Ciencia

El sincrotrón alba. Luces y sombras de la biotecnologí­a española

En plena crisis y recorte de presupuestos en ciencia, España se encuentra con la capacidad de hacer investigación de vanguardia. En Cerdanyola del Vallés, Barcelona, se inauguró el pasado 30 de marzo el Sincrotrón Alba, un supermicroscropio basado en la luz que generan los electrones altamente cargados cuando su velocidad se acerca a la de la luz. Considerada la mayor infraestructura cientí­fica jamás construida en España, abre las puertas a que trabajen en campo propio los equipos que ahora se ven obligados a desplazarse a instalaciones francesas.

El royecto Alba no es sólo un proyecto científico. Entorno al “caracol gigante” (forma que tiene la instalación) está previsto un parque empresarial y residencial (340km2) equivalente a la mitad de la superficie del distrito del Eixample barcelonés. De hecho, no se espera que el coste anual de su funcionamiento, estimado en más de 15 millones de euros, se autofinancie. El estado es quien se va a hacer cargo (a partes iguales el gobierno español y el catalán) de sufragarlo con fines de investigación básica… para que otros produzcan riqueza con ella. El enorme parque empresarial y residencial no se prevé que rinda todo su potencial, dada la crisis actual, hasta dentro de 15 o 20 años. Únicamente un 5 o un 10% de la actividad del nuevo Sincrotrón, que se pondrá en marcha de forma ordinaria a lo largo del 2011, irá destinada a empresas. Empresas no españolas, claro está, grandes monopolios químicos, farmacéuticos o textiles que son los que tienen presupuesto para un tipo de investigación muy costosa. La marca de cosméticos francesa L’Oreal, por ejemplo, tiene un convenio para el uso de las instalaciones del Sincrotón de Grenoble.. ¿Cómo funciona el sincrotrón? El sincrotrón acelera partículas cargadas eléctricamente, en este caso electrones, a través de campos magnéticos. Al acercarse a la velocidad de la luz, estos electrones emiten una radiación (luz de sincrotrón) que se puede utilizar como se utilizan los rayos de luz natural en un microscopio y que, debido a sus características, son mucho más penetrantes y permiten ver y analizar estructuras enormemente más pequeñas que las que puede revelar el más potente microscopio convencional. El sincrotrón por tanto es una herramienta para que equipos científicos de universidades y empresas catalanas, españolas o europeas desarrollen su trabajo en física, química o biología y sus múltiples aplicaciones industriales o médicas. La profesionalidad de los equipos de ingenieros y físicos que gestionan el sincrotrón es fundamental a la hora de guiar a los científicos que visitan las instalaciones para sacarle el máximo de partido. La competencia por acceder a una línea de luz es cuanto menos aguda. La situación a principios de década es que había una demanda del 200 y 300% sobre oferta, y en el terreno de la cristalografía de proteinas la situación era peor. Simbiosis biología-física EL proyecto genoma humano ha abierto la espita para los biólogos. Una auténtica carrera para conocer al detalle las proteínas que la secuencia genética codifica. Y aquí es donde la radiación de sincrotrón ha permitido la resolución de estructuras atómicas tridimensionales de proteínas, a partir de sus cristales. Miles de ellas han sido resueltas empleando los rayos X producidos en algún sincrotrón. Complicadas máquinas moleculares formadas por proteínas, como la RNA polimerasa, que transcribe la información genética del ADN en ARN, o el ribosoma, que traduce, a su vez, el ARN en proteínas, han sido descifradas gracias a la radiación de sincrotrón. Ambos descubrimientos han sido objeto de recientes premios Nobel. España, “área de servicio” Junto a biólogos, químicos y físicos se disputan las líneas de luz. Pero el impacto del proyecto genoma humano es el motor principal. La posibilidad de abrir nuevos campos descriptivos y de desarrollar fármacos que golpeen dianas precisas en las estructuras tridimensionales de las proteínas, es el fuel que mantiene el motor en marcha. Si bien, exige un gran monto de ciencia básica que realizar todavía. Y esa ciencia básica, que culminará en