Francia y Alemania se pelean

«Puede que Alemania haya perdido su posición como principal exportador del mundo ante China, pero su dominio en el mercado de exportación todaví­a tiene a sus compañeros miembros de la zona euro subiéndose por las paredes. La ministra francesa de Economí­a, Christine Lagarde desató una amarga disputa con una entrevista publicada en el Financial Times el lunes en la que instó a Alemania a reducir sus excedentes de exportación»

La canciller alemana, Angela Merkel, sin embargo, rechazó las eticiones a Alemania para reducir su dependencia de las exportaciones. "No vamos a renunciar a nuestros puntos fuertes en las zonas donde somos fuertes", dijo en el parlamento de su país el miércoles. Su Gobierno persigue políticas encaminadas a impulsar la competitividad de Alemania, dijo, añadiendo que no era correcto que un país tenga que adaptarse a “los más lentos”, en referencia a los miembros menos competitivos de la zona euro. (DER SPIEGEL) FINANCIAL TIMES.- Hay otros miembros del euro con problemas propios tan graves, si no peores, que los de Grecia. Los datos de la OCDE sugieren que tanto Italia como España sufren problemas de competitividad mucho mayores. Desde 1995, el Coste Laboral Relativo por Trabajador en España ha aumentado casi un 30%. Y en el caso de Italia, la cifra asciende al 75%. En 1995, los fabricantes italianos se beneficiaban de unos costes laborales por unidad de producción que eran sólo el 60% de los alemanes. Ahora, los CLRT en Italia son un 30% más altos que en Alemania. Alemania. Der Spiegel Francia y Alemania se pelean por los excedentes de exportación La ministra de Economía de Francia ha lanzado una ofensiva contra la potencia exportadora de Alemania. Se ha sugerido que Berlín reduzca los impuestos para estimular la demanda interna, de modo que los alemanes pueden comprar más bienes franceses. La canciller alemana, Angela Merkel, ha respondido diciendo que Alemania no renunciará a sus puntos fuertes. Puede que Alemania haya perdido su posición como principal exportador del mundo ante China, pero su dominio en el mercado de exportación todavía tiene a sus compañeros miembros de la zona euro subiéndose por las paredes. La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde desató una amarga disputa con una entrevista publicada en el Financial Times el lunes en la que instó a Alemania a reducir sus excedentes de exportación. Reiteró su posición el miércoles en declaraciones a la emisora de radio francesa RTL, cuando dijo que Alemania podría reducir los impuestos para estimular la demanda interna, lo que liberaría más dinero para comprar los productos franceses. "Una mejora en el consumo interno podría ayudar a nuestras exportaciones a Alemania, nuestro socio comercial más importante", dijo Lagarde. En una entrevista en el Financial Times, Lagarde dijo que el superávit comercial de Alemania pone en peligro la competitividad de otros países de la zona euro. "¿(Podrían) los que tienen excedentes hacer un poco más?", se preguntó. Fomento de la demanda Lagarde recibió un apoyo destacado el miércoles de parte de su compatriota Dominique Strauss-Kahn, jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI). En un evento celebrado en el Parlamento Europeo, Strauss-Kahn dijo que países como China y Alemania deberían corregir sus excedentes comerciales, como parte de los esfuerzos para corregir los desequilibrios económicos mundiales. "Tenemos países con un déficit enorme, los EEUU por ejemplo, pero también varios países europeos. Ellos necesitan ahorrar más, reducir el consumo interno y aumentar las exportaciones", dijo Strauss-Kahn. Los países con grandes superávit en cuenta corriente, como China y Alemania, añadió, "tienen que actuar al revés: la demanda interna tiene que aumentarse con más consumo e inversión". La canciller alemana, Angela Merkel, sin embargo, rechazó las peticiones a Alemania para reducir su dependencia de las exportaciones. "No vamos a renunciar a nuestros puntos fuertes en las zonas donde somos fuertes", dijo en el parlamento de su país el miércoles. Su Gobierno persigue políticas encaminadas a impulsar la competitividad de Alemania, dijo, añadiendo que no era correcto que un país tenga que adaptarse a “los más lentos”, en referencia a los miembros menos competitivos de la zona euro. Necesidad de reformas Previamente el miércoles, el vocero adjunto del gobierno Christoph Steegmans había dicho que no era posible decirle a las