Rubio y Lavrov se reúnen en Arabia Saudí

EEUU y Rusia entretejen una componenda imperialista en Riad

Washington y Moscú se reúnen en Arabia Saudí para decidir el futuro de Ucrania... pero sin Ucrania. Un pacto entre tiburones imperialistas, en pos de sus intereses de dominio y control.

Sin contar con Ucrania ni con la Unión Europea, los dos máximos responsables de la diplomacia de EEUU y Rusia -el secretario de Estado de Trump, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores del Kremlin, Serguéi Lavrov- se han reunido en Arabia Saudí para negociar el fin de la invasión de Ucrania.

Una componenda imperialista que preveé tres fases, por este orden: un alto el fuego, elecciones en Ucrania y un acuerdo de paz que incluye el reconocimiento de los «hechos consumados» -la entrega a Rusia de los territorios anexionados- pero ningún compromiso con la seguridad del país agredido.

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Bajo la atenta mirada del ministro de exteriores saudí, las delegaciones de Rubio y Lavrov mantuvieron un largo encuentro en Riad. Una cumbre que descongela las relaciones entre Washington y Moscú, y del que estaban explícitamente excluídos el país invadido -Ucrania- pero también la Unión Europea, cuya seguridad también está amenazada por el agresivo imperialismo ruso.

Dos equipos: el del Kremlin, encabezado por su principal hombre en la diplomacia, Serguéi Lavrov, conocido como ‘Míster no’, y el del ‘Team Trump’, con representantes clave como Marco Rubio, Mike Waltz y Steve Witkoff.

Este encuentro ha levantado las protestas tanto de Kiev como de Bruselas, degradados no ya al papel de convidados de piedra, sino al de espectadores en la distancia. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que no reconocería ningún acuerdo de paz sin participar en las negociaciones. Y los líderes europeos se han reunido en París para tratar de coordinar una estrategia sobre Ucrania. Ya se ha comenzado a hablar del envío de tropas de paz, pero entre grandes discrepancias: Reino Unido y Francia lo apoyan, Alemania o España se niegan, al menos de momento.

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Crónica de una entrega anunciada

Desde hace meses ya se sabía que la llegada de Trump a la Casa Blanca significaba para Ucrania una capitulación ante la potencia agresora, Rusia. El republicano lleva meses diciendo que lograría en fin de la guerra en una semana, que con él en la Casa Blanca «la invasión rusa nunca se habría producido».

Además ha mostrado su intención de “exigir a Ucrania que devuelva la ayuda recibida”, en forma de contratos que permitan a las multinacionales mineras norteamericanas apropiarse de los yacimientos de tierras raras de Ucrania, extrayendo minerales críticos para la industria tecnológica por valor de medio billón de dólares, un valor que cuatruplica el montante total (cerca de 120.000 millones de dólares) de toda la ayuda militar recibida de Kiev por parte del Pentágono.

Kenny Tosh (Nigeria)

Pero hay más. Trump ahora ha añadido que «Ucrania tal vez un día vuelva a ser rusa» y que Zelenski “nunca debió haber comenzado” la guerra con Rusia. Según él, debió aceptar la pérdida de territorio para evitar el conflicto.

Una visión torcida y venenosa, que atribuye a la víctima -el país y el pueblo agredido, Ucrania- el papel del victimario, y que coincide con la propaganda que desde hace tres años viene vertiendo el Kremlin y sus voceros en Europa, desde la ultraderecha de Alternativa por Alemania hasta no pocos sectores de la izquierda «antiimperialista».

Trump está cumpliendo su hoja de ruta para Ucrania, que consiste en dejar caer al país invadido, forzándole a postrarse ante el chantaje de Putin de «paz por territorios». La ayuda militar de Washington a Kiev hace mucho que ya no es un «negocio rentable», y la superpotencia necesita esos recursos para redirigirlos a otras áreas del planeta, como la contención de China en Asia-Pacífico o los planes en Oriente Medio. Y el republicano busca recomponer puentes con la Rusia de Putin, en la perspectiva de atraerla y debilitar su asociación con Pekín, pero además para reforzar sus ambiciones geopolíticas en el Ártico, donde aspira a anexionarse Groenlandia.

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Pacto entre tiburones, peligro para la Paz

Ramsés (Cuba)

Es posible que esta componenda imperialista detenga una guerra que ya dura tres años, pero lo hace dejando a Ucrania a los pies de los caballos de Putin, fortaleciendo a un agresivo imperialismo ruso que tiene un proyecto expansionista basado en la guerra y la fuerza, y que no se detendrá en la conquista de sus nuevos territorios, y que no tendrá inconveniente en volver a invadir territorio ucraniano si ve la oportunidad.

Una componenda que pone en peligro la Paz en Europa y en el mundo. Y que vuelve a demostrar que la superpotencia norteamericana no tiene aliados ni «protegidos», sino intereses. Si durante dos años apoyó militarmente a Kiev era por sus propios imperativos estratégicos, no por ningún impulso de defender a un país soberano frente a la voracidad de Moscú. Si ahora deja a los ucranianos vendidos y sin voz ni voto ante su propio futuro, vuelve a ser por sus propios intereses y planes.

One thought on “EEUU y Rusia entretejen una componenda imperialista en Riad”

  • Trump es un halcón hijo de la gran chingada. Con tal de atraerse a Putin en un frente anti-chino (uuuuh Wall Street, que viene Deep Seek y los productos baratos chinos, el peligro amarillo,Fu-Manchú), su principal rival comercial,es capaz de entregar Ucrania

    Ya lo dije en otro artículo,»paz por territorios» es lo mismo que si en nuestra guerra progresista de Independencia contra Napoleón dicen el Zar y el Imperio Británico que los franceses se queden el territorio ocupado. Inaceptable. No me extraña que Zelenski y la UE hayan puesto el grito en el cielo

    No, los rusos y gringos encantados. Ya lo dice el artículo, que los norteamericanos se quedan con riquezas naturales y los rusos con los gases, etc de la zona

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