La presidenta hondureña, la izquierdista Xiomara Castro, responde a las feroces políticas migratorias de la nueva administración norteamericana. Si Trump lleva a cabo deportaciones masivas de migrantes hondureños, el gobierno de Castro clausuraría la importante base militar José Enrique Soto Cano, un enclave norteamericano que ha sido un centro estratégico de intervención militar de EEUU en toda Centroamérica.
La amenaza de Trump de realizar deportaciones masivas de migrantes indocumentados en EEUU ha despertado la reacción de países como Honduras, con una fuerte presencia migratoria en Norteamérica. De los cerca de los 2 millones de hondureños que viven en EEUU, una gran parte están en situación irregular, trabajando duramente y en condiciones de superexplotación en el campo, la industria auxiliar, la construcción o los servicios. Hasta 250.000 podrían ser deportados. Las remesas de los migrantes hondureños en EEUU son una importante fuente de ingresos para el país centroamericano, representando más del 25% de su PIB.
Sin embargo, la presidenta hondureña ha decidido responder con un tema aún más sensible para Washington: las bases militares. En el centro de Honduras, al lado de la antigua capital de Comayagua, está la base aérea militar José Enrique Soto Cano, también conocida como La Palmerola, instalada en los años 80 por la administración Reagan en su cruzada para combatir a las guerrillas izquierdistas en Centroamérica. Actualmente en ella hay más de 500 militares estadounidenses, y sigue siendo un punto estratégico de EEUU en la región.
«Frente a una actitud hostil de expulsión masiva de nuestros hermanos, tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con EEUU», ha dicho Xiomara Castro. «Sin pagar un centavo por décadas, [los EEUU] mantienen bases militares en nuestro territorio, que en este caso perderían toda la razón de existir en Honduras».
Este no es el primer conflicto de la mandataria hondureña con Washington. Xiomara Castro es la esposa del expresidente hondureño Manuel Zelaya, depuesto en 2009 por un Golpe de Estado auspiciado desde los EEUU de Obama. Y el pasado mes de agosto, Castro decidió cancelar el tratado de extradición con EEUU, alegando que se estaba urdiendo un nuevo plan de Golpe de Estado contra su gobierno.
Xiomara Castro ha anunciado que convocará una reunión de presidentes de países que estén en similares condiciones que Honduras, para abordar el tema de la migración y de las deportaciones con las que amenaza Trump.