Ante la llegada a la presidencia de EEUU de un Donald Trump que ha anunciado que podría imponer aranceles de hasta el 25% (o más) a países como México, así como del 100% a los integrantes de los BRICS, importantes países como Brasil y México -las dos economías más fuertes de Iberoamérica- estrechan relaciones políticas.
En una confererencia telefónica, el presidente de Brasil, Lula Da Silva y su homóloga mexicana Claudia Sheinbaum abordaron la creación de una agenda bilateral entre ambos países para mantener la paz a nivel continental tras el agresivo posicionamiento de la nueva administración norteamericana ante sus respectivos países. Unas amenazas arancelarias que se ven reforzadas con la presencia de Marco Rubio como Secretario de Estado, uno de los halcones republicanos más intervencionistas, especialmente hostil a todos los gobiernos progresistas y antihegemonistas de América Latina.
Ambos mandatarios reafirmaron su propósito de cultivar relaciones productivas con todos los países de las Américas -incluyendo la nueva administración de EEUU- con la finalidad de mantener la paz, fortalecer la democracia y promover el desarrollo de la región. Los dos remarcaron la necesidad de fortalecer los foros de unidad regionales, como la CELAC. Lula además invitó a la presidenta mexicana a una visita al Estado de Brasil, «para darle un impulso extra al excelente momento bilateral entre nuestros países”. Invitación que agradeció Sheinbaum, devolviendo su interés en fortalecer las “relaciones culturales y educativas con la república hermana de Brasil”.