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El rescate a España, prueba crucial para la eurozona

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, tiene a Europa en ascuas sobre si solicitará, y cuándo, un rescate para su gobierno, un paso que prepararía el escenario para la primera y crucial prueba de los mecanismos anticrisis de la zona euro.

De ser aprobada, una solicitud desatará el poder de compra del Banco Central Europeo, con sede en Fráncfort, en el mercado de bonos soberanos españoles. Esto iría combinado con una línea de crédito preventiva del Mecanismo Europeo de Estabilidad, un fondo que pronto entrará en operación y que tendrá una capacidad crediticia de 500.000 millones de euros (unos US$643.000 millones).

Con la presentación el jueves de su plan presupuestario para 2013 y un paquete de medidas dirigidas a mejorar la eficiencia de la economía española, Rajoy espera que su gobierno cumpla con la mayoría de las condiciones que requeriría una eventual ayuda.

Altos funcionarios financieros de Europa dijeron la semana pasada, después de reuniones ordinarias en Bruselas, que Madrid parecía haber hecho muchos avances para cumplir las posibles condiciones pero no esperaban que presentara una solicitud de ayuda por al menos varias semanas.

Rajoy tiene razones políticas internas para retrasar un humillante pedido de rescate. El mandatario enfrenta una serie de elecciones en regiones clave: el 21 de octubre en el País Vasco y Galicia —su tierra natal y un enclave conservador— y el 25 de noviembre en Cataluña, unos comicios que pueden resultar en una especie de referéndum sobre la independencia catalana.

En una entrevista reciente con The Wall Street Journal, Rajoy expresó sus preocupaciones, al decir que sólo una luz verde «unánime» de todos los países servirá. «Hay tres condiciones: primero, debemos necesitarlo de verdad; segundo, que sepamos con certeza que todos lo aprobarán, y quiero decir todos; y tercero, que las condiciones sean razonables», señaló el mandatario.

Además, pese a que los costos de endeudamiento de España han subido en las últimas semanas, aún no son lo suficientemente altos como para que Madrid pida ayuda urgente.

«A los ojos de Bruselas y Fráncfort, todas las piezas están en su lugar para un programa preventivo para España», apunta Mujtaba Rahman, analista de Eurasia Group en Nueva York. «Pero Rajoy sigue adhiriéndose a un escenario poco claro debido a las presiones políticas locales y a la ausencia de continuas presiones del mercado». Eso es frustrante, dicen funcionarios, para Italia y Francia, los cuales prefieren que España actúe pronto. Roma quiere evitar caer en un período de incertidumbre que mine la confianza y en el que sus costos de endeudamiento suban junto con los de España.

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