La banca alemana, nuevamente en apuros

«La declaración del fondo de rescate suena escueta: el marco de garantí­as del HRE se ampliará temporalmente en cerca de 40. 000 millones de euros. De este modo se pretende respaldar la proyectada escisión del banco en un instituto que llevará el nombre de Deutsche Pfandbriefbank -que se espera resulte rentable- y un «bad bank». Según se dice, esta división ha de concretarse hasta fines de año, de modo que todos los documentos de alto riesgo que el Hypo Real Estate ha acumulado en su cartera no sean un lastre para los negocios del nuevo «good bank». Mal que mal, se trata de documentos por un valor que podrí­a alcanzar un máximo de 185 mil millones de euros.»

Entretanto, el Estado ha inyectado al banco casi 8.000 millones de euros de caital, a través del SoFFin. Además, el HRE cuenta con garantías estatales por un monto de 102.000 millones de euros como base para conseguir dinero en el mercado. A lo anterior se sumarán ahora otros 40.000 millones de euros que el Estado, en su calidad de propietario, se ha “auto-concedido”, por decirlo así. (DEUTSCHE WELLE) BREAKING VIEWS.- La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, considera y con razón que el aumento de la deuda tendrá consecuencias para la seguridad nacional. Al margen de los nervios que ocasiona la idea de tener China como acreedor, el armamento de gran potencia sale caro. Clinton tiene a la historia de su parte. Una economía en declive no puede respaldar durante mucho tiempo las ambiciones militares de una superpotencia. Cuando terminó el auge del petróleo en los setenta, también acabaron desmoronándose el imperio soviético y la amenaza de guerra fría. Y aunque la economía estadounidense no se enfrenta ni mucho menos a un derrumbe inminente, los grandes déficits presupuestarios han llevado a los políticos a replantearse los compromisos en Afganistán y los nuevos sistemas armamentísticos que cuestan mucho dinero. Alemania. Deutsche Welle El Hypo Real State nuevamente en apuros Hans Joachim Vieweger Malas noticias del sector bancario: el magullado banco hipotecario Hypo Real Estate (HRE) necesitará más respaldo del Estado y las garantías se incrementarán en otros 40. 000 millones de euros. La declaración de prensa del fondo de rescate de institutos financieros SoFFin suena escueta: el marco de garantías del HRE se ampliará temporalmente en cerca de 40. 000 millones de euros. De este modo se pretende respaldar la proyectada escisión del banco en un instituto que llevará el nombre de Deutsche Pfandbriefbank –que se espera resulte rentable- y un “bad bank”. Según se dice, esta división ha de concretarse hasta fines de año, de modo que todos los documentos de alto riesgo que el Hypo Real Estate ha acumulado en su cartera no sean un lastre para los negocios del nuevo “good bank”. Mal que mal, se trata de documentos por un valor que podría alcanzar un máximo de 185 mil millones de euros. Dado que una operación de esta envergadura no es cosa de todos los días, el HRE necesita apoyo, según el SoFFin, que subraya el carácter transitorio de la medida. No obstante, el asunto recuerda fatalmente aquella dramática noche del 28 al 29 de septiembre de 2008, en la que el banco hipotecario en cuestión se vio al borde de la insolvencia. Estructura financiera de alto riesgo Una mirada atrás: cuando la antigua filial del Hypo-Vereinsbank asumió en 2007 el control del banco Depfa, prácticamente nadie intuyó cuán grande era el lastre que se echaba a la espalda. El Depfa no sólo poseía numerosos documentos riesgosos al margen de su balance, sino que también tenía una estructura financiera de alto riesgo: había otorgado créditos de largo plazo, pero a cambio siempre se financiaba con préstamos a corto plazo. Ello reportaba un beneficio en cuanto a los intereses, pero después de la quiebra de Lehman Brothers ya no había quien quisiera prestarle dinero al banco. De ahí que en aquella noche del 28 de septiembre de 2008 se produjera la dramática operación de salvataje del Hypo Real Estate, en la que no sólo participó el Estado alemán, sino también numerosos bancos comerciales, por miedo a que una quiebra tuviera consecuencias incontrolables. En 2009 se produjo la estatización del HRE. Capital fresco y