empresas orientadas a la exportación que produzcan bienes menos atractivos. Hizo hincapié en que Alemania tiene actualmente pequeñas y medianas empresas fuertes e innovadoras, las famosas Mittelstand que está detrás de gran parte del éxito exportador del país. La Federación Alemana de Mayoristas y Comercio Exterior (BGA) se indignó por las críticas de Francia, diciendo en un comunicado que Alemania no puede deliberadamente contener sus exportaciones para dar a los países menos competitivos una oportunidad. En cambio, sostiene la asociación, los países con bajos niveles de exportaciones deberían examinar la necesidad de mejorar su propia competitividad. El nuevo Comisario Europeo alemán, Guenther Oettinger, llegó al extremo de recomendar que otros países sigan el modelo alemán. "En Europa, necesitamos más reformas como las que se han llevado a cabo en Alemania", dijo Oettinger. Irritación creciente La crisis de la deuda griega ha puesto de manifiesto importantes diferencias económicas dentro de los 16 países de la eurozona que han debilitado la confianza internacional en la moneda única. Países como Grecia están muy por detrás en términos de competitividad económica y ahora están bajo intensa presión para reformar su mercado laboral y los sistemas de bienestar. Desde el comienzo de la crisis económica mundial, ha aumentado el malestar con los países que disponen de grandes superávit comerciales, como Alemania. Existe la percepción de que Alemania ha ido ganando ventajas a expensas de sus vecinos a través de una política de mantener bajos los salarios, lo que hace a los productos alemanes cada vez más atractivos en comparación con la competencia extranjera. La competitividad de Alemania ha aumentado desde la introducción de la moneda común europea, el euro, en 1999. En el pasado, los países europeos que querían hacer más competitivas sus exportaciones sólo necesitaban devaluar su moneda para que sus productos fueran artificialmente más baratos, pero esto ya no es posible en virtud de la moneda común. Sobrevaluada Francia, cuyo francos tendían a estar infravalorados, ha visto como sus productos se vuelven más caros. Por contra, el euro ha significado que los productos fabricados en Alemania –cuya marco estuvo tradicionalmente sobrevaluado– se hayan vuelto más baratos. Las estadísticas muestran que desde 1966 Francia ha importado mucho más bienes de Alemania de los que exporta a su vecino. Su déficit comercial con Alemania alcanzó un máximo de 30.300 millones de euros en 2008. Alemania también ha emprendido las reformas estructurales que han hecho que sea más competitiva a nivel internacional, tales como la reforma del mercado laboral que el ministro Hartz hizo bajo el gobierno del ex canciller Gerhard Schröder. Los economistas sostienen que países como Francia y Grecia están ahora peor posicionados en el mercado internacional debido a su incapacidad para hacer reformas similares. Funcionarios alemanes dijeron que los países de la zona euro, ahora en serios problemas económicos –los llamados PIIGS, que incluyen Portugal, Irlanda, Italia y España, así como a Grecia– son los únicos culpables de ello, porque pasaron años viviendo por encima de sus posibilidades y la crisis económica y financiera ha expuesto sus puntos débiles. DER SPIEGEL. 17-3-2010 Reino Unido. Financial Times ¿Es Italia mayor motivo de preocupación que Grecia? Michael Dicks Las noticias a principios de este mes sobre el sustancial esfuerzo fiscal (de cerca del 2% del producto interior bruto) que Grecia sumará al ajuste próximo al 4% anunciado en diciembre aumentan significativamente las probabilidades de que los mercados concedan ahora a Grecia el beneficio de la duda, y asuman que evitará un impago sobre su deuda. Existe la idea generalizada de que los temores derivados de la deuda pública están muy presentes, y de que, si la situación se deteriora aún más, no se dejará a Atenas en la estocada. Sospechamos que es una opinión demasiado optimista: los ajustes de esta escala por lo general reducen la actividad económica lo suficiente como para garantizar que la ratio deuda/PIB sigue aumentando –gracias a una caída del denominador más que a una subida del numerador–. Y lo que es más importante, con indiferencia de si fracasa o no el “programa financiero” de Grecia, es probable que sus convulsiones no sean más que el prólogo del drama principal. Hay otros miembros del euro con problemas propios tan graves, si no peores, que los de