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Datos y paradojas

La encuesta de población activa (EPA) del cuarto trimestre de 2013 describe una situación paradójica del mercado laboral que, por el momento, resulta insuficiente para avalar con seguridad una recuperación económica en 2014. Por una parte, en el último trimestre del año pasado hay 65.000 parados menos que en el cuarto trimestre de 2012 y esto conviene subrayarlo porque es la primera vez que sucede en los últimos cinco años; en otras palabras, estamos ante el mejor cuarto trimestre desde que empezó la crisis. Pero, como en periodos anteriores, ese descenso se explica en buena parte por una caída de la población activa (bajó en casi 268.000 personas durante el año). Lo cual significa que muchos inmigrantes están regresando a sus países de partida y que muchos jóvenes abandonan el país desanimados por la precariedad del empleo o la falta absoluta de él.

El primer hecho fundamental que refleja la última EPA es que la economía española sigue eliminado empleo, concretamente casi en 200.000 personas durante el año. Este hecho sale al paso de la afirmación de que estamos en los inicios de una recuperación (no es posible saludarla sin que previamente haya concluido el ajuste del empleo, que puede continuar en los próximos meses). Tampoco el descenso trimestral del paro es un parámetro fiable a medio plazo. Obsérvese que la encuesta trimestral muestra una curiosa situación global: mientras el empleo agrario ha crecido en más de 85.000 personas, el empleo del resto de los sectores (construcción, industria, servicios) ha bajado en más de 150.000. Diríase que el mercado laboral apunta a una desindustrialización del país y regresa a estructuras económicas más anticuadas. Por supuesto, la probabilidad de que la subida del empleo agrario sea un fenómeno volátil lleva a la suposición de que en los próximos meses la situación laboral española puede empeorar. Pero incluso el análisis de la ocupación genera paradojas. El descenso de la ocupación trimestral ha sido menor de la esperada por los servicios de estudios; de lo cual cabe inferir que quizá la tasa de crecimiento en el último trimestre haya sido incluso superior al 0,3%. Pronto se sabrá.

El segundo hecho decisivo es que el mercado laboral se sostiene en buena medida con el oxígeno del empleo a tiempo parcial. Durante 2013 los empleos fijos han caído en casi 340.000 y los contratos a tiempo parcial han aumentado en unos 140.000. Cada día que pasa es más evidente que el modelo de recuperación está sostenido en abundante empleo precario. La explicación de que conforme se consolide el crecimiento vaya aumentando el empleo estable es solo una hipótesis.

En conclusión, de la última EPA de 2013 se desprende que la digestión de la tasa de paro del 26% será muy lenta y que en los dos próximos trimestres es probable que la creación de empleo sea nula o poco destacada, incluso aunque se consoliden las tasas de crecimiento intertrimestral.

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