SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El fracaso de la polí­tica española

Cuando la crisis se hizo visible en toda su crudeza, algunos pensamos que había llegado la hora de cerrar filas y arremangarse tras un programa consensuado para salvar el país de la ruina. El diagnóstico era pésimo y se trataba de apostar por un compromiso colectivo en defensa del interés general. El sentido común decía que era el único camino posible, pero los actores políticos y sociales lo consideraron innecesario. Cuatro años después, España acaba de ser intervenida y obligada a entregar a las instituciones internacionales el control de las decisiones de gobierno más importantes. El fracaso de la política española es incuestionable.Confieso mi más absoluta desorientación. Cuando más duros son los efectos de la crisis, cuando el futuro se presenta más incierto, nos quedamos sin referentes políticos y tenemos que poner en manos lejanas y desconocidas las decisiones que marcarán nuestro futuro y el de las generaciones futuras. Miramos y no conocemos a nadie. Buscamos dónde agarrarnos y no encontramos apoyos. Queremos incorporar nuestro esfuerzo al combate colectivo y nadie nos invita a ello.¿Pero qué les pasa a los políticos españoles? Les hemos interpelado durante cuatro años y no han escuchado. Les hemos advertido que la situación se hacía desesperada y han mirado hacia otro lado. El peor de los escenarios se ha confirmado y sólo ahora empiezan a lamentar que Europa les ate de pies y manos. Por el amor de Dios, ¿pero en qué mundo han vivido estos últimos cuatro años?La tutela sobre el gasto y los ingresos era evidente desde hacía tiempo, pero la política española aún tenía margen para decidir las prioridades dentro del presupuesto. Ya no. Europa ha tomado definitivamente el mando de España y decide los impuestos, condiciona las leyes y modifica los salarios. El camino no es democrático y no puede acabar bien, pero la inacción del Gobierno lo ha hecho inevitable.

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