Corresponsalí­a Murcia

Corriendo a por sus tributos

En Cartagena, tras el cierre temoral de la refinería de escombreras de Repsol, la situación de los trabajadores de Zincsa y otras plantas productivas que dotan a Cartagena de un tejido productivo a potenciar, y que con la crisis han dejado tras de sí numerosas familias sin su medio de vida, ahora corren y dan la voz de alarma por la posible disminución de recaudación de impuestos que esto significa. No se le ha dado gran importancia a la pérdida de tejido industrial y al reguero de puestos de trabajo que se han destruido, sin embargo ahora se pegan patadas en el culo para recoger sus impuestos. El cálculo de la cantidad de impuestos que están en cuestión, suman un total de 35 millones de euros, que con la bajada de ingresos causada con el descenso de la construcción vienen muy bien. Sin embargo, lo que de ninguna de las maneras se puede digerir es la pasividad con la que se trata el día a día que supone para las familias la crisis y el paro, la destruición de empleo productivo, y cómo cuando se trata de recoger sus esperados tributos entonces si ponen fuerzas y empeño en solucionar los asuntos que a ellos les concierne. Ha sido el concejal socialista Ángel Rafael Martínez quien ha dado la voz de alarma haciendo hincapié en Repsol y la eléctrica AES que no han hecho efectivo en hacienda el ICIO “por lo que aún no puede cobrar los 22 millones de euros que iba a ingresar y los otros 15 con los que contaba por la liquidación del impuesto a la eléctrica AES es muy posible que sean recurridos, con lo que tampoco se podrá cobrar hasta la resolución del recurso”. Una situación complicada que se enreda con la parada de Repsol, una decisión tomada por la bajada de precio del petróleo frente a la cual, el gobierno local tranquilizaba a los ciudadanos anunciando que la parada es temporal y que los planes de la refinería no son retirarse de Cartagena. Propaganda de abnegación para los trabajadores, climas de opinión para intentar evitar revuelo e indignación, y mientras los trabajadores cartageneros luchan por sus puestos de trabajo con fuerza y valentía, los políticos lloran porque se les hace tarde para recoger sus tributos. Claro que es bueno que los Ayuntamientos saneen sus cuentas, pero tras años de despilfarro ya nadie se los cree, tras la falta de posición política de luchar por los puestos de trabajo, por las ayudas a las PYMES, por evitar la destrucción de tejido productivo solo podemos ver la incompetencia con la que malgastan nuestro dinero público, la indignante miseria con la que se despreocupan de las gotas de sangre de pato que deja tras de sí la crisis y la rapidez con la que mueven sus culos engordados y lustrosos cuando se trata de recoger sus aranceles.

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