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Bruselas leerá la cartilla a España

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha corregido sus propias estimaciones sobre la recesión económica. La caída es mucho más importante que el ya deprimente 1,4 % estimado inicialmente por el INE que se ha visto obligado a corregirla a peor hasta el -1,6 %, debido a la actualización de sus datos. Todas las estimaciones desde el 2009 al 2012 han sufrido correcciones. Aunque el INE ha querido restar importancia a los datos recordando que estas revisiones se hacen habitualmente cada año, las consecuencias han sido inmediatas sobre la cifra final de déficit público. Pese al empeño del Gobierno por dejarlo por debajo del 7%, no lo consigue.

Montoro llegó incluso a ordenar el retraso de las devoluciones del IRPF para que la cifra final del déficit público estuviera por debajo del fatídico 7%. No sólo no lo consiguió sino que provocó que los responsables de la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, le lanzaran una advertencia sobre la inadecuación de su comportamiento. Con la última revisión del INE, el déficit del 2012, claro que sin tener en cuenta la ayuda a la banca que añadiría otros 4 puntos porcentuales, no ha sido del 6,98% del PIB sino del 7,1%.

El Gobierno de Mariano Rajoy, sobre todo el responsable de Hacienda, había tratado de forzar por todos los medios posibles a su alcance que el déficit se contuviera. Era el punto de partida para fijar el nuevo objetivo que le fijó la Comisión Europea. Además de retrasar algunas devoluciones del IRPF, Hacienda utilizó dos decimales para tratar de dejar claro que el desajuste había quedado por debajo del 7%. Pero los datos son tozudos y tras la revisión del INE de los datos de los últimos cuatro años, la recesión es mayor de lo estimado y el déficit suma 73.298 millones, aunque la cifra no es definitiva. No lo será hasta el próximo mes de septiembre. De nuevo se reinicia el proceso de debate con las instituciones comunitarias, sobre todo con la Comisión para llegar a un acuerdo sobre los objetivos del déficit para el año próximo. Bruselas pedirá explicaciones a Madrid.

Bien es cierto que junto a la revisión del PIB, también se ha actualizado el gasto en consumo final de las Administraciones Públicas, que habría sido inferior al anunciado previamente. Habrá que esperar al mes de septiembre, momento en el que la Intervención General de la Administración del Estado remita a Luxemburgo, sede oficial de Eurostat, los datos definitivos de la estadística de ingresos y gastos. Todas las partidas están bajo revisión.

En cambio para el Ministerio de Hacienda los datos solo tienen un alcance relativo. El objetivo era anunciar al mercado en los primeros meses que el déficit de 2012 había cerrado por debajo del 7%, cifra que se había convertido en psicológica. Para ello no cabe esperar ninguna consecuencia negativa por que ahora se conozca que se sobrepasó ese límite. ¿Pero de verdad se puede pensar que se ofrecen cifras que no se corresponden con la realidad y que Bruselas va a permanecer impasible ante la debilidad de las mismas?

Desde el Parlamento Europeo se considera que si la Comisión reacciona de forma comedida se debe a que se siente ya en los últimos meses del final de su mandato. Con las elecciones al Parlamento Europeo previstas para el mes de mayo próximo se cerrará la época de José Manuel Durao Barroso y de todo su equipo, uno de los más oscuros de la ya larga historia comunitaria, pese a que tiene oscuros presidentes en quien mirarse.

Se entiende que las críticas de los socialistas a la revisión de los datos correspondientes al 2012 hayan sido moderadas. Las que les corresponden a su mandato no son mejores. El crecimiento del 2011 se ha visto reducido del 0,4 % al 0,1 %. Bien es cierto que la recesión del 2010 ha sido una décima más moderada que el -0,3 % presentado inicialmente. Pero en el 2009 el PIB se hundió el 3,9 y no solo el 3,7 % anunciado en las estadísticas oficiales.

Tras estas revisiones, ahora se cuestiona, y con razón, que se vaya a producir la salida de la recesión en el próximo trimestre. Pues conviene recordar que el INE nos ha anunciado que la revisión de 2009 es definitiva, las de 2010 y 2011 son provisionales y la de 2012 es un avance.

Cómo no se va a inquietar Bruselas aunque estén viviendo los comisarios los últimos meses de un sueño que muchos han demostrado que no se merecieron nunca vivir. Y menos a costa del esfuerzo de sus ciudadanos.

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