patentes para las farmacéuticas, se hace a cargo de los presupuestos públicos de los países anfitriones. En el caso de países como Brasil, India o China nadie duda que compiten en pos de su propia industria, dado el grado de crecimiento y capacidad de gestión autónoma sobre sus recursos que han logrado. En países dependientes como España, el “que investiguen otros” de Unamuno que Zapatero proclama se ha roto con la puesta en marcha del Sincrotrón Alba de Cerdanyola tiene todas las papeletas para ser el “area de servicio” de las multinacionales europeas en la competición biotecnológica. Las proclamas a la atracción de capitales (extranjeros) son constantes. Al tiempo que la industria farmacéutica, química y de nuevos materiales contará con una herramienta que le permitirá dar un salto cualitativo, se trata de un incentivo sensacional para el llamado "turismo de gran calidad" y, sobre todo, "inmigración de cerebros". ¿El nuevo modelo? ALBA, dicen, permitirá incorporar a España entre el selecto grupo de países que producen los mayores descubrimientos científicos y las mayores innovaciones, en ámbitos, por ejemplo, como la ciencia de materiales y la biología estructural. Su construcción y equipamiento, añaden, muestran además el enorme potencial de la denominada “industria de la ciencia”: un conjunto de sectores innovadores, generadores de empleo y riqueza que están emergiendo con un importante papel en la recuperación y crecimiento económico. Aunque la realidad parece bien distinta. El president de la Generalitat Josep Montilla afirmó que con el sincrotrón "se avanza en la dirección correcta para la construcción" de acuerdo a un cambio de modelo económico. Este consiste en potenciar la innovación, las nuevas tecnologías, la formación y el medio ambiente. Pero, ¿y la producción? El papel que ha tenido el sincrotrón en potencias emergentes como Brasil ha sido muy diferente. Para empezar, a pesar de que en su construcción han participado empresas nacionales (Elecnor, Ambar), la parte principal del león tecnológico se lo llevan Francia y Alemania. Por mencionar tres de los apartados de las 250 licitaciones a empresas nacionales y extranjeras, el propio inyector del acelerador lineal es de Thales, una de las mayores multinacionales francesas proveedora de tecnología y comunicaciones civil y militar en Europa y EEUU. Cableado y aislamiento del edificio corren a cargo de empresas alemanas (R&M, Kauf). Por el contrario, en un país como Brasil (con una tasa de crecimiento cuatro veces la de España en la actualidad), la puesta en marcha del Sincrotón en Campinas en 1997 fue un auténtico motor para el desarrollo de empresas nacionales. Estas se hicieron cargo de la mayor parte de los componentes tecnológicos, se crearon nuevas, se formaron científicos para la industria nacional y el propio Laboratorio de Luz creó una línea de equipamiento tecnológico que suministraban a bajo precio a las universidades públicas. De los 40.000 puestos de trabajo diseñados para el proyecto Alba, la mayor parte están ligados a la construcción y los servicios, en la puesta en marcha de un parque empresarial y residencial junto al sincrotrón. Si el presupuesto del sincrotrón Alba es de 201 millones (hasta 400 hasta el 2020), el presupuesto entorno al parque adyacente supera los 2000 millones, 1500 de los cuales es dinero que las empresas que se instalen tendrán que aportar (empresas extranjeras claro) y el resto es una inversión urbanística para 3500 viviendas que, dada la crisis actual, no se espera dé frutos hasta dentro de 15 o 20 años. El cambio de modelo económico que vaticinan los promotores del proyecto Alba se reduce a lo que el propio Montilla decía en su inauguración: “potenciar la innovación y el medio ambiente”. La tecnología y la producción… eso es cosa de otros. La Biotecnología, un pilar La biotecnología es uno de los campos que podría jugar un papel clave en el cambio de modelo económico de nuestro país. Combina la producción de bienes de alto valor añadido, una necesidad acuciante de la economía española, que a su vez repercuten directamente en las condiciones de vida de todos. La biotecnológica española, a pesar de que sigue estando