El informe secreto de Obama sobre Egipto

«En él llegaban a la conclusión de que sin grandes cambios polí­ticos, paí­ses desde Bahrein a Yemen estaban maduros para la revuelta popular, dijeron funcionarios del gobierno el miércoles. La orden de Obama, conocida como Directiva Presidencial de Estudio, debí­a identificar probables focos de conflicto, sobre todo en Egipto, y solicitaba propuestas de cómo su administración puede impulsar el cambio polí­tico en paí­ses con gobernantes autocráticos que también son valiosos aliados de los Estados Unidos, dijeron estos funcionarios.»

La Casa Blanca celebró reuniones semanales con exertos del Departamento de Estado, la CIA y otros organismos. El gobierno mantiene el secreto del proyecto porque temen que si se filtra, los aliados árabes presionarán a la Casa Blanca, algo que sucedió en los días siguientes a las protestas que convulsionaron El Cairo. De hecho, a excepción de Egipto, los funcionarios se negaron a discutir los países en detalle. (THE NEW YORK TIMES) DIARIO DEL PUEBLO.- Nadie sabe si China logrará sobrepasar a EEUU en la escala económica en un futuro próximo. Sin embargo, lo que si queda claro es que el mundo no está preparado para el advenimiento de otra superpotencia económica. Si China continúa su crecimiento excesivo y se convierte en otro EEUU, el planeta estará condenado a encarar serios desafíos. Ya es hora de que China demuestre al mundo que se propone recorrer una trayectoria de desarrollo nueva y sostenible. En las últimas décadas, China ha imitado en gran medida a Occidente. Ahora tiene que encontrar una ruta alternativa hacia la modernidad. Reino Unido enseñó al mundo a producir en el siglo XIX, EEUU le mostró cómo consumir en el siglo XX, y China debe demostrarle cómo desarrollarse de manera sostenible en el siglo XXI. EEUU. The New York Times Obama ordenó un informe secreto para identificar potenciales levantamientos Mark Landler El presidente Obama ordenó a sus asesores en agosto pasado que elaboraran un informe secreto sobre los disturbios en el mundo árabe; en él llegaban a la conclusión de que sin grandes cambios políticos, países desde Bahrein a Yemen estaban maduros para la revuelta popular, dijeron funcionarios del gobierno el miércoles. La orden de Obama, conocida como Directiva Presidencial de Estudio, debía identificar probables focos de conflicto, sobre todo en Egipto, y solicitaba propuestas de cómo su administración puede impulsar el cambio político en países con gobernantes autocráticos que también son valiosos aliados de los Estados Unidos, dijeron estos funcionarios . El informe clasificado de 18 páginas, dicen, se enfrenta con un problema que ha acosado el enfoque de la Casa Blanca hacia Egipto y otros países en los últimos días: cómo equilibrar los intereses estratégicos estadounidenses con el deseo de evitar una más amplia inestabilidad frente a las demandas democráticas de los manifestantes . Los funcionarios del gobierno no dijeron cómo el informe está relacionado con el análisis de inteligencia de Oriente Medio, que el director de la Agencia Central de Inteligencia, Leon E. Panetta, reconoció en su testimonio ante el Congreso, dirigido a identificar mejor "los desencadenantes" de los levantamientos en países como Egipto . Las autoridades dijeron que el apoyo de Obama a la multitud en la Plaza Tahrir en El Cairo, aunque seguido de algunas señales contradictorias por parte de su administración, refleja su creencia de que existía un riesgo mayor de no presionar hacia los cambios, porque los líderes árabes se verían obligados a recurrir a métodos cada vez más brutales para mantener a raya a la disidencia. "No hay duda de que Egipto estaba en gran medida en la mente del presidente", dijo un alto funcionario que ayudó a redactar el informe y que habló de sus conclusiones a condición de mantener el anonimato. "Teníamos todas las incógnitas para crear una imagen de la sucesión en Egipto – y Egipto es el ancla de la región." En ese momento, dicen los funcionarios, el presidente Hosni Mubarak, parecía estar creando las condiciones internas para preparar a su hijo, Gamal, para sucederlo. Las elecciones parlamentarias previstas para noviembre se esperaba ampliamente que fueran una farsa. La policía egipcia se dedicaba a encarcelar a los bloggeros, y Mohamed ElBaradei, el ex jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica, había vuelto a casa para dirigir un naciente movimiento de oposición. En Yemen también, dicen los funcionarios, el Sr. Obama temía que el intenso enfoque de la administración sobre las operaciones de lucha contra el terrorismo de Al Qaeda dejaba de lado una crisis política en ciernes, a medida que enojados jóvenes se rebelaban contra el presidente Ali Abdullah Saleh, un líder autocrático de la misma cosecha que el Sr. Mubarak. "Fuera Yemen u otros países de la región, lo que se vio es un conjunto de tendencias" –una gran población joven, unos sistemas de educación raídos, economías estancadas y una expansión de las nuevas tecnologías de redes sociales como Facebook y Twitter– que son un recetario "de problemas reales", dijo otro funcionario. La Casa Blanca celebró reuniones semanales con expertos del Departamento