no se encuentra en situación de pérdidas, sino simplemente las prevé para el futuro, es representativa de la asimetría que rige la nueva política. No estamos ante un escenario de recortes concertados, como fueran los Pactos de La Moncloa, sino frente a una vieja política orientada a apostar por el poder económico. Los sindicatos no tienen otra opción que reaccionar, so pena de quedar sumidos en una absoluta impotencia. EL PAÍS. 11-9-2010 Opinión. La Vanguardia Operación Asturias Enric Juliana El cruce de la depresión económica con el ciclo electoral favorece un principio de curso algo neblinoso. Espeso. Para no perder la orientación es preciso recordar que el acontecimiento más importante del año sigue siendo la irrupción del Directorio Europeo en la historia de España. En los diez primeros días de mayo, la política económica española quedó intervenida por los intereses de la industria exportadora alemana, con el apoyo de los distritos industriales del Benelux y el norte de Italia, y con la anuencia de los gendarmes estatales de la economía francesa, hoy incapaces de trazar una línea alternativa al dictado luterano de Berlín. Nada sustantivo ha cambiado a la vuelta de las vacaciones. España sigue siendo el enfermo de Europa; un país en observación. Ese es el marco principal y lo seguirá siendo durante bastante tiempo. Sólo hay dos novedades. El presidente del Gobierno, convencido de que no tiene otra opción que hacer de la necesidad virtud, intenta reencarnarse en el refomador al que no le tiembla el pulso. Y el ciclo electoral se está acelerando. Los comicios catalanes ya han sido convocados, mientras que los dos grandes partidos se hallan totalmente inmersos en la preparación de las elecciones autonómicas y locales del mes de mayo, cita en la que el PSOE intentará resistir todo lo que pueda, y el Partido Popular hará lo imposible para que la amplitud territorial de su victoria convierta en inevitable –por asfixia del adversario– un posterior triunfo de Mariano Rajoy en las generales. Los preparativos electorales comienzan a ofrecer una narrativa muy variada: gran expectación por conocer la longitud exacta del emprenyament de Catalunya; explosivas primarias en la siempre pugnaz federación socialista madrileña; agónica resistencia de Francisco Camps en Valencia; irreparable endeblez del socialismo valenciano; aproximación del PP a los regionalistas aragoneses; y ese manto de silencio que impide al resto de España descifrar las luchas de poder en Andalucía… Serán meses entretenidos y confusos. Será fácil perder de vista el principal hilo argumental, que no es otro que el de la grave situación económica española en el marco del lento declive europeo y del gran reajuste de las relaciones de poder entre Occidente y el resto del mundo. Con sus características particulares, cada una de las piezas del complejo mosaico hispánico contiene en su interior muchos elementos de la crisis general. Veamos, por ejemplo, el caso de Asturias, del que se habla poco en la prensa. La última noticia de Asturias es el intento de Francisco Álvarez Cascos de regresar a la política para disputar la presidencia del Principado al socialista Javier Fernández, quien a su vez sustituirá como candidato al veterano presidente Vicente, Tini, Álvarez Areces. Álvarez Cascos está poniendo en un aprieto a Rajoy. En la calle Génova de Madrid no les hace mucha gracia volver a verle en primer plano y en Oviedo los actuales dirigentes del PP asturiano (funcionarios de partido, en su mayoría) están aterrorizados, ya que temen una escabechina si regresa el brioso gijonés. No es fácil, sin embargo, cerrarle la puerta. Hay un dato que conviene recordar, un dato importante y aún reciente: el ingeniero de caminos, canales y puertos Francisco Álvarez Cascos, nacido en 1947, es el hombre que disciplinó a la derecha española en los años noventa y puso a disposición de José María Aznar un partido con junturas de hierro. Aznar no habría triunfado sin Cascos. Como vicepresidente del Gobierno cuidó con esmero los acuerdos con Convergència i Unió y el Partido Nacionalista Vasco. Xabier Arzalluz y Jordi Pujol tienen un buen recuerdo de él. Se entendieron. Los asturianos, seguramente gracias a un común sustrato industrial, son los españoles que menos dificultades tienen para entenderse con vascos y catalanes (Pedro de Silva, ex presidente socialista de Asturias, sostiene que el entendimiento es más fácil con los catalanes). La segunda legislatura del PP tampoco fue buena para Cascos. Si Aznar dio rienda suelta al arrogante nacionalista que lleva dentro, el de Gijón decidió interpretar el papel de Don Pelayo, en versión ruda. Se dejó llevar por su carácter, tan fuerte como su inteligencia política. Una inteligencia de ingeniero. Cascos es respetado en Asturias. Su vehemencia polariza todas las opiniones. O se le quiere, o se le detesta. En caso de presentarse, la partida sería muy disputada, aunque el PSOE siempre contará con la ventaja de poder aliarse con Izquierda Unida. Una victoria del PP en Asturias sería una dolorosa humillación para la izquierda y un grave contratiempo para el polo financiero que el PSOE pretender pilotar desde Caja Astur (líder de la fusión bancaria con Caja Cantabria, Caja Extremadura, la