muy lejos de los países “en cabeza” en la carrera biotecnológica, experimentó entre 2003 y 2008 una tasa de crecimiento anual del 16,25%. La relevancia científica de la Biotecnología española es muy alta, somos el cuarto país de la UE-15 en producción científica en el área de Biotecnología y Microbiología aplicada, sólo por detrás de Reino Unido, Alemania y Francia. A lo largo de la década, España ha aumentado casi un 30% su producción científica, mientras que la UE-15 tan sólo lo ha hecho un 4%. Nuestro país ocupa posiciones destacadas mundialmente en cuanto a producción científica, con aproximadamente el 4% estimado de los documentos publicados anualmente en esta área En cuanto al personal científico, los centros públicos, universidades y hospitales congregan a la mayoría de los investigadores, en total cerca de 9.000, lo que supone el 75% del personal total dedicado a I+D en Biotecnología. Esto no indica otra cosa que la importancia que tienen los centros públicos de investigación, tanto básica como orientada, en la producción de ciencia que sirve de base para las aplicaciones productivas y sanitarias de la Biotecnología. Conocimiento sí, pero hay que traducirlo en riqueza Sin embargo, el papel de primera línea en la producción científica no se ve acompañada en los datos sobre investigación aplicada y, en concreto, a las patentes solicitadas. En Biotecnología, y en general en todas las áreas científicas, suponen un 0,16% de las patentes concedidas en la Oficina Europea de Patentes (2000-2003). Falla la transferencia del conocimiento científico a la producción. Los centros públicos y el colectivo investigador orientan su actividad principalmente a la publicación de artículos de prestigio, dejando en un segundo plano la protección de los resultados. La Oficina Española de Patentes y Marcas dispone de una media de 102 solicitudes españolas de patentes anuales, lo que nos sitúa en el puesto 9º y 11º en solicitud y concesión de patentes, respectivamente. ¿Quién los va a poner en práctica? Son escasas las empresas dedicadas al desarrollo de productos que la biotecnología rinde. Cada año se crean tan sólo entre 10 y 12 nuevas spin-off biotecnológicas. Empresas creadas por los propios investigadores para trasladar a la producción sus desarrollos. La inversión pública está aportando el capital necesario para realizar la investigación básica pero no la puesta en marcha de procesos productivos. La Biotecnología no podría despegar y evolucionar como lo está haciendo de otro modo. La subvención a proyectos de I+D+i en Biotecnología, así como la adquisición de infraestructura científica en esta área, creció un 205% entre 2000 y2006 (con un incremento medio anual del 34%). Madrid, Cataluña y Andalucía son las principales receptoras de fondos para la I+D+i en Biotecnología y en cuanto a sectores, la salud humana se lleva la mayoría de estas ayudas, seguida por la agricultura, la ganadería y pesca y los desarrollos tecnológicos. En definitiva, se financia con dinero público desarrollo en el conocimiento que otros plasman en productos y bienes de uso y consumo y en tecnología que luego importamos. Especialmente importante, a parte de la investigación en células madre, es la aplicación de la biotecnología a nuevos fármacos y vacunas biotecnológicas y cientos de fármacos en desarrollo contra enfermedades como cáncer, Alzheimer, esclerosis múltiple, artritis, sida y enfermedades cardiovasculares. También es importante para bioprocesos industriales (producción química), energéticos (bioetanol para gasolinas) y alimentarios, así como a la mejora genética vegetal y animal. La producción de hidrógeno a través de bacterias puede contribuir a dejar de depender del petróleo en un país como el nuestro. Por tanto, desde el punto de vista de cambiar el modelo productivo hacia la generación de empleo y riqueza, sí se debe medir la inversión del sincrotrón Alba en cuanta riqueza y empleo nacional permite generar. Puesto que crear una nueva “estación de servicio” para los que “investigan para producir” no hace más que agudizar la dependencia de nuestro país y la imposibilidad de salir de la crisis por nuestro propio pie.

Deja una respuesta