de Estado, la CIA y otros organismos. El proceso fue dirigido por Dennis B. Ross, asesor principal del presidente sobre Oriente Medio, Samantha Power, directora del Consejo de Seguridad Nacional que se ocupa de cuestiones de derechos humanos, y Gayle Smith, un director responsable del desarrollo global. El gobierno mantiene el secreto del proyecto, dicen las autoridades, porque temen que si se filtra, los aliados árabes presionarán a la Casa Blanca, algo que sucedió en los días siguientes a las protestas que convulsionaron El Cairo. De hecho, a excepción de Egipto, los funcionarios se negaron a discutir los países en detalle. El informe señala cuatro países objeto de un análisis exhaustivo, que un funcionario dijo que recorren toda la gama: uno que está tratando de avanzar hacia el cambio, otro que se ha resistido a cualquier cambio y dos con profundos vínculos estratégicos a Estados Unidos, así como con tensiones religiosas. Estas características sugieren a Jordania, Egipto, Bahrein y Yemen. Mediante la emisión de la directiva, el Sr. Obama también quiso que el tema de llevar a cabo el cambio político estuviera presente en las reuniones periódicas de las relaciones diplomáticas, comerciales o militares con los Estados árabes. En esas reuniones, dijo un funcionario, son tan grandes los intereses estratégicos tejidos, que es casi imposible discutir los esfuerzos de reforma. El estudio ha ayudado a formar otros mensajes, como el discurso que la Secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, dio en Qatar en enero, en la que criticó a los líderes árabes por resistirse al cambio. "Estuvimos realmente presionando sobre la cuestión de quién estaba tomando la iniciativa en la reforma", dijo un funcionario. "¿Podría esta presión dañar las relaciones con el ejército egipcio? ¿No están interesados también los militares en la reforma?" Obama también presionó a sus asesores para estudiar los levantamientos populares en América Latina, Europa del Este y Sudeste de Asia para determinar cuáles funcionaron y cuáles no. Está atraído por la experiencia de Indonesia, donde pasó varios años de niño, que derrocó a su veterano líder, Suharto, en 1998. Si bien el informe está orientando la respuesta de la administración a los sucesos en el mundo árabe, aún no ha sido presentado oficialmente – y dado el ritmo de los acontecimientos en la región, dijo un funcionario, es todavía un trabajo por concluir. THE NEW YORK TIMES. 16-2-2011 China. Diario del Pueblo Sustituir a EEUU no es una meta de China La agencia de apuestas británica Ladbrokes dijo el lunes que apoya la posibilidad, por seis a cuatro, de que China sea la mayor economía mundial en 2020. La casa corredora hizo su apuesta el mismo día en que Japón confirmó que China le había sustituido como segunda mayor economía del orbe. Esta apuesta podría hacer pensar que China y EEUU están trabados un duelo sin cuartel por ser el principal generador de producto interno bruto PIB global. El índice del PIB puede reflejar con precisión la diferencia de poderío entre los países occidentales, puesto que estos cuentan con niveles similares de eficiencia productiva. Sin embargo, China, con una población excesiva, plantea otro desafío a dicho patrón. Con pocas marcas de fábrica de nivel mundial, China se ha convertido en la segunda economía mundial, y se pronostica que en una década destronará a EEUU. El instinto nos dicta que hay algo errado en las mediciones al uso para el PIB. Nadie sabe si China logrará sobrepasar a EEUU en la escala económica en un futuro próximo. Sin embargo, lo que si queda claro es que el mundo no está preparado para el advenimiento de otra superpotencia económica. Si China continúa su crecimiento excesivo y se convierte en otro EEUU, el planeta estará condenado a encarar serios desafíos. Ya es hora de que China demuestre al mundo que se propone recorrer una trayectoria de desarrollo nueva y sostenible. En las últimas décadas, China ha imitado en gran medida a Occidente. Ahora tiene que encontrar una ruta alternativa hacia la modernidad. El planeta debería estremecerse de sólo pensar que se aproxima una réplica china del consumismo estadounidense y europeo y de sus hábitos derrochadores de combustible. Pero, por otra parte, ¿qué sentido tendría la modernización de China si su pueblo no puede gozar de las formas de vida de que hoy disfrutan estadounidenses y europeos? La solución a un problema tan peliagudo será la tarea más difícil de superar para China, como parte de su proceso de despegue. Como país poderoso, EEUU ha tenido que corregir su rumbo constantemente, después de encarar crisis importantes como el descalabro sufrido en la guerra de Vietnam y la crisis financiera global. China debe aprender de estos problemas y crecer como potencia, detentando fuerza suficiente para resistir, perseverar y superar obstáculos. Como bien dijera Martin Jacques, el autor de “Cuando China gobierne el mundo,” el Reino Unido enseñó al mundo a producir en el siglo XIX, EEUU le mostró cómo consumir en el siglo XX, y China debe demostrarle cómo desarrollarse de manera sostenible en el siglo XXI. DIARIO DEL PUEBLO. 16-2-2011

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