Ofensiva militar contra Ramallah y otras ciudades cisjordanas

En Cisjordania no gobierna Hamás… pero eso a Israel le da igual

Mientras las miradas están fijas en la masacre de Gaza, en los territorios ocupados de Cisjordania el Estado de Israel también recrudece la violencia contra los palestinos

Mientras el horror en Gaza atrae las miradas del mundo, en la otra parte de Palestina el Estado de Israel aprovecha para redoblar sus agresiones.

El 28 de diciembre, las fuerzas isralíes ha lanzado los ataques más intensos de los últimos años contra 10 ciudades cisjordanas: Hebrón, Halhul, Nablus, Jenin, Tulkarem, el-Bireh, Jericó y, en particular, el centro de Ramallah, la sede administrativa de la Autoridad Palestina.

Las fuerzas israelíes atacaron con drones el campo de refugiados de Nur Shams, en el norte de Cisjordania, matando a seis personas. Otra incursión en Ramallah tuvo como objetivo las casas de cambio palestinas, donde las IDF volaron las cajas fuertes e incautaron 2,5 millones de dólares. Una persona murió a tiros y al menos otras 15 resultaron heridas durante enfrentamientos entre soldados y palestinos.

Desde los ataques de Hamás el 7 de octubre, Israel ha asesinado a más de 300 civiles en Cisjordania, y ha arrestado a casi 4.800 palestinos, el doble que en todo 2022, uno de los años más violentos en los territorios ocupados, con 151 palestinos muertos y más de 9.800 heridos.

La espiral de violencia contra los palestinos de Cisjordania no sólo viene de las Fuerzas Armadas israelíes, sino de unos colonos ultrasionistas borrachos de impunidad, que se han lanzado a una orgía de ataques, expropiaciones y ocupaciones ilegales de hogares y campos de cultivo de los pobladores árabes. Los colonos disparan y asesinan a los cisjordanos, invaden sus olivares para arrebatarles sus cosechas o envenenan sus pozos. Todo ello ante protección y la mirada cómplice de los soldados, que intervienen brutalmente contra cualquier palestino que intente impedirlo.

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