SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

‘El madrileny emprenyat’

Manifestaciones más o menos espontáneas de funcionarios acentuaron ayer la eterna tensión de Madrid. Concentración en Nuevos Ministerios, el gran complejo gubernamental del paseo de la Castellana patrocinado por Indalecio Prieto en los años treinta. Golpe de efecto en la calle Génova, frente a la sede del Partido Popular, muy cercana a las oficinas de la Audiencia Nacional, del Tribunal Supremo y del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Sentada frente al Ayuntamiento, el contundente Palacio de Correos que Alberto Ruiz-Gallardón transformó en majestuosa corte municipal. Corte de tráfico en Neptuno y desfile airado ante el Congreso de los Diputados: «¡Cobardes! ¡Cobardes! ¡Esto es un atraco!» Funcionarios ministeriales, funcionarios judiciales, empleados de la Seguridad Social, bomberos y policías de paisano. Tensión con los agentes de la Guardia Civil en Nuevos Ministerios. Policías en mangas de camisa encarándose a los antidisturbios. Indignación y cabreo. Miedo al futuro y una súbita sensación de desamparo. Hipotecas crujientes. Empleados de la Administración central del Estado que llegaron a creer que un manto invisible protegía sus nóminas. El manto invisible del Partido Popular, el Partido Alfa de las clases medias españolas. Está tomando cuerpo el madrileny emprenyat. Se veía a venir. Desde el estrago de Bankia, se veía a venir. En el diorama de la crisis española está irrumpiendo la figura del madrileño airado. El buen vecino de la capital de España que desde hace semanas transita entre el desconcierto y la irritación. Masajeado noche y día por la eficaz propaganda de Esperanza Aguirre, llegó a creer que la crisis era exclusiva responsabilidad de los socialistas y de las autonomías. Y cuando en España decimos autonomías usted ya me entiende: ese lío que organizaron los catalanes, sobre todo los catalanes, durante la transición. Para sofocarlo tuvimos que inventarnos el café para todos, una máquina de empleo público que nos ha acabado saliendo por un ojo de la cara.

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