Hay que redistribuir la riqueza

Claro que los que cobran el SMI… ¡no deben pagar IRPF!

El debate nunca es "impuestos si / impuestos no", sino quien debe pagar impuestos y cuanto debe paga cada uno. Hay que redistribuir la riqueza y las cargas fiscales para que pague más quien más tiene y quien más se lleva. Y eximiendo de contribuir a las rentas más bajas, desde luego a los perceptores del SMI.

Intensa polémica sobre si el salario mínimo (SMI) debe pagar en el IRPF, un debate que enfrenta a ambos miembros del gobierno de coalición. El PSOE, en solitario apoya la medida de Hacienda, Sumar se opone, junto al resto de apoyos parlamentarios del gobierno.

Todo ello es la consecuencia de una medida a priori positiva para los trabajadores. El Gobierno acaba de subir el SMI para 2025, que ha pasado de los 15.876 euros brutos anuales de 2024 a los 16.576 euros. Sin embargo, como no ha aumentado la exención de IRPF hasta la nueva cifra, los trabajadores deberán tributar por este impuesto.

Esto quiere decir que si un trabajador cobraba el SMI de 2024 (1.134 euros brutos al mes) ahora en la nómina de febrero deberá cobrar el SMI correspondiente a 2025 (1.184 euros brutos al mes). Pero ahora deberá descontar una parte de ese aumento para tributar en el Impuesto de la Renta para Personas Físicas. ¿Cuanto? Depende. En el caso concreto de una persona soltera sin hijos, en términos generales, de los 700 euros brutos más que cobraría con el SMI de 2025, tributaría en este impuesto el 42,8% que equivale a unos 300 euros. Esto quiere decir que de la subida bruta de 700 euros anuales del SMI para 2025 solo le llegarían 400 netos.

Todo ello se da en un contexto donde las sucesivas subidas del SMI -que ciertamente ha aumentado un 61% desde 2018- se las ha ido comiendo una inflación, un coste de la vida, que crece mucho más rápido que los salarios. Por ejemplo el de la vivienda, que ha crecido un 12% en 2024 cuatro veces más que la inflación y casi el doble que el Salario Mínimo.

Pero se da además en un mercado laboral donde la precariedad es la norma, de sueldos bajos en general, donde el SMI no es la «excepción», sino un salario cada vez más «normal».

También se da en un contexto donde los beneficios de bancos y monopolios del Ibex35 llevan batiendo año tras año nuevos, astronómicos e indecentes récords de beneficios. Las entidades financieras han ganado en 2024 un nuevo hito de 31.768 millones de beneficios, un 21% más que el año anterior, liderando a unas grandes empresas de la bolsa española que repartieron cerca de 40.000 millones de euros de dividendos en 2024. A falta de cerrar algunos balances, todo apunta a que el Ibex35 cerró el año pasado con más de 70.000 millones de beneficios.

Unas ganancias arrancadas a la población mediante una atraco financiero y monopolista contra las clases populares. Ellos se forran porque usted se empobrece.

El debate sobre si el SMI debe tributar a Hacienda se da además en un momento donde ha decaído el impuesto a los beneficios extraordinarios de las eléctricas, donde las cabezas de la oligarquía -como Ana Patricia Botín y otros- reclaman con cada vez mayor insistencia acabar con el impuesto especial a la banca. O después de que el Gobierno haya decidido una exención del 100% del IRPF a los propietarios de pisos que alquilen sus viviendas según el índice de referencia.

Además de políticamente indefendible, además de un tiro en el pie, desde el punto de vista de un gobierno de izquierdas que tiene como apoyo a la mayoría social progresista, la decisión de que los perceptores del SMI tengan que pagar impuestos es indecente e indignante.

¿Hay que pagar impuestos? ¿Hay que fortalecer las entradas de Hacienda para poder sostener las pensiones, la sanidad, la educación y las políticas públicas, mejorando su calidad y acabando con los recortes? Por supuesto que sí.

¿Pero sobre las espaldas de los que cobran un SMI aún muy insuficiente -y más en las grandes ciudades- para vivir dignamente? ¿Sobre las espaldas de los sectores más precarios y vulnerables? Claro que no.

Que suban los impuestos, por supuesto. Pero a bancos, monopolios, capital extranjero y grandes fortunas.

Que impongan un Impuesto de Sociedades del 50% a bancos y grandes empresas del Ibex35. Que nos devuelvan el rescate de la banca, ahora convenientemente sepultado bajo toneladas de olvido y amnesia. Que el capital extranjero tribute en España como el resto de las empresas, y no como en un paraíso fiscal. Que las grandes fortunas tengan que entregar el 90% de sus gigantescas ganancias.

Y que dejen en paz a los perceptores del SMI.

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