Grecia. Antes de analizar quiénes podrían ser los nuevos actores, consideremos dos aspectos fundamentales, sobre los que la mayoría de los analistas no han hecho suficiente énfasis. Primero, la alta ratio deuda/PIB de Grecia no es, en realidad, el verdadero problema. Cuando existe una situación potencial de impago, lo que realmente importa es si las autoridades pueden o no imprimir dinero –generando inflación y erosionando el valor de la deuda pública, frente a la renegociación o el incumplimiento de las deudas–. En el caso de una unión monetaria, esa posibilidad queda descartada para sus miembros. Así que la deuda pública, tal vez, no debería medirse en relación al PIB, sino con respecto a las exportaciones. Recordemos, si Grecia abandonase la unión monetaria e introdujese un “nuevo dracma”, su actual deuda en euros contaría como pasivo en divisas extranjeras. Segundo, la competitividad es el aspecto verdaderamente clave. Pese a que todos se centren en las subidas de impuestos y en el recorte del gasto para detener la hemorragia de las finanzas públicas, lo que realmente importa es la competitividad. Después de todo, si la pierdes –por ejemplo, porque caiga tu productividad o los salarios suban– reducirás tu fuente de ingresos externos. Si nos fijamos en las cifras, resulta evidente que los problemas de Grecia no son exclusivos, ni tan malos como los de algunos países de la eurozona. Según los cálculos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en 1995, año en el que el coste laboral relativo por trabajador (CLRT) en Alemania registró su máximo, el de Grecia era prácticamente similar. Sin embargo, en 2009, ese coste en Grecia era un 17% más alto. No sorprende, así, que Atenas también haya perdido cuota en el mercado de las exportaciones en nueve de los diez últimos años. Los datos de la OCDE sugieren que tanto Italia como España sufren problemas de competitividad mucho mayores. Desde 1995, el CLRT en España ha aumentado casi un 30%. Y en el caso de Italia, la cifra asciende al 75%. En 1995, los fabricantes italianos se beneficiaban de unos costes laborales por unidad de producción que eran sólo el 60% de los alemanes. Ahora, los CLRT en Italia son un 30% más altos que en Alemania. Para comprobar la relevancia de este dato, comparemos el volumen de las exportaciones de Alemania e Italia. Tras el cambio de milenio, el del primero creció cerca de un 70% antes de la crisis, y se espera que recupere ese nivel el próximo año. En el caso de Italia, el aumento fue de sólo el 20% antes de la crisis, y no parece que vaya a alcanzar de nuevo ese nivel antes de 2013, si es que llega a hacerlo para entonces. De hecho, si se compara la deuda pública de Italia con sus exportaciones en lugar de con su PIB, la ratio deuda/“ingresos” es de apenas el 4%. No sólo es una cifra importante, sino que más o menos se mueve en torno a lo que Ken Rogoff y Carmen Reinhart han identificado como un “punto de inflexión” clave para identificar cuándo se produce una crisis (“This Time is Different”, Princeton University Press, 2009). Los optimistas señalan que el resto de componentes (aparte de las exportaciones) del PIB también representan flujos de ingresos que las autoridades pueden expropiar si lo creen necesario. Incluso si se acepta este argumento, tomando la tradicional ratio deuda pública/PIB como indicador de la sostenibilidad de las finanzas públicas, la de Italia, que alcanzaba el 115% del PIB a finales del año pasado, seguía siendo ligeramente superior a la de Grecia. La conclusión que puede extraerse de todo ello es que, probablemente, los problemas de Europa no desaparecerán. Si, por ejemplo, resurge la crisis en el continente –una posibilidad real en 2011– es probable que aumenten las presiones sobre los miembros más débiles de la unión monetaria, y la actual estrategia para cercar a los griegos demostrará ser infructuosa. Con respecto al apoyo político al rescate de países como Italia, se trata de un asunto espinoso. Hace poco, la canciller alemana, Angela Merkel, preguntó por qué debería esperarse que Alemania ayude a Grecia, cuando los griegos pueden –y de hecho lo hacen– jubilarse antes que los alemanes. Me pregunto qué diría si los problemas los sufriera Italia. Después de todo, los datos de la OCDE muestran que los italianos se jubilan como media a los 60,8 años –¡casi un año antes, como promedio, que los griegos!–. FINANCIAL TIMES. 17-3-2010

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