garantías estatales Entretanto, el Estado ha inyectado al banco casi 8.000 millones de euros de capital, a través del SoFFin. Además, el HRE cuenta con garantías estatales por un monto de 102.000 millones de euros como base para conseguir dinero en el mercado. A lo anterior se sumarán ahora otros 40.000 millones de euros que el Estado, en su calidad de propietario, se ha “auto-concedido”, por decirlo así. El motivo radica en que, en el marco de la división del banco, podrían producirse dificultades, ya que se trata de complejas operaciones técnico-contables con socios comerciales de 60 países. El SoFFin también alerta sobre “evoluciones inconvenientes para el HRE en el mercado de intereses y capitales”, que podrían provocar problemas transitorios de liquidez. El problema obedece al modelo de negocios de este banco, muy orientado a los bonos estatales, entre los que se cuentan también los de países europeos en crisis, como Grecia. Sus beneficios han aumentado de nuevo últimamente, lo que implica que la cotización de los bonos en poder de HRE ha bajado. De acuerdo con un informe online de la revista Stern, esto ha agudizado tanto los problemas que, sin una nueva intervención del Estado, el banco habría tenido que contar hasta fines de mes otra vez con una quiebra. Sobre tales rumores no se pronunció sin embargo el SoFFin. DEUTSCHE WELLE. 12-9-2010 R. Unido. Breaking Views Los números son rojos James Pethokoukis La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, considera y con razón que el aumento de la deuda tendrá consecuencias para la seguridad nacional. Al margen de los nervios que ocasiona la idea de tener China como acreedor, el armamento de gran potencia sale caro. Asimismo, el despilfarro debilita los mecanismos más suaves de persuasión del país. Es una conexión que está ganando respaldo político. Posibles candidatos republicanos a la presidencia en 2012, como el senador John Thune, de Dakota del Sur, han lanzado esos mensajes. Y el secretario de Defensa, Robert Gates, ha prometido que el Pentágono ahorrará 100.000 millones del presupuesto en los próximos cinco años. Pero la idea cobra especial fuerza al venir de Clinton. No es solo que su marido, con un Congreso republicano, lograra equilibrar las cuentas, sino que además ella podría ser la posible sustituta de Gates en 2011. Clinton tiene a la historia de su parte. Una economía en declive no puede respaldar durante mucho tiempo las ambiciones militares de una superpotencia. Cuando terminó el auge del petróleo en los setenta, también acabaron desmoronándose el imperio soviético y la amenaza de guerra fría. Y aunque la economía estadounidense no se enfrenta ni mucho menos a un derrumbe inminente, los grandes déficits presupuestarios han llevado a los políticos a replantearse los compromisos en Afganistán y los nuevos sistemas armamentísticos que cuestan mucho dinero. Una elevada deuda también conlleva tener acreedores. En la actualidad, China posee casi un billón de dólares en bonos del Tesoro de EE UU. Esa interdependencia económica podría disminuir la probabilidad de que estalle un conflicto. Pero también otorga a una potencia en auge y no del todo amistosa una importante influencia geopolítica. Esta semana, la compra de bonos japoneses por China a una escala mucho menor ha suscitado comentarios por parte de las autoridades niponas que evidencian su nerviosismo. Por supuesto, un EE UU menos endeudado podría hacer menos necesaria la enorme maquinaria de guerra del país. Una economía más vibrante podría añadir mucho atractivo al estilo americano de mercados libres y Estado de derecho en países en desarrollo, lo que debilitaría los argumentos para una intervención estadounidense en esos Estados. Parte de la solución de la deuda podría consistir en recortar el presupuesto anual de defensa, cifrado en 700.000 millones, como ocurrió en los noventa, cuando el gasto en defensa ajustado a la inflación se redujo a la mitad como porcentaje del PIB. Puede que este sea el siglo de China, pero por ahora EE UU continúa siendo una superpotencia indispensable, aunque en relativo declive. Equilibrar sus cuentas es una manera de estar más tiempo en esa posición. BREAKING VIEWS. 12-9-2010

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