SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El retraso en las decisiones desata la hipótesis sobre crisis de Gobierno

Todo tenía una lógica. En Navidades, como es habitual, Mariano Rajoy iba a aprovechar para pensar y tomar decisiones. “Después del turrón”, como anunció a la prensa, las anunciaría: candidato a las europeas y nuevo líder en Andalucía. Y a finales de enero, en la convención política, sería la gran presentación oficial y lanzamiento de las nuevas figuras. Pero no ha sido así, y la pregunta ¿por qué? ha desatado en los pasillos de la convención muchas especulaciones sobre un posible cambio de Gobierno más amplio que el que supondría sustituir a Miguel Arias Cañete, por ejemplo, si finalmente él es el elegido para ser el candidato a las europeas.

Rajoy acaba de arrancar la segunda fase de la legislatura. El discurso ha cambiado, y el presidente ha dado un giro para salir al ataque contra el PSOE y además reivindicar que los recortes tenían sentido y asegurar que la situación es mucho mejor que cuando él llegó —obviando el dato de que desde que entró en La Moncloa se han destruido 1.050.000 empleos, según la Encuesta de Población Activa—.

En pocas semanas, probablemente a finales de febrero, llega el debate del Estado de la nación, momento clave del año político, y en ese contexto de giro de la legislatura miembros del Gobierno y dirigentes del PP intercambiaban estos días en Valladolid hipótesis sobre cambios en el Gobierno. En otros gobiernos, tanto del PP como del PSOE, la llegada de un debate del Estado de la nación ha sido un momento propicio para buscar un nuevo impulso y cambiar ministros. Aunque con Rajoy nunca se sabe, porque su empeño en no cambiar nunca nada complica cualquier hipótesis.

Hay varios ministros muy quemados, aunque Rajoy, dicen las personas que mejor le conocen, no quiere prescindir de los más debilitados, como José Ignacio Wert, porque cree que gracias a su empeño de no cambiar a nadie pase lo que pase ha logrado un espíritu de resistencia muy fuerte, como a él le gusta, y también de lealtad absoluta. Es su forma de manejar el poder.

Lo que sí asumen en los comentarios de pasillo y con la prensa estos días algunos ministros y dirigentes es que Rajoy ha retrasado una decisión que no tenía sentido dejar para después de la convención —más allá de la estrategia de esperar a ver qué hacer el PSOE— porque está pensando más a fondo en cuadrar todas las piezas y de momento no tiene ese puzle completo. “Si no es porque maneja un cambio de Gobierno y eso requiere tiempo no tiene sentido este retraso”, era una frase repetida en los pasillos.

Arias Cañete es el que todos ven como más probable candidato, aunque nadie descarta una sorpresa. Hay otros ministros con perfil europeísta como José Manuel García Margallo pero ni él ni Rajoy parecen interesados en ese movimiento. De hecho, el problema principal del presidente, una vez descartado Jaime Mayor Oreja, es que nadie parece querer ese puesto, tampoco Arias. Otros ministros y dirigentes creen que, descartado Mayor, en estas elecciones el candidato no es tan importante y lo que va a competir es la marca PP contra la del PSOE y Rajoy, como se vio ayer, va a hacer girar la campaña sobre su gestión económica.

El otro gran cambio de gobierno que está encima de la mesa es el posible nombramiento de Luis de Guindos como presidente del Eurogrupo. Pero eso se decidirá en julio y no tendría que dejar el Gobierno, siempre que España lograra ese ansiado puesto, hasta noviembre, por lo que no entraría en este paquete. Una vez más, la situación está muy abierta y Rajoy acumula tanto poder gracias a su mayoría absoluta que puede hacer casi lo que quiera. Hasta el punto de que para la otra gran decisión urgente que tiene pendiente, la del nuevo presidente del PP de Andalucía, también está encima de la mesa Arias Cañete. Los dirigentes andaluces se desesperaban estos días en los pasillos de la convención ante la evidencia de que la decisión no llega aún.

El PP se está desangrando en Andalucía mientras gana fuerza la nueva presidenta del PSOE, Susana Díaz. Los andaluces no paran de hacerle llegar mensajes a Rajoy y Dolores de Cospedal: hay que hacer algo cuanto antes. Todos ellos recuerdan que no se trata de un asunto regional: sin un resultado bueno en Andalucía, la comunidad más poblada de España, el PP nunca podrá ganar las generales.

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