desfallecida Caja Castilla-La Mancha y la alicantina CAM). Sería una inequívoca señal de cambio de ciclo. Inconvenientes de la operación Asturias para Rajoy, el prudente: el regreso de un hombre poco dado a obedecer y tener que cargar sobre las espaldas del PP el grave problema de la minería, que en los próximos tiempos puede desembocar en una protesta social dramática. Atenazada por la nueva religión ecologista y por los intereses que acuden al panal de rica miel de las subvenciones del Estado a las energías eólica y solar, la minería del carbón se muere. Bruselas exige a España que en 2014 deje de incentivar la compra de carbón nacional. El noroeste interior deviene el nuevo Sur español. Algunas empresas mineras han dejado de pagar las nóminas. Vuelven los encierros (Palencia) y la quema de neumáticos (León). Más de ocho mil familias (entre Asturias, León y Palencia) se ven abocadas a un callejón sin salida. El sufrimiento del minero es mítico y conmovedor. Su protesta puede ser la más viva estampa de la España que ya no puede más. Un consejero de Rajoy lo resume así: "En Asturias hay dinamita". LA VANGUARDIA. 11-9-2010 Banca. Expansión Una nueva pieza para el puzle estratégico de Botín A. M. Santander ha vuelto a mover ficha en el tablero financiero de adquisiciones. Con la operación anunciada ayer, el banco pone una pica en un mercado en crecimiento y refuerza su estrategia de diversificación geográfica, que le ha permitido mantenerse como el primer banco del mundo por beneficios durante la crisis. El grupo ha aprovechado la política de desinversiones emprendida por el Allied Irish Banks para situarse con fuerza en Polonia, donde hasta la fecha contaba con varios negocios de crédito al consumo, por lo que se trata de un mercado que ya conoce. La economía polaca ha sido una de las más estables durante la crisis en la Unión Europea y presenta un gran potencial de crecimiento, con expectativas de alrededor de un 4% en los próximos trimestres. Los analistas destacan que se trata de un mercado muy interesante para Santander, ya que presenta similitudes con la economía española de principios de los 90. “Polonia es uno de los países de Europa del Este con mejores perspectivas de crecimiento”, confirma Victoria Torre, responsable de análisis de Selfbank. Los expertos se muestran de acuerdo en que la adquisición de Zachodni es sólo un paso más dentro de la estrategia de diversificación emprendida por el banco que dirige Emilio Botín, aprovechando la actual coyuntura económica para obtener precios competitivos en las transacciones. “Se trata de una estrategia muy acertada”, considera Juan Carlos Castillo, analista de Capital Bolsa. En su opinión, “a diferencia de otras grandes entidades, Santander está aprovechando su consolidado balance para hacer adquisiciones para crecer en el ámbito internacional”. Santander se ha erigido, de este modo, en uno de los actores protagonistas del sector financiero polaco y se afianza como una entidad clave en Europa continental. Con Zachodni, Santander viene a complementar la operación del pasado julio, cuando se hizo con el control del negocio de banca comercial que tenía el banco sueco SEB Group en Alemania, mercado en el que aspira a convertirse en uno de los líderes en banca minorista. “Esta es la pieza del rompecabezas que le faltaba a Santander”, declararon a Reuters los analistas de BPI. Estados Unidos Tras completarse esta nueva compra, las redes de Santander podrían dirigirse hacia Estados Unidos, donde en las últimas semanas se ha especulado con la posibilidad de una oferta por el 22% del banco M&T que está bajo control del Allied Irish Banks. La intención del banco español sería fusionar su filial norteamericana, Sovereign, con el banco de Búfalo (Nueva York), pero hasta el momento se han encontrado con dificultades en torno a quién controlaría la entidad resultante, que contaría con 1.500 oficinas y 150.000 millones de dólares (algo menos de 118.000 millones de euros) en activos. Los analistas creen que esta operación podría ser interesante para que Santander pueda ganar fuerza en el escenario financiero estadounidense. El banco ha expresado su deseo de contar con una cuota de mercado significativa, por encima del 5%, en todos los mercados donde está presente, por lo que sería previsible que tratara de aprovechar las oportunidades que surjan. No obstante, creen que las dificultades que se encontró la entidad española tras la adquisición del 100% de Sovereign supondrán un freno a la hora de abordar una nueva operación en Estados Unidos. Santander obtiene actualmente el 80% de sus beneficios en el exterior. De éstos, un 48% tiene su origen en Europa continental, según datos a cierre de 2009. De esta forma, Santander compensa con creces el parón que vive la economía española. Desde finales del año pasado, su red en España ha dejado de ser la primera unidad por beneficios, un liderazgo que ha cedido a Brasil. La confirmación del acuerdo para hacerse con el control del banco polaco tuvo lugar al cierre de los mercados europeos, por lo que no tuvo impacto alguno en la cotización de Santander, que ayer retrocedió un 0,06%, hasta los 9,91 euros. EXPANSIÓN. 11-9-2010

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