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Tensión en las relaciones Ecuador-EEUU

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, informó hoy que la relación bilateral con Estados Unidos «pasa por ciertas tensiones» y «desconfianza mutua», en medio de críticas a la política exterior de Washington hacia América Latina, que juzgó de «torpe».

«A nosotros nos gustaría que estuvieran mejor (las relaciones con Estados Unidos). No nos vamos a engañar, hay ciertas tensiones, hay desconfianza mutua, también hay grupos de derecha que si por ellos fuera nos mandarían a bombardear», dijo el mandatario de izquierda a corresponsales extranjeros acreditados en Quito.

Correa, en el poder desde 2007, consideró que «hay una política torpe de Estados Unidos con respecto a América Latina y lo que ellos consideran gobiernos hostiles», pero aclaró que su gobierno no es hostil a Estados Unidos, ni es antiestadounidense.

«Soy de una izquierda moderna y, en lo personal, quiero mucho a Estados Unidos», remarcó, tras precisar que las dificultades en las relaciones con Washington se deben, principalmente, a su «neocolonialismo».

Desde que llegó al poder, Correa ha criticado «la doble moral» en las políticas de Estados Unidos hacia América Latina, y ha rechazado una supuesta intromisión de Washington en asuntos internos de Ecuador.

Esa postura la ha puesto de manifiesto ante la comunidad internacional, afirmando que en la actualidad el proceso político América Latina se construye sobre el «antiimperialismo», mientras que hace una década toda la región estaba controlada por Estados Unidos.

Además, ha defendido la soberanía de su país en temas de política y economía.

En el diálogo con los periodistas extranjeros, el mandatario socialista refrendó esa posición, afirmando que «tienen que aprender que aquí hay un país soberano que no va a aguantar humillaciones, chantajes» de nadie, en alusión a Estados Unidos.

«Siempre vamos a denunciar la doble moral en política internacional, los atentados a los derechos humanos; y si eso tensa las relaciones con Estados Unidos, qué pena, nosotros no claudicaremos en nuestros principios», apuntó.

La relación con Estados Unidos se crispó en los últimos meses en los que se produjeron eventos políticos como la renuncia unilateral de Quito a las preferencias arancelarias otorgadas por Washington y la salida de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID), acusada de apoyar a la oposición ecuatoriana.

A esto se agrega la solicitud de asilo al gobierno ecuatoriano hecha el año pasado por el ex técnico de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) Edward Snowden, acusado de espionaje, y la participación de la CIA en un bombardeo militar colombiano a un campamento de las FARC en marzo de 2008 en Ecuador, un hecho sobre el que Correa exige una respuesta a Washington.

El lunes pasado, en una entrevista publicada por el diario público «El Télegrafo», Correa no excluyó la posibilidad de reunirse con el presidente estadounidense Barack Obama, a quien describió como «una buena persona», pero cuestionó sus acciones.

«Yo no tengo ningún problema en reunirme con Obama. Y en general no tengo ningún problema en reunirme con ningún líder, con ciertas excepciones, incluso nacionales», afirmó.

Sin embargo, censuró que Obama permita que «se asesine a supuestos terroristas, en donde mueren también mujeres y niños como parte de los daños colaterales, y contra eso no pasa nada», dijo.

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