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Esto es lo que se ha puesto de manifiesto con total claridad desde que se lanzó el golpe que llevó a la dimisión de Pedro Sánchez y a la toma de la dirección por la gestora impulsada por los golpistas. Por mucho que algunos, especialmente desde una cierta izquierda, se empeñen en tratarlos como si todo fuera uno.
Entonces fueron cuadros de todos los niveles, algunos históricos como Patxi López o Josep Borrell, federaciones como las del País Vasco, Baleares, Madrid, Murcia o la catalana, agrupaciones de base y más de 90.000 firmas de afiliados representando a una militancia radicalmente en contra de las políticas que representa el gobierno de Rajoy.
Y esta corriente principal del No, continúa manifestándose proponiendo alternativas a los gestores de la abstención que invistió a Rajoy. Como la que Patxi López ha dado a conocer en un artículo publicado en El País, “Un proyecto para un nuevo siglo”. Patxi López propone una hoja de ruta para recuperar una organización “rota” y un “proyecto identificable” y que represente la “alternativa de izquierda moderada” al PP, diferenciado también de Podemos, pero sin descartar los acuerdos puntuales con la organización de Pablo Iglesias.
Por su parte los socialistas catalanes se han reafirmado en su rechazo a las políticas de Rajoy en su recién celebrado Congreso. Miquel Iceta ha vuelto a defender la voluntad de que el PSC se mantenga unido con el PSOE, frente a las posiciones de los dirigentes nacionales y territoriales que impusieron la gestora, y que está por ver el camino que van a escoger con las sanciones a quienes se levantaron para decir No a Rajoy.
Trabajar por unirse con el PSOE del No y no tratarlos como uno junto a la dirección gestora es la línea que hoy sirve a esa mayoría social que quiere un cambio de progreso y que nadie por sí